❀Cartas y libros❀

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Habían llegado a Londres

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Habían llegado a Londres. El olor a lluvia se impregnaba por las fosas nasales de Aria, pero aún así los rayos solares de media tarde chocaban contra su cara. Aria se sentía exhausta, y no entendía muy bien el porque si había dormido algunas horas.

La familia Kettleburn se encontraba en la entrada del aeropuerto.

–¿Qué estamos esperando, exactamente?– Aria ya llevaba un tiempo aburrida mirando las puntas de su cabello.

A lo lejos vieron a un hombre de edad avanzada, chocando distraídamente con las personas. Parecía un niño descubriendo un nuevo mundo, y en parte eso era cierto. Aria supo inmediatamente quién era él; tal vez por los mismos ojos café de su padre, la misma expresión seria y la obvia vestimenta que se diferenciaba de la de los muggles.

Por primera vez, los diminutos ojos del anciano se fijaron en la familia norteamericana. Primero en su nuera italiana, una mujer delgada, pelirroja y de ojos esmeralda, luego vio a su hijo, ahora ya era un hombre. No había notado que los años habían pasado hasta que se dio cuenta que su hijo adolescente, había crecido, ya no era una flacucho, su masa corporal había aumentado, tenía contables canas, y diminutas arrugas al filo de sus ojos.

–Padre– fue lo único que salió de la boca de Edward Jr.

–Edward– Aria frunció el ceño por lo fría que era la conversación, pero prefirió no decir nada, sabía que en el fondo era difícil para ambos.

Edward Sr. y Jr. se dieron un rápido abrazo que secretamente necesitaban.

–Bueno, ella es mi esposa Bianca– él tomó a su esposa delicadamente por el codo y la invitó a conocer a su padre.

–Es un gusto al fin conocerlo– la mujer los saludó con un marcado acento italiano que nunca pudo abandonar.

–El gusto es mío– no lo dijo de verdad, sino por cortesía. Él no odiaba a su nuera, pero ella era el vivo recuerdo de la carta de su hijo notificando que se quedaría a vivir en América.

–Y ella es mi hija, Aria– el padre de la recién nombrada se apartó dejando a la vista a su hija. El anciano la vio por primera vez y volvió a sentir amor, como cuando nació su primer hijo. Un nudo se formó en su garganta– Su nieta.

–Hola– Aria lo pensó por un segundo antes de llamarlo:–... abuelo.

 abuelo

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Secrets ☾R. LupinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora