Pd. aun te amo - Peter kavinsky

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Me despierto con una sonrisa en la cara. Las cosas están bien en casa ya que mi padre nos ha dejado en paz de una buena vez. El negocio de mamá está recibiendo muchos pedidos, los chicos están relajados ya que el equipo de lacrosse está ganando la temporada y lo mejor de todo es que no podría estar más enamorado de lara jean y ella de mí.

Antes de terminar las clases darrell nos cuenta que Camila le envió un mensaje, que decía que su padre la había castigado por su regalo muy sexual. Y ahora darrell debería pagarlo.

—Creo que deberías estar asustado. —dice gabe,

—Nah. —dice darrell agitando la mano para quitarle importancia. —Estoy seguro que me pedirá que la lleve al cine o algo.

—No parece una chica, que quiera ir al cine. —Tercio yo.

—¿Qué podría ser lo peor? —Pregunta darrell sonriendo como un tonto.

—Podría tatuarte la frente, poner un gran "Loser" —dice gabe encogiéndose de hombros.

—O cortarte las bolas. —Digo yo.

El niega con la cabeza y pone los ojos en blanco. La campana suena anunciando el final de las clases. Me despido de los chicos y voy directo hacia mi coche. Lara jean no tarda en aparecer. Cuando esta abordo me cuenta que hay un nuevo video del jacuzzi, con la banda sonora de la sirenita en el fondo. Nos metemos a instagram desde mi celular. La misma escena, lara jean en mi regazo, solo que ahora suena la cancioncita estúpida. Una oleada de furia invade mi cuerpo. Estoy harta de toda esta mierda. ¿Qué clase de imbécil esta tan obsesionado con todo esto? Dejo escapar el aire de mis pulmones, que incluso sale caliente. Dejo caer mi teléfono, y golpeo el volante con fuerza —¡Mierda! No soporto no poder protegerte de esto —grito.

Lara jean brinca de sorpresa y se queda callada. Trato de relajarme, lo menos que quiero es asustarla. —No tienes que hacerlo —dice dulcemente.

Miro hacia el frente y respiro hondo: —Pero quiero hacerlo. Pensaba que lo había solucionado, pero aquí está otra vez. Es como un puto herpes.

—Peter, ¿tienes herpes? —se burla.

—No tiene gracia, Lara Jean.

—Lo siento. —Pone una mano sobre mi brazo y le da un apretón gentil. —Salgamos de aquí. —Pide.

Giro la llave y enciendo el motor. —¿Adónde quieres ir?

—Adonde sea. A ninguna parte. Conduce y ya está.

Conduzco sin rumbo por la ciudad, logro relajarme un poco. Lara jean esta en silencio, pero tiene una sonrisa en los labios que me hace saber que no está preocupada. Sin embargo yo lo estoy, ¿Qué pasara si esto es cada mes? ¿Cuánto tiempo más podrá lara jean soportarlo?

Cuando la dejo en casa, quisiera decir que todo está bien, pero no lo está. En el fondo tengo miedo. Miedo de que yo no sea suficiente, para que su esfuerzo valga la pena.

* * *

Estoy tumbado en mi cama, en la noche. En realidad he estado en la misma posición desde que llegue en la tarde.
Mi teléfono suena, cuando miro la pantalla es lara jean.

—Hola. —Respondo, intentando que mi voz suene animada.

—La consejera de la escuela, llamo a mi papá esta tarde y le conto lo del video. —Suelta, su voz sale tan rápido que me cuesta seguirla. Me siento de golpe.

—Mierda. —Digo, y aprieto las manos, por mi elección de palabras.

—No te preocupes peter, papá lo arreglo. Ahora todos dejaran de molestarnos.