❀Efectos secundarios❀

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Aria se miró nuevamente al espejo

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Aria se miró nuevamente al espejo. Usaba solo una toalla y quería ver cómo cambiaba a su forma animaga. Era interesante ver todo con una mejor perspectiva de lobo. En las noches, su vista mejoró considerablemente, y podía quedarse repasando para su examen de historia en noche tan solo con la ayuda de la luz lunar. Y por más paranoico que sonara, mientras se duchaba, se convirtió para limpiar su pelaje y la parte interna de sus garras.

De todas formas, cuando dejó pasta dental sobre su mano apropósito para después cambiar, aprendió que cualquier cosa que pasara en su cuerpo humano, también afectaría a su cuerpo animal y viceversa, eso incluía la higiene, entonces no era necesario bañarse en ambas formas.

–¡Hey, otros también necesitamos el baño!– Aria, se colocó sus calcetines apresuradamente al escuchar a Lily tocando la puerta.

–Si, un segundo– tomó sus zapatos, corbata y capa, porque eso podría ponerse afuera y salió. Lily la miró confundida, pero no dijo nada.

Siguiendo religiosamente la rutina, apenas Aria terminó con su turno del baño y Lily empezaba con el suyo, la castaña gritó.

–Buenos días, Marlene– abrió las cortinas– despierta y no me hagas pegarte con una almohada.

Una parte de ella siempre se sentía culpable al despertar a su amiga así todos lo días, pero cuando la muy desgraciada pedía "cinco minutos más", su compasión abandonaba su cuerpo y la golpeaba con la almohada hasta que despertara.

–Ya, ya. Buenos días a ti también– Marlene gruñó levantándose. Como si fuera por arte de magia (que se note la ironía), cuando Marlene se acercó a la puerta del baño, Lily salió de este.

–Ya dime que te preocupa– dijo Lily sentándose sobre su baúl con los brazos cruzados.

–A mí no me pasa nada– mintió.

–Aria, te demoraste en arreglarte y aún así no saliste lista del baño.

–Bueno, no siempre soy perfeccionista en mi aseo y apariencia.

–Si lo eres– le contradijo recalcando lo obvio– Excepto cuando te quedas pensando en algo mientras te arreglas. Ahora dime.

Oh, solo estoy experimentando que se siente ser una chica-lobo

Se mordió el labio pensando en cualquier dilema que la tuviera pensando por la noche, pero que no se relacionara con la licantropía de Remus.

–Bueno... últimamente las cosas con Q están algo raras.

–¿Está distante contigo?

–No.

–¿Pasa mucho tiempo con otras chicas?

–No.

–¿Es grosero contigo?– nuevamente negó– ¿entonces?

–Es un poco vergonzoso decir esto.

Secrets ☾R. LupinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora