Capitulo 21

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-¿Hola?-Preguntó Nicolás Byrne contestando la llamada telefónica.

-Más te vale que me escuches bien por que lo que diré no lo voy a repetir.-Dijeron al otro lado del teléfono.

Nicolás se recargó en la pared.

-¿Que quieres?-Preguntó enojado.

-El shérif y la madre de el muchacho están buscando al niño en el otro lado.-Dijo Brenner.

Nicolás se exaltó, sabía que esas no eran buenas noticias.

-Que...-Trató de preguntar pero fue interrumpido.

-Nos dirigimos a tú casa, estamos en cubierto así que no hagas nada que levante sospechas por parte de los vecinos.

-Entren por la puerta trasera.-Dijo Nicolás.

Brenner colgó.

Llevó el teléfono a su respectivo lugar lentamente, se llevo una mano a la frente estresado, él había permitido que todo pasara, era su culpa, y lo sabía, pero todo era parte de el plan, no podía renunciar, no hasta que todo estuviera completo. Pensó en que diría sí la policía o los vecinos llegaban a preguntar, era demasiado arriesgado meter la pata, tenía que pensar.

Se dirigió a la cocina para preparar un poco de café, iban a charlar durante un largo rato, además necesitaba algo que pudiera calmarle los nervios. Tomó la tetera y la llenó de agua, después la puso en la estufa para que el agua lograra calentarse, se dirigió a donde podrían estar las tazas, y en eso escuchó que tocaron la puerta.

Una sensación desagradable comenzó a surgir en su estómago, la respiración se volvió un poco agitada, y los latidos de su corazón eran acelerados. ¿Y ahora que iba a decir? ¿Qué pasaría con él? Se levantó lentamente de donde estaba buscando el juego de tazas de la alacena, y cerró la puerta de esta, camino unos cuantos metros fuera de la cocina, y se detuvo en seco.

-Que voy a hacer ahora.-Dijo en un susurro mirando la puerta.

Tomó un poco de valor, y avanzo hasta quedar frente a la puerta, tomó el pomo y lo giró, haciendo que esta se abriera.

Su sorpresa aumentó al ver que no eran las tan esperadas visitas, sí no que era una mujer con un pastel decorado en manos.

-Hola.-Dijo ella sonriéndole.

-Ah, hola.-Dijo él, no sabía quien era aquella mujer, tenía un aspecto un poco diferente al de los vecinos, y lucía un poco cansada, pero su sonrisa era cálida y amable.

-Soy Ramona Brady, mi familia y yo nos acabamos de mudar aquí, y quería conocer un poco a los nuevos vecinos.-Ella sonrió nuevamente.- Y que mejor que hacerlo con un regalo.

Nicolás observó el pastel que ella aún tenía en manos.

-Oh, eso es muy amable de su parte.-Dijo tomando el pastel decorado.

-Espero le guste, le agregué un poco más de vainilla para darle un toque más dulce.

-Muchas gracias, estoy seguro de que sabe delicioso.

-Nos mudamos a dos casas, aún estamos sacando los muebles y cosas para los niños, así que tenga la libertad de visitarnos cuando quiera.-Dijo ella.

-Muchas gracias, espero se sientan cómodos aquí, que pase buena noche, y gracias por el pastel.-Dijo Nicolás tratando de cerrar la puerta y dar por terminada la conversación.

-¿Lo desperté?-Preguntó ella.

-No, claro que no.-Dijo él abriendo la puerta nuevamente.

Hubo un silencio incómodo por unos segundos, y ella volvió a hablar.

In the Upside down|Stranger ThingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora