Pd. aun te amo - Peter kavinsky

8

Estoy esperando a lara jean en el estacionamiento de la escuela. Tengo las manos en la calefacción y todas las ventanas están empañadas, por lo que no veo cuando ella se acerca. Se sube al auto a toda prisa y mirándome alarmada dice: —¡Fue Genevieve! Ella envió el vídeo a Anonybitch. ¡Me lo acaba de admitir!

—¿Te ha dicho que ella grabó el vídeo? ¿Esas palabras exactas? —

—Bueno... No.—Se queda pensativa y al final dice: —No lo ha admitido como tal, pero casi. ¡E hizo esa mueca con la boca! —Levanta la comisura de los labios, haciendo una mueca. —¿Ves? ¡Es su señal!

—Venga ya, Covey. —Digo intentando no reir.

—¡Peter!

—Vale, vale, hablaré con ella. —Digo, bajo mi ventanilla un poco, para que se quite lo empañado de los cristales y arranco el coche.

—¿Algún profesor te ha dicho algo del vídeo, o el entrenador White?

—No. ¿Por qué? ¿Te han dicho algo?

Lara jean ignora eso, y pregunta: —¿Cuándo hablarás con Genevieve?

—Me pasaré esta noche.

—¿Vas a ir a su casa?

—Bueno, sí. Tengo que verle la cara para saber si está mintiendo. Comprobaré esa señal de la que tanto hablas.

Lara jean se queda mirando al frente pensativa, propongo que pasemos a la cafetería por algo de comer y relajar las cosas, pero lara jean apenas come y esta distraída...

Por la noche después de la practica de lacrosse, le envió un mensaje a gen.

¿Estas en casa? ¿Podemos hablar?

Gen responde rápido.

Claro, puedes venir.

* * *

Toco el timbre de la casa de gen, todo está obscuro y en silencio.

—En el patio. —La escucho decir.

Cruzo la pequeña reja de madera y voy hasta su patio trasero. La veo sentada en uno de los columpios, y es como viajar en el tiempo, cuando ella se mudó, yo solía verla aqui todo el tiempo; amaba que yo la empujara fuertemente, pataleando en el aire en contra del viento. Me acerco a ella y me siento en el columpio vacío a su lado.

—Siempre pensé que era estúpido tener tres columpios, cuando yo era hija única. —Dice mirando al cielo. Lentamente gira su cabeza y me mira sonriendo. —Bueno, viéndote ahí sentado la idea no es tan mala.

Aclaro mi garganta y miro el césped. —Gen...

—¿Tú también crees que fui yo? —Pregunta mirándome. Su rostro no tiene ninguna mueca, solo está ahí, sin una pizca de diversión.

—Sé que dijiste que estuviste atrapada en tu cabaña.

—Deberías decirle eso a tu pequeña lara jean. —Dice. Ambos nos quedamos en silencio, porque ahora que lo pienso ella tiene una cuartada segura. Si no fuera por la señora devanport, nada de esto estaría pasando. Gen hubiera asistido a nuestro encuentro y todo hubiera sido muy claro para lara jean, en realidad no creo que ella aceptara estar conmigo. De pronto gen frunce el ceño y tiene esa sonrisa maliciosa. —Pero no puedes, porque tendrías que decirle que la ibas a engañar conmigo.

—No iba a engañarla.

—¿No? —Dice ahora sonriendo de oreja a oreja. —¿Qué haríamos entonces? ¡A solas!—Enfatiza. —Después del toque de queda y después de lo que ocurrió el año pasado.