Harry Shum Jr. y Matthew Daddario interpretan a Magnus y Alec en la serie Shadowhunters; pero fuera de escena, la magia es real. Y es que sólo una cámara separa el Malec del Shumdario...
Me separo de Matt, tan lentamente, que nuestros labios permanecen juntos hasta el último segundo; dejando un sonido cuando logran separarse, que me pone los pelos de punta.
Le miro a los ojos. A esos brillantes ojos verdes, ahora casi negros por el grosor que había adquirido su pupila y que cubría casi por completo su iris.
Mi respiración está agitada, al igual que la suya. Puedo sentir su aliento contra mi piel, y el subir y bajar de su pecho al compás de ésta.
Ójala supiera qué estaba pensando. Joder, ¡mataría por saberlo! ¿Y si había malinterpretado las señales? ¿Y si todo eran imaginaciones mías? Al fin y al cabo, él estaba con Esther... Pero yo estaba con Shelby y eso no me había impedido meterle la lengua hasta la garganta...
- Di algo... -susurro al fin, al ver que no deja de mirarme.
- Harry, yo...
No puede acabar. La puerta se abre y entra Alberto.
- Chicos, ¡ha sido una escena genial! Juro que por un momento creí que íbais a quitaros la ropa allí mismo -suelta una carcajada.
Matt y yo intercambiamos una rápida mirada, tan fugaz que ni los reflejos de un vampiro podrían captarla. Pero eso es justo lo que acababa de pasar: Alberto la había visto, y parecía entender que algo pasaba.
- Os... os dejo solos -susurra, con una expresión mezcla de la sorpresa y la confusión, pero con un toque divertido.
Me giro hacia Matt.
- Lo siento. Por como te fuiste tras el beso, pensé... Bueno, malinterpreté la situación. Tranquilo, no volverá a pasar. Me limitaré a ser Magnus, y me contentaré con ser parte de tu Malec.
Matt me mira al fin, alzando la cabeza de aquella mancha en el suelo que llevaba observando desde hace rato, probablemente, en un intento de evadirse de la situación.
- Pero... yo no quiero que lo hagas -dice al fin, pareciendo que le había costado un esfuerzo descomunal decir aquellas siete palabras.
- ¿Qué? -farfullo incrédulo.
- Escucha, yo tampoco lo entiendo. Pero cuando te besaba en escena... Ha ocurrido algo. Nunca antes había sentido algo así. Te confieso que ni oía las órdenes del director. Dejé de oír esas "pon tu lengua aquí" o "cójele de la cintura" para centrarme en ti. Estaba muy nervioso.
- Lo sé. Me mordiste el labio -digo yo con una sonrisa.
Matt ríe, bajando la cabeza y haciendo un especie de silbido con la boca, como hace siempre que se avergüenza de algo pero al mismo tiempo le hace gracia.
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- Entonces... ¿qué hacemos?
- Supongo que tenemos dos opciones. Limitarnos a ser Malec...
