Conseguí coger un taxi que me llevó hasta el hotel en el que se hospedaba Carmen. Cuando bajé del taxi me quedé impresionada al ver el hotel, ya que tenía pinta de ser muy lujoso a pesar de que era de cuatro estrellas. Llamé a Carmen al móvil, que rápidamente me lo cogió y no tardó en bajar.
Las dos fuimos corriendo, la una hacia la otra, dándonos un abrazo que casi nos hace caer al suelo.
- ¡FEAAAAAAA! – chillé dejando mi mochila en el suelo.
- ¡____, MADRE MÍA CUÁNTO TIEMPO!
- Te echaba de menos joder.
- Y yo a ti pava.
- Oye tía, ¿cuándo has conseguido ponerte tan negra de piel? Apenas estamos en 5 de julio.
- Sabes que mi piel es de ponerse morena enseguida, al contrario que a ti, que eres muy pálida. – ambas nos empezamos a reír.
- Creo que tengo que estar al sol las 24 horas del día durante todo el verano para ponerme la mitad que tú, no me juzgues.
- ¿Y qué tal todo estas dos semanas que llevas aquí? ¿Has hablado con ese amigo tuyo, Luke era su nombre no?
- Sí, hemos vuelto a ser súper buenos amigos.
Por el camino hacia un lugar cercano del hospital fui contándole con detalles lo que me había sucedido, desde lo de Ashley cuando fui a buscar a Luke, hasta el castigo que me han puesto por las fotos de la fiesta. Habíamos llegado a una terraza donde servían desayunos así que nos paramos allí y pedimos algo mientras le terminaba de contar todo.
- Definitivamente me mudo a Sídney ¿Vale? Creo que la vida en Madrid es de cien veces más monótona que aquí. – me dijo Carmen perpleja de todas las cosas que habían sucedido.
- No creo, lo que pasa es que ha sido un gran cambio de aires y tal. Me sorprende por qué eres más o menos tan pija como mi prima, pero vuestras personalidades son exactamente opuestas.
- Tía, ¿pero enserio que su novio quería liarse contigo?
- A lo mejor es que quería demostrar que es un macho australiano, pero a todo eso es simpático.
- ¿Sabes? Mientras iba en coche hacia el aeropuerto me paré a comprarme un refresco y en un banco estaba sentado Aitor liándose con una pelirroja.
- Ammm... - miré al suelo, creo que aún lo quería. – Supongo que es la tía con la que le pillé follando.
- Tía no te rayes, es un cabrón. ¿Aún le amas?
- Creo que sí...
- Pues sácatelo de la cabeza y vive la vida, cuando te quiten el castigo nos vamos tu y yo de fiesta y nos liamos con alguno.
- Sí claro, es fácil decirlo. Por cierto, hemos dejado a Charly solo en España, estará el pobre amargado.
- Ai, cállate que ha ligado. El otro día fuimos al 40 café a escuchar a una banda indie que tocaba allí y un chico se le acercó a hablar con él, y han quedado varias veces.
- Puto bisexual, anda que me cuenta nada...
- Pobrecico, esperaba a que sucediese algo más, no le culpes.
Seguimos hablando hasta que terminamos de pagar la cuenta y nos dirigimos hacia el hospital.
- ¿Vamos a ver a la chica esa que vive en frente de tu padre?