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Cuando llego a casa, mamá está sentada en los escalones de la entrada. Esta escuchando una estación de radio en la que siempre ponen baladas. No me ha visto aparcar, la observo dentro del coche. Sus labios se mueven articulando la letra de una canción, y su mirada está perdida en la noche. A veces me pregunto si mi madre es del todo feliz. ¿A caso se arrepentirá de conocer a papá? Supongo que sí, pero no sé si al grado de desear poder echar el tiempo atrás y evitarlo. Mamá nunca nos ha impuesto alguna relación o intentado darnos una figura paterna. Es una gran mujer y nunca se sintió como una falta. Es difícil tener un padre y ver que no eres para nada una prioridad para él, y fue más difícil cuando el formo una nueva familia. Es como si solo cambiara de página y nos desechara porque no fuimos lo suficientemente buenos para él. He visto a sus hijos y a su nueva esposa y me sentí muy feliz al principio, lo primero que pensé es que ellos no llegarían nunca a tener el encanto de owen, ni llegarían a ser tan apuestos como lo es mi padre o yo. Pero al llegar a casa ese día y refugiarme en la obscuridad de mi habitación todo ese sentimiento se vino abajo. En cambio me sentí como una mierda. Porque ¿De que sirve todo eso? De nada, la persona que debería amarte por encima de todas las cosas te deshecho.
Camino hacia la entrada de casa y me siento junto a mamá, que da un respingo asustada.

—Hola. —Digo sonriendo.

Se lleva una mano al pecho e intenta calmar su respiración. —Jesús peter, casi me matas del susto.

—Lo siento, creí que me viste. —Miento.

—¿Qué tal tu noche? —Pregunta.

—Genial, lleve a lara jean a su primera cita.

Mamá frunce el ceño sin comprender: —Estas loco.

—Mamá.

—¿Humm? —Dice mirando de nuevo al frente.

—¿Alguna vez has querido salir con alguien?

Se gira rápidamente y me mira como si yo de verdad estuviera perdiendo la razón. —¿A que viene eso?

Me encojo de hombros. —No sé, supongo que nunca me has contando si te gustaría. A demás ya paso mucho tiempo desde que él se fue.

Mamá me mira ahora con un semblante tierno. Mamá es una mujer muy hermosa, en la escala del 1 al 10, sin duda es un diez. Su piel es muy suave y tiene unos ojos muy hermosos.

Toma aire dramáticamente y dice:—No lo sé peter, nunca he pensado en ello.

—¿Por qué? ¿Es por nosotros? Porque si tu estas feliz, nosotros lo seremos.

—No es por ustedes cariño. Ustedes son buenos chicos. Supongo que nunca volví a pensar en ello. A demás es tarde para mi, imagíname yendo a una cita.

—Podríamos hacer una cuenta en internet en esos sitios de citas. —Ofrezco.

Mama suelta una carcajada sonora, que me contagia y me hace sonreír.

—¡Ay peter! —Dice negando con la cabeza. —Dudo que alguien quiera salir conmigo.

—Serian unos idiotas si no te pidieran una cita. —Digo.

Mamá sonríe y acomoda mi cabello con sus dedos. —¿Qué hay del Sr. Darwin? He visto que te mira mucho cuando pasamos por su tienda.

Mamá vuelve a carcajearse animada. —También creo que el tío de darrell está disponible. ¿Y sabes quién más? —Digo animado. —El entrenador White está soltero.

Owen viene corriendo a casa, seguido por su amigo Mike que viene sobre una patineta. Mira con curiosidad a mamá que se ríe a carcajadas, como nunca.

—¿Qué ocurre? —Pregunta sonriendo.

Me encojo de hombros. Mike y él se miran el uno al otro sonriendo, ambos se encogen de hombros y entran a la casa corriendo.

Cuando mamá logra calmarse, se limpia la mejilla por una lágrima que le salió por las carcajadas y finge darme una mirada herida. —Dios peter ¿Quieres deshacerte de mí?

—Nop, solo quiero que seas feliz.

—Pero si soy feliz cariño, tengo todo lo que necesito. Los tengo a ustedes y con eso me basta y sobra. —Dice besando mi mejilla.


Pd. aun te amo - Peter kavinskyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora