Tres años habían pasado desde que Madison recupero su memoria, yo ya manejaba ciertas partes de la empresa, pero mi padre aún seguía al frente. La empresa de Madison había crecido bastante también y no faltaba mucho para que yo abriera la mía.
Desde el incidente no supimos nada de mi madre hasta hace poco, solo había mandado una carta diciendo que estaba arrepentida de todo lo que había ocasionado, pero que no regresaría porque ya había hecho una nueva vida. Me daba gusto saber que no regresaría, no podría perdonarle lo que había hecho.
Todo marchaba bastante bien, estaba muy cerca de terminar la universidad, Madison me apoyaba bastante en todas las decisiones que tomaba para mi empresa y para su empresa, después de todo si me termino gustando esto de ser empresario.
Y aquí estábamos Madison y yo sentados a punto de firmar unos papeles muy importantes, que cambiaría muchas cosas y espero que sean para bien.
-¿Tobías estás listo para firmar el contrato?
-Esto no es un contrato Madison... Es un acta de matrimonio.
-Es un contrato para que nunca dejes de amarme.
-No tienes remedio y aunque no fuera un contrato nunca dejaría de amarte.
-Entonces firma el contrato.
Una firma nos junta parasiempre, para amarnos de manera incondicional. Firme el contrato más importante...Un contrato de amor.
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Gracias por leer esta historia, espero que la hayan disfrutado y se hayan sentido identificados. Mil gracias por leer y votar.
Con Amor y Cariño:
Luis A. Espinoza.
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El Socio
Ficțiune adolescențiMi padre hablaba mucho y muy bien de su "Socio" yo no lo conocía, pero me imaginaba un hombre de edad avanzada. Cuando mis ojos vieron al "Socio" de mi padre, mis ojos brillaron y automáticamente sonreí. Mi madre era el punto, era esa piedra en el z...