- Estúpido Matthew y estúpido día en el que le conocí -farfullo tirado en el sofá, frente a la televisión.
En realidad no estaba viendo nada en especial; tan sólo me dedicaba a apretar los botones del mando con fuerza, haciendo que cambiara de canal sin cesar; de una forma tan rápida, que acaba por apagarse del todo.
- ¡Mierda! -grito tirando el mando contra el suelo.
La tapa salta por los aires, y las pilas ruedan debajo del sofá.
Gruño y me agacho a recogerlas.
- ¿Y sabes qué es lo peor? Que aún le quieres, estúpido... -me digo a mí mismo.
Sí. Las cosas fueron muy espontáneas con Matt. Y, tan rápido como habían llegado, se habían ido.
Pero... Joder, era pensar en no volver a besar sus labios; en no volver a sentir el roce de su piel, o el choque de su aliento contra el mío y...
- ¡Agggg! -vuelvo a tirar el mando que acababa de recoger.
Llaman a la puerta. Tres golpes secos. Probablemente, de alguien que no conocía la existencia de ese invento tan maravilloso llamado timbre.
- Um.
Trato de serenarme, y voy a abrir. Y, para mi sorpresa, me encuentro cara a cara con Matt.
Estaba tal y como le había dejado, sólo que, quizás, con signos de haber bebido. Aunque no demasiado; siempre aguantó muy bien el alcohol.
- Hey... -es todo lo que logro decir.
- ¿Está Shelby?
No puedo evitar preocuparme por él.
- No. Hoy dormía con su madre. ¿Estás b-
No logro acabar la frase, pues sus labios me interrumpen de esa forma en la que sólo Matt sabía hacerlo.
Me empuja hacia atrás mientras me besa, colocando sus manos en mis mejillas. Estaban calientes, y muy suaves. Podía sentir... protección cuando me tocaba. Sí, esa era la palabra. Protección...
Yo sin embargo... ni si quiera sabía dónde poner las mías. Las mantenía sobre sus hombros, pero sin atreverme si quiera a rozarle.
Con un esfuerzo sobrehumano, logro apartarme de él. Tan sólo unos centímetros; los necesarios para poder hablar.
- Um, ¿a qué viene todo esto? No es que me queje, pero pensé que...
Me odiabas... Eso no lo digo en voz alta. No puedo. No soy capaz. Pero habíamos discutido, y realmente pensé que era cierto.
- Yo solo... -continúa él. Estaba... ¿nervioso? - He pensado en lo nuestro, y quiero dar el siguiente paso.
Confieso, que eso era lo último que me esperaba que dijese.
- Ah, el paso del sexo.
No era una pregunta, sino una afirmación. Ambos sabíamos por donde iban los tiros, y cómo iba a acabar esta conversación.
- Sí...
- Matt, yo también quiero esto. No sabes cuanto, pero... Me preocupa que... Si nos precipitamos... Pueda perderte.
Decir aquellas palabras fue muy duro. Cada sílaba que pronunciaba me reconcomía por dentro, porque llevaba tiempo tratando de decirlas en voz alta. Y, no fue hasta que lo hice, que yo mismo me di cuenta de lo que sentía.
Podía observar la mirada de Matt mientras hablaba. El entrecejo hacia abajo y los músculos faciales en tensión. ¿Era confusión? ¿Enfado? ¿Comprensión? Dame una señal, Matthew...
Me alejo de él, dándole la espalda para luego girarme. Y, cuando lo hago, me encuentro con que ya está de nuevo junto a mí.
- ¿Qué? ¿Por qué piensas eso?
Suspiro.
- Porque... Nunca me había sentido tan vulnerable...
- Harry -pronuncia mi nombre, con una sonrisa en el rostro y acercándose a mí- No tienes por qué preocuparte. Quiero esto.
Mi corazon comienza a latir a mil por hora. Y ni si quiera tengo tiempo para asimilarlo, pues él se aferra a mi camiseta y me lleva hacia el dormitorio.
Yo coloco mis manos alrededor de su cuello, y comenzamos a besarnos mientras él cierra la puerta.
No podía creer lo que estaba a punto de suceder, y menos, dónde iba a hacerlo.
Matt alza un pie para quitarse la bota, tambaleando; tal vez por el efecto de la bebida, o simplemente por la emoción del momento; pero estamos tan agarrados que ambos estamos a punto de caer.
Me río. Y es una risa nerviosa. Porque sí, todo esto me daba miedo. Pero, joder, por nada del mundo pensaba parar.
Paso la mano por su espalda y alzo su camiseta. Él continúa mis movimientos, ayudándome a quitársela.
Entonces vuelve a agarrar la mía, y yo retrocedo al compás, quitándome la chaqueta también.
Separo mis labios de los suyos, tan sólo unos segundos, para coger algo de aire. Cuando ha terminado de quitarse la otra bota, coloco las manos en sus mejillas y le tiro a la cama.
Matt debajo. Yo encima. Y nada entre nosotros. Era perfecto.
- Eres ágil... -susurro.
- Shadowhunter -me corrige con la respiración agitada.
Sonrío inclinando la cabeza, y él es esta vez quien me coge por ella para llevarme hacia sus labios y unirlos en un profundo y apasionado beso.
Me echo hacia atrás, y Matt me sigue. Nadie sería capaz de decir cuándo acaba su cuerpo y cuándo empieza el mío. Esta noche, somos uno.
Noto un tirón en mis hombros. Estaba tratando de quitarme la camiseta. Hazlo ya, Matthew...
Su mano llega a mi espalda, y el frío en ella me indica que la está levantando. Pero debo olvidar esa sensación de exposición para seguir centrándome en los labios del chico al que no podía dejar de besar.
El resto, podría decirse que fue como una llamarada recorriendo mi cuerpo de arriba, a abajo.
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INSIDE: A Shumdario Fanfic
FanficHarry Shum Jr. y Matthew Daddario interpretan a Magnus y Alec en la serie Shadowhunters; pero fuera de escena, la magia es real. Y es que sólo una cámara separa el Malec del Shumdario...