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El sábado por la mañana durante el desayuno, papá llega en una visita sorpresa. Tiene una sonrisa enorme y por la forma en la que se mueve, se ve eufórico.

—He venido para llevarlos a un partido de beisbol de mi trabajo. —Declara.

Mamá se queda parada, sin ninguna expresión en el rostro. Desearía que lo hiciera, tal vez así este hombre dejaría de ser tan hipócrita.

—¿Qué dicen chicos? —Pregunta papá.

Owen se encoge de hombros, pero no muestra un mayor entusiasmo.

—Yo paso. —Digo y miro mi teléfono.

—Oh vamos, nunca pasamos tiempo, juntos.

—Tal vez deberías volver a casa y llevar a tus hijos. —Digo refiriéndome a mis hermanastros.

Papá deja escapar un suspiro pesado. Se para delante de owen y toca su hombro amablemente. Solo puedo pensar en si owen sentirá las mismas ganas de empujarlo lejos, cuando me toca. Owen gira su cabeza y me mira. Sus ojos apagados lo dicen todo. Quiere ir.

Me encojo de hombros como si no me importara, pero no es así. Me enoja que el aun sienta necesidad de estar con él.

—¿A que ahora nos traerás de regreso? —Le pregunto a mi padre.

El hombre sonríe tan radiante, que puedo ver a owen atreves de ese gesto ganador.

* * *

En el auto me quedo callado en el asiento trasero, perdido mirando por la ventana. Owen se relaja y comienza a hablar y hablar como si le pagaran por ello. He traído unos audífonos para no tener que integrarme a la conversación, aunque no están encendidos.

Cuando salimos de la ciudad, papá me comprueba un par de veces en el espejo retrovisor. Y después pregunta.

—¿Y que hay de peter, la va bien? —Me tenso al escucharlo. Pero no miro hacia ellos en ningún momento. Odio admitirlo pero me puede mas la curiosidad.

—Si, en realidad es el mejor en su equipo de lacrosse, se esfuerza en la escuela, no es tan bueno como yo pero lo intenta. —Bromea owen.

—Es un buen chico, ¿no es así?

—El mejor. —Dice owen.

Papá asiente mirando al frente. —Lamento haberme alejado tanto de ustedes. No espero que me perdonen tan fácilmente. Pero cuando todo termino mal con su madre, todo me dolía. Necesitaba espacio para poder reconstruirme.

Owen asiente y se queda callado. Yo aprieto los puños furioso. ¿Qué carajo cree que necesitábamos nosotros?

Enciendo la música en mi móvil y ya no escucho nada más de sus excusas.

* * *

Cuando llegamos al campo de beisbol, todo el lugar es un caos. Los niños corren como si fueran abejas de una colmena recién agitada por un oso. Los padres estan en pequeños grupos, todos con atuendos deportivos y latas de cerveza en las manos, algunos están en sillas de plástico riendo a carcajadas.
Le ruego a dios en silencio por lo que más quiera, que no estén aquí ni su esposa ni sus otros hijos, porque querré morirme.
Papá nos guía esquivando a la gente, hasta la cancha de beisbol, donde hay aun mas gente que en los alrededores. Rodeamos la gran reja y nos detenemos en las prácticas de tiros. Un hombre canoso y bigote negro tiene el bate en sus manos y sonríe esperando la bola. Sería una perfecta versión de Mario bros, de no ser por el cabello. Agita el bate en sus manos y cuando la pelota sale disparada hacia él, le pega con gran fuerza; haciendo que la bola se impacte contra la reja. Todos estallan en aplausos y vítores para el hombre.

Pd. aun te amo - Peter kavinskyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora