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Nunca me he sentido más nervioso y preocupado que en este momento. Lara jean está sentada en los escalones de su casa, ha estado callada desde que llegue aquí, su mirada está en el piso. Cuando llegue, esperaba recibir gritos y reclamos, pero este silencio es mucho peor. Son todas las cosas que ella se guarda y que piensa de mí, hace que me escueza la piel.

Suspiro y me armo de valor. —No es lo que crees, Lara Jean, de verdad que no.

Lara jean se queda callada. Me quedo a su lado, sin moverme. Este silencio se siente tan violento; Es como si tuviéramos un manto de vidrio y si hacemos algún movimiento violento se romperá sobre nosotros.

—Cuando empezamos con todo esto, yo era feliz quedándome en casa con mis hermanas y mi padre. Era cómodo. Y entonces empezamos a salir y fue como... fue como si me sacaras al mundo. —Dice. Su voz suena tranquila y dulce. —Al principio me asustaba, pero después empezó a gustarme. Una parte de mí quiere quedarse a tu lado para siempre. Sería fácil. Podría amarte para siempre.

Mi corazón palpita como loco en mi pecho. —Entonces, hazlo —digo.

—No puedo. —Dice y me da una mirada herida.
—Los he visto. La estabas abrazando, estaba en tus brazos. Lo he visto todo.

—Si lo hubieses visto todo, sabrías que no fue como crees. —Digo, la miro a los ojos, quiero con todas mis fuerzas que me crea. Pero en sus ojos no hay más que decepción. —Vamos, no me mires así.

—No puedo evitarlo. Es la única manera en que puedo mirarte ahora mismo.

—Gen me necesitaba, así que he estado a su lado, pero solo como un amigo.

—Es inútil, Peter. Gen te hizo suyo hace mucho, y aquí no hay espacio para mí. —Dice ya con lágrimas en los ojos. Me siento como el imbécil mas grande del mundo. Quiero abrazarla, rogarle para que me crea. Se limpia las mejillas con sus mangas y dice: —Me merezco algo mejor, ¿sabes? Me merezco... ser la chica número uno de alguien.

—Lo eres.

—No, no lo soy. Es ella. La sigues protegiendo, su secreto, sea cual sea. ¿De qué? ¿De mí? ¿Qué le he hecho yo?

Abro y cierro los brazos de impotencia.—Me apartaste de ella. Te convertiste en la persona más importante para mí.

—Pero no lo soy. Ese es el problema, lo es ella.—Niego con la cabeza, y trato de pensar en cómo escapar de este embrollo. Pero cuando abro la boca solo ciento que me hundo más. —¿Quieres saber cómo sé que ella es la persona más importante para ti? Siempre la escoges a ella.

—¡Eso son chorradas! —exploto—. Cuando descubrí que ella grabó el vídeo, le dije que si volvía a hacerte daño habríamos terminado nuestra amistad. No importaría que ella fuera mi apoyo por mucho tiempo, ni lo mal que lo estuviera pasando... —Me cayó al mirarla. —¿Lara Jean? ¿Qué pasa?

—¿Lo sabías? —Susurra.

Siento como una corriente pasa por todo mi cuerpo. —¡No! No es lo que crees. No lo he sabido durante todo este tiempo.

Lara jean tensa sus labios. —Así que en algún momento descubriste la verdad y no me lo dijiste. lo dolida que estaba y aun así seguiste defendiéndola, y luego descubriste la verdad y no me lo dijiste.

—Deja que me explique. —ruego rápidamente. —Descubrí hace poco que Gen estaba detrás del vídeo. Le pregunté al respecto y se derrumbó y lo admitió todo. La noche del viaje de esquí nos vio en el jacuzzi y grabó el vídeo. Ella lo envió a Anonybitch y lo reprodujo en la asamblea. Ha estado muy jodida por varias cosas que están pasando con su familia y está celosa y se desquitó contigo y conmigo...

—¿Como qué? ¿Qué le está pasando? —Chilla.

—Sabes que no te lo puedo contar. ¿Por qué me pones en esta tesitura cuando sabes que tengo que decirte que no? —Resoplo.

—Tú solito te has puesto en esa posición. Te ha tocado ella, ¿verdad? En el juego, te ha tocado ella, y yo le he tocado a ella.

—¿A quién le importa un estúpido juego? Covey, estamos hablando de nosotros.

—A mí me importa el estúpido juego.—Gruño y pongo los ojos en blanco. Mis orejas se sienten calientes y siempre creí que la expresión de sacar humo de las orejas era una idiotes, pero creo que podría estar experimentándolo en este momento.

Lara jean sale de su trance pensativo y dice: —¿Por qué estaba Genevieve fuera esa noche del viaje de esquí? Todas sus amigas estaban en el refugio.

Aprieto los ojos con fuerza.—¿Qué importa?

He incluso aunque no diga nada, su mirada es todo lo que necesito para saber que ella lo sabe. Sin palabras, sin admisiones, ella sola ata cabos. Sus ojos me miran dolidos, acusándome. —Si no hubiese salido a disculparme esa noche, ¿la habrías besado?

Pienso en esa noche. Decirle que no puede reclamarme sobre ello, porque aún no salíamos suena aún más bajo que admitir la verdad. Quisiera gritarle que no soy un cobarde, que pude soportar su desprecio como un hombre, pero no fue así, mi primer instinto fue correr hacia ella. Levanto la mirada, y la veo observarme, sus ojos me escudriñan como si no me conociera. Suspiro: —No lo sé. —Miento. Porque soy una basura y si, la respuesta es, Si, lo hubiera hecho.

—Si gano... ¿sabes lo que desearía? —Dice, su voz suena clara, y decidida; Como nunca la he escuchado antes. Miro el suelo avergonzado, porque incluso aunque no me insulte, duele demasiado. —Desearía que no hubiésemos empezado nada de esto.

Juraría que por el dolor de mi pecho, mi corazón ha dejo de latir. Levanto la cara y miro sus ojos, intento buscar una mirada herida, algo que me diga que lo que habla es su dolor, pero solo encuentro una expresión fría. —No tienes que ganar el juego para conseguirlo, Covey. Puedes conseguirlo ahora, si quieres.

Y de todas las cosas que creí que lara jean haría, hace algo que me hace sentir más como la mierda, extiende sus brazos y apoya sus manos en mi pecho. —Estás eliminado. ¿A quién tienes? —Dice.

—A Genevieve. —Digo furioso.

—Adiós, Peter. —Dice y se da la vuelta para entrar a su casa.

Me levanto de golpe y me subo a mi auto, conduzco sin rumbo por horas recordando toda nuestra pelea una y otra vez en mi cabeza. Todo es inútil, se me fue de, entre las manos. Quise detener el humo, que yo mismo sople.
Regreso a casa, cuando mamá me llama. No digo nada, solo subo a mi habitación he intento dormir. No lo consigo, solo me quedo mirando el techo, como si fuera un maldito castigo.

Pd. aun te amo - Peter kavinskyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora