Capítulo 14: Harry

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Aún sigo sin poder creerlo... Toda mi vida a la mierda, por una simple noticia.

Matt y yo... Lo nuestro, nuestra relación. Todo se había descubierto. Todo había salido a la luz. Y en cierto modo me siento culpable.


Creo que aún no soy del todo consciente de lo que ha pasado en los últimos días.

Aquella tarde, tras publicarse el artículo, volví a casa para enfrentarme a Shelby. Pensé que literalmente me mataría, pero lo cierto es que se mostró bastante comprensiva.

Ójala pudiera decir lo mismo de Esther...

No he llegado a hablar con Matt desde lo sucedido, así que no estoy seguro de qué pasó realmente entre ellos. Pero sí he oído rumores, y pude comprobar en mis propias carnes el enfado de Esther cuando ésta vino a buscarme para gritarme y golpearme con furia.

Hasta entonces, desconocía está faceta de ella.

Aunque claro que tiene sus motivos. Matt le había sido infiel... con un hombre. Y aunque Shelby no se comportara así, supe por su expresión que esto le había afectado muchísimo.

Hubiera preferido los golpes...

En unos días iremos al juzgado para pedir el divorcio, y lo cierto es que no siento dolor por ello. Pensaba que perderla acabaría conmigo, y me aferraba a esa idea a la hora de mantener mi relación con Matt en secreto.

Pero ahora... Lo veo diferente.

Su marcha no me destrozaría ni la mitad de lo que lo hizo la de Matt.

Sabía que beber no era la solución, pero en estos momentos lo veía como la única salida. Igual que a Magnus le ayudaba a olvidar los errores de su vida pasada... a mí me ayudaba a olvidar los de la mía.

Porque, sí, llegué a plantearme que mi relación con Matt fuera un error. Pero se supone que los errores son algo malo, algo que te hace daño; y aquello no podría estar más alejado de la realidad.

Termino de beber el último trago de whisky y me levanto, dispuesto a hacer algo de lo que, días antes, no habría sido capaz. Tal vez fuera por el alcohol, pero había recobrado algo de valentía.

Me detengo frente a la puerta de su piso y golpeo varias veces la puerta con un deje de inseguridad.

- Devuélveme a mi perro -digo en cuanto abre, aunque no puedo evitar mirarle de la misma forma en la que un pintor admiraría su propia obra de arte.

Su aspecto era el típico de alguien que no había dormido mucho, tal vez durante días. No estaba en sus mejores momentos y, aunque suene cruel, quiero pensar que era debido a mí.

 No estaba en sus mejores momentos y, aunque suene cruel, quiero pensar que era debido a mí

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- Tu perro está bien -dice él mientras se cruza de brazos- De hecho, mejor que contigo.

Trato de centrarme en lo enfadado que estaba con él. Y él, por su parte, trata de interponerse en mi camino cuando intento entrar. Pero le echo a un lado con facilidad y entro al interior del piso.

Parecíamos estar solos allí.

- No seas infantil, y devuélvemelo -intento sonar frío, pero más que amedrentarle lo único que logro es que  Matt se acerca a mí.

- ¿Infantil? -dice soltando una carcajada- ¿Soy infantil? Entonces, todo lo que hicimos... ¿También te lo pareció?

No comprendía por qué tenía que sacar ese tema. Creía que él también trataba de olvidarlo.

Pero la forma en la que me miraba no parecía apoyar sus palabras.

- Esto es absurdo, Matthew.

- Sabes que odio que me llamen así -refunfuña.

Luego estira su mano para levantar mi cabeza con suavidad. Aquella que había bajado inconscientemente por temor a no ser capaz de hablar si le veía a él.

- ¿Estás tan inseguro que no puedes ni mirarme directamente?

La rabia que luchaba por contener explota de golpe, y le empujo con fuerza hacía atrás mientras grito:

- ¡Cállate!

- ¿O si no qué? -dice en el mismo tono que yo, con la mandíbula en tensión- ¿Me pegarás?

Aunque trataba de sonar indiferente, puedo captar en su voz auténtico temor ante esa situación.

Pero aún así trata de disimularlo y me empuja, y yo siento la inquietante necesidad de...

- ¡Quizás! -grito.

- ¡Hazlo! -me provoca él.

Pero golpearle me haría más daño a mí que a él. Así que le cojo de esa chaqueta holgada que llevaba entre abierta y, con un movimiento brusco, hago que su cuerpo se pegue al mío, uniendo mis labios a los suyos, con tanta intensidad que le dejo sin respiración.

Fui plenamemte consciente de aquello. Pero no me detuve.

Me sentía completamente liberado...

Coloco las manos sobre su torso, acariciándole el pecho con la yema de los dedos con lentitud, buscando disfrutar de cada caricia y de la reacción de su cuerpo ante ellas. Sentía que, de separarme de él, podría perderle de nuevo.

Él se estremece cuando le empujo de nuevo, pero esta vez, con suavidad y únicamente con el objetivo de separarle para poder enterrar la cabeza en su cuello y besarlo con suavidad.

- Aún sigo enfadado contigo -susurro contra su piel.

Él sonríe.

- Yo también.

Nos mantenemos unos segundos en silencio. Mirándonos directamente a los ojos. Como antes.

Hasta que el desvía la mirada y comienza a hablar de nuevo:

- Tengo algo que darte.

Rebusca algo en su bolsillo y, tras pocos segundos, saca lo que parece ser una pequeña rosa de color granate.

- La encontré en el parque. Sé que puede parecer algo cutre pero... quiero que la tengas.

Pasa la lengua por sus labios, meditando sus próximas palabras.

¿No se daba cuenta de lo jodidamente sexi que era ese gesto?

- Por cada flor, una decisión -susurra- He leído que cuando una pareja...

Pareja... ¿Cómo una única palabra puede sonar tan bien?

Él continúa hablando.

- Es como la que te dio la reina seelie... Es decir, Sarah -se corrige- Cuando se haya secado... Toma una decisión. Si quieres seguir conmigo, devuélemela. Si no... -no logra terminar la frase.

Cuando levanto la mirada de la pequeña flor, su expresión me deja claro el motivo: inseguridad, miedo y tristeza.

Deja la flor en mi mano, acariciando mis dedos levemente, y se acerca para dejar un suave beso en mis labios.

Mi vida se había vuelto un desastre: Había perdido a Shelby, mi hogar y mi matrimonio. A gran parte de mis amigos, y también a muchas personas que estaban a mi lado.

Pero perder a Matt dolería mucho más que todo eso.

A pesar de todo lo que hubiera pasado, no podría alejarlo de mi. Si algo tenía claro, era que le amaba y necesitaba como nunca a nadie antes.

Y por ello... Era el momento de tomar una decisión.

INSIDE: A Shumdario FanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora