Harry Shum Jr. y Matthew Daddario interpretan a Magnus y Alec en la serie Shadowhunters; pero fuera de escena, la magia es real. Y es que sólo una cámara separa el Malec del Shumdario...
- ¡¡A las tres de la mañana!! -grito cubriendo mi cabeza con la almohada.
- Vuélvete a dormir, cielo -susurra Harry dejando un leve y tranquilizador beso en mi cuello- Ya pararán -dejando unos pocos más.
Yo suspiro.
- Eso dijiste hace veinte minutos. No van a dejarlo...
Él gruñe y se separa, se levanta, y cubre su cuerpo desnudo con una bata.
- Despacho a quien sea que esté allí y vuelvo, ¿vale?
Asiento. Y él me señala con el dedo:
- Pero que conste que ya no tengo sueño, sino otra cosa -advierte antes de marcharse.
Yo río y vuelvo a tumbarme.
Al final ha salido algo bueno de todo esto...
El estrés de la boda estaba podiendo conmigo, y creo que hasta había perdido peso. Había tanto que preparar, y a tantos a los que invitar...
Personalmente, a mí no me importaba todo aquello. Alejandro era buena persona, pero exageraba demasiado. Para él, todo tenía que ser perfecto. Y para mí... Bueno, yo sólo necesitaba a Harry.
Habíamos pasado por muchas cosas juntos; y también juntos superamos muchos problemas y obstáculos. Lo único que quería, era ser su marido de una vez por todas.
A la mierda la tarta. A la mierda la Iglesia. A la mierda el altar. A la mierda las flores. Y a la mierda los invitados.
Yo sólo quería a Harry. A mi Harry.
Aquel que ahora entraba en el cuarto, con la bata ligeramente abierta para mostrar su formido pecho. Aquel, que llevaba tras de sí a...
- ¿¿Jenna??
Jenna Ushkowitz. ¿Cómo describirla? Agobiante, controladora, manipuladora, victimista... Y la ex-novia de Harry. Una de las pocas personas, que no estaba invitada a nuestra boda.
- Hola, Matt -responde ella con una sonrisa falsa- ¿¿Cómo podéis haberme hecho esto??
Harry traga saliva y me mira.
- Jenna se ha enterado de que nos casamos, Matt. Esther y Shelby se lo han contado -dice, vocalizando mucho para darme a entender lo que yo ya temía:
La disculpa de Shelby y Esther, era una trampa. Y ésta, era su forma de sabotear nuestra boda.
- Me parece súper fuerte -sigue hablando ella. Y continúa su discurso de quejas durante varios minutos.
Finalmente, y cuando se ha calmado, Harry y yo le pedimos que salga del dormitorio para poder vestirnos.
Cuando ella asiente y sale del cuarto, cierro la puerta en completo silencio.
- Te juro que yo no sabía nada...
- Lo sé -digo con sequedad, para luego vestirme junto a él, sin decir nada.
Al acabar, me siento en el borde de la cama con la cabeza enterrada entre mis manos, en un gesto de agobio. Algo, que ya se había vuelto habitual estos días.
Harry coloca su mano en mi espalda y la desliza con suavidad. Luego, coloca la otra, y empieza a darme un masaje en los hombros.
- Gracias. Esto está bien... -susurro.
- Y todo lo demás también lo estará, ¿vale? Te diré lo que vamos a hacer. Vamos a ofrecerle algo de beber a Jenna, y luego le pediremos educadamente que se vaya.
Yo asiento, cerrando los ojos y mordiéndome el labio; fruto del efecto que las manos de Harry provocaban en mí.
Pero entonces se aparta, e inconscientemente suelto un gruñido de protesta que le provoca una risa.
- En cuanto se vaya, volveré a tocarte. Y esta vez, no en los hombros.
Sonríe y sale del cuarto. Yo me tiro a la cama, mordiéndome el labio de nuevo y sonriendo.
Cuando estaba con Harry; cuando nuestros cuerpos se juntaban... La sensación era mágica. Y esto era algo que había ocurrido desde el principio.
Y a veces, ni hacía falta que me tocara. Era pensar en él; en sus fuertes brazos, su larga y ancha espalda, sus interminables piernas...
Era pensar en aferrarme a él, en hacerle gemir de placer, en recorrer su cuerpo con mi lengua, en sentir su calor contra el mío...
Y...
Deslizo la mano hacia el interior de mi pantalón, y vuelvo a cerrar los ojos. Centrando todos mis pensamientos en Harry.
Pronto, un jadeo por mi parte me hace volver a la realidad. ¿Para qué hacer todo esto yo solo, cuándo en unos minutos podría estar haciéndolo Harry?
Así que me levanto, esbozando una amplia y pícara sonrisa, y salgo del cuarto.
Esperaba encontrarme a Harry, a solas y listo para la acción. Esperaba incluso verle ya desnudo; provocándome.
Pero en su lugar, en lugar de todo aquello; me encuentro a un Harry que sí, estaba listo para la acción. Pero ni estaba a solas ni estaba listo para mí.
Me encontré a Harry... Besando a Jenna Ushkowitz...
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