Capítulo 15.- Encerrado en un baño.

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Toda la semana siguiente tuve que estar asistiendo a la empresa con mi padre, porque el contrato ya estaba muy cerca de ser firmado, era una situación un tanto incomoda, porque Madison estaba ahí y todo el tiempo lo descubría mirándome, y eso me desconcentraba bastante, por suerte mi padre no nos dejaba solo. Era miércoles y aún tenía muy presente lo que había ocurrido el fin de semana y eso siempre me saca una sonrisa. Mi padre junto con Madison leían y leían los mismos papeles, me levante para salir a tomar un poco de agua y en ese momento Madison me mira y rápido pregunta.

-¿A dónde vas? –Su pregunta sonó un tanto brusca, que hasta se me hizo un poco raro.

-Eh... voy a tomar agua. –Le conteste un tanto confundido.

-Te acompaño, quiero tomar un poco de aire, ya regresamos.

Salí de la sala de juntas y camine hasta el final del pasillo, podía sentir la mirada de Madison sobre mí y eso me incomodaba un poco, trate de verlo por encima de mi hombro, pero no lo pude mirar, justo antes de llegar a donde estaba el agua, di la vuelta a la izquierda, rápidamente entre al baño y cerré la puerta con seguro. Me quede ahí parado mirando la puerta, esperando a que Madison tocara la puerta, pero no paso.

Un minuto después mire como la el manojo de la puerta se movía y justo cuando la puerta se abrió, pude ver a Madison con las llaves, entro y cerró la puerta con seguro, en ese momento trague saliva de una manera muy pesada. Me miro y solo sonrío.

-¿Por qué te escondiste?

-No me escondí, solo tenía que venir primero al baño.

-No mientas Tobías.

-Me causa mucho conflicto que me mires todo el tiempo, quería un respiro, pero no pensé que fueras a seguirme.

-Es que es imposible no mirarte, me cuesta mucho trabajo tener que controlar mis impulsos.

-A mí también me cuesta, pero tenemos que tener cuidado, no quiero que esto termine mal y lo sabes.

-Lo sé ¿Cuándo tendremos tiempo para los dos? ¿Te gustaría ir a comer ahorita? O mejor aún ¿Te gustaría volver a dormir conmigo?

-Agradezco las invitaciones, pero ya tendremos tiempo para estar juntos, no quiero tener problemas. –Me acerco y le doy un beso en los labios.

Justo cuando los dos salimos del baño, nos topamos con mi madre, la sangre se me helo, sentí que me desmayaría, mis respiración de puso agitada, mi madre nos miraba un tanto intrigada.

-Hola, te estaba buscando, la secretaria me dijo que te miro entrar al baño, junto con Madison.

-¡Oh no! Entre yo solo, pero la puerta se atoro y Madison fue por las llaves. –En eso el levanta la mano y le muestra la llave.

-Un gusto verte Eugenia. –Se acercó y le dio un beso en la mejilla, luego miro su reloj. –Es bastante tarde, tengo que irme a una junta. Un gusto verte Eugenia, Tobías nos vemos el sábado en casa. –Madison se dio la vuelta y se perdió por uno de los pasillos.

-¿Qué haces aquí madre? – Era raro ver a mi madre en la empresa.

-Tenía ganas de comer con mis dos hombres favoritos, ahora con lo de la firma del contrato siempre estoy sola, así que decidí que saliéramos a comer, o si no se puede pues comer en la sala de juntas.

Después de la visita de mi madre, me sentía muy nervioso, lo único que quería era que no sospechara que había algo entre Madison y yo, me hubiera gustado ir a comer con Madison siempre me hace reír y me consiente bastante, realmente se ve que le gusto y no puedo negar que él me gusta.

La comida con mi padre y mi madre fue muy amena, estuvimos platicando durante bastante tiempo, me gusta que pasáramos estos momentos juntos, el estar los tres unidos y felices era lo que me llenaba de vida y justo en este momento me hubiera gustado tener a Madison junto a mí, para poder abrazarlo y justo en ese momento supe lo que haría.

Cuando llegamos a casa, rápido fui a mi habitación y tome una mochila y metí ropa en ella, baje corriendo le dije a mi madre que me iría a dormir con Javier en una mano llevaba el uniforme y en mi hombro una mochila con ropa, pedí un uber para que así nadie sospechara. Ni siquiera le había dicho a Javier que mintiera por mí, cuando llegue a mi destino baje del auto y tome mi celular y busque un contacto.

Un timbre sonó, un segundo y al tercero contesto. – ¿Estas muy ocupado?

-No, estoy por acostarme ¿Por qué?

-¿Puedes bajar y abrir la puerta?

-¿Estas a fuera Tobías?

-Sí, estoy aquí afuera.

El termino la llamada y rápidamente pude ver como la puerta se abría, solo llevaba puesto el pantalón del pijama, yo me deleite al ver su torso desnudo, rápido bajo unas pequeñas escaleras, tomo mi mochila y posteriormente me dio un beso en los labios.

Cuando entramos en su casa dejo la mochila y mi uniforme sobre uno de los sillones que había en la sala, luego sin previo aviso me cargo sobre sus brazos, me miro y sonrió, yo me sentía tan feliz en ese momento.

-¿Por qué has venido?

-Porque tú me invitaste, pero puedo irme si te molesta mi presencia.

-Si por mi fuera te encerraría para siempre en esta casa.

Abrió la puerta de su recamara, me puso sobre la cama, me quito mis tenis, mis calcetines, acaricio mi rostro y paso sus dedos sobre mi cabello, luego me peso de una manera muy tierna y romántica.

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