Harry Shum Jr. y Matthew Daddario interpretan a Magnus y Alec en la serie Shadowhunters; pero fuera de escena, la magia es real. Y es que sólo una cámara separa el Malec del Shumdario...
Tras una noche de ensueño, llega la dura realidad. Va a sonar horrible, pero estoy tan dolorido...
Juro que he tenido que ponerme un cojín en la silla de mi camerino. Nunca había sido cómoda, pero en días como hoy...
Aunque ni si quiera me importaba. No podía dejar de sonreír, lo cuál haría muy incómodo el rodaje de la escena de hoy; en la que se supone que Magnus se encuentra solo y vulnerable. ¿Cómo hacerlo cuando yo me sentía tan bien?
La puerta se abre y entra Matt. Me levanto a recibirle con un beso, pero él me aparta y tira unos papeles sobre la mesa.
Mi corazón se detiene al verlos...
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- ¿D-de dónde lo has... sacado? -es lo único que logro decir.
- De una estúpida página web. Y sólo es un ejemplo. Están por todas partes. Mira.
Saca el móvil y veo que escribe algo. Mientras lo hace, trato de analizar su expresión: sus ojos hundidos, sus labios curvados en una mueca, su ceño fruncido... Y todo ello acompañado de una voz grave y seca que había utilizado para hablarme, y que sólo había oído en una ocasión: En la escena de la ruptura Malec.
Un sonido procedente de mi bolsillo me hace volver a la realidad. Un mensaje. De Matt.
Lo saco, y me encuentro un enlace en nuestra conversación. Aquella que últimamente se basaba en corazones y comentarios obscenos, y ahora reducida a esto...
Mientras lo abro, Matt se dedica a dar vueltas por el cuarto, pasándo su mano nerviosamente por su cabello.
- ¿¿Culpa mía?? ¡Fue tu idea tener una cita! -grito.
Fuera se hace el silencio. Todos estaban escuchando, éramos plenamente conscientes, y no nos importaba. No ahora.
- ¡¡Y fue tu idea lo de ir a la discoteca!!
- ¡¡Y fuiste tú quién me hizo gritar así en el motel!!
A pesar del enfado, mis palabras causan efecto y sus mejillas enrojeceb al instante.
Pero él ya había encendido la llama. Y ahora la mecha se estaba consumiendo. No puedo parar y... exploto.
- ¡No tienes derecho a recriminarme nada, soy yo quién está casado!
- ¿Crees que no lo sé? ¡Soy el "rompe matrimonios"!
- ¡Y yo el marido infiel!
Se forma un silencio entre nosotros. Y no era como los demás; como aquellos que ambos disfrutábamos en compañía el uno del otro. Este era denso y pesado... La tensión del ambiente podía cortarse con un cuchillo.
- ¿Sabes qué? -susurro entre dientes, lleno de furia- Lo único bueno que ha salido de todo esto es que ya no tengo que fingir que tengo el corazón roto por tu culpa. Será muy fácil ahora interpretar a un Magnus desolado, porque yo también lo estoy.
Mi tono seco y mis duras palabras provocan lo que yo buscaba sin saberlo: los ojos de Matt se inundan en lágrimas. Pero ya no tenía esa necesidad de abrazarle y decirle que todo estaba bien. Quería que sufriera, como yo iba a sufrir por su culpa.
- Harry... -comienza a decir con voz rota.
Yo me limito a negar y a salir de la habitación.
No sé cómo llegó a empezar toda esta locura, pero iba a ser yo quien le iba a poner final.
