- ¿ ____? – se escuchaba la voz de… ¿Calum?
- Sí, ¿Calum, verdad?
- Sí, soy yo… ¿Podrías venir? Es que Luke está fatal y he intentado hacer todo lo posible, pero me dijo que me fuera, y pensaba que a lo mejor tú podrías animarle un poco…
- Ehm… pues es que le estuve llamando y mandando mensajes y no me contestó, no sé…
- ¡Por favor! Aunque diga que no, él necesita a alguien a su lado ahora mismo…
- Bueno, sí… supongo que vendré… en media hora estoy allí.
Colgué y me tumbé en la cama por unos minutos. Quería relajarme y disfrutar de lo perezosa que soy. Me levanté al fin, cogí dinero y salí en busca de un supermercado. Después de encontrar uno entré y compré helado de vainilla, palomitas dulces y un par de coca colas. Me dirigí hacia la parada del bus y cogí uno que me llevase a la casa de Luke. Cuando llegué, llamé al timbre. Se abre la puerta y se puede ver a Luke lleno de ojeras con los ojos rojos… y en calzoncillos.
- ¿Dónde te dejaste los pantalones Hemmings? – La situació era graciosa. No sé porque me gustaba llamarle por su apellido.
- Holy shit! Es verdad… es que me metí en la cama y bueno…
Lo empujé hacia dentro y cerré la puerta detrás de mí.
- ¡Vamos a tu cuarto y hacemos terapia de helado de vainilla! – se lo dije con una sonrisa en la cara.
- ¡Te has acordado de mi helado favorito!
- Nuestro helado favorito, comíamos de pequeños hasta reventar…
Subimos a su cuarto y empezó a desahogarse y a hablar conmigo de Ashley, de todo lo que sentía… mientras los dos clavábamos las cucharas en el helado. Le di unos consejos y mi opinión, acabando con un buen abrazo, más que de amigos, de hermanos.
- ¿Pero cómo sabías que estaba así?
- Me lo dijo Calum, me llamó y me dijo que viniera, que ya no sabía que hacer contigo.
- Gracias Jefferson – no pudo evitar sonreír.
- Heeey, que lo de llamar por el apellido es mío, copiota. – hice pucheros.
- ¿Quién lo dice?
- ¡Yo! – y le tiré una cuchara de helado a la cara.
Se quedó boquiabierto por unos segundos hasta que reaccionó y comenzamos una pelea de helado, palomitas y cojines.
Más tarde nos dimos cuenta de que tanto nosotros como la habitación nos habíamos puesto perdidos. Recogimos todo como pudimos y nos pusimos a ver una película: Underworld IV. Fue bastante entretenida. Me quedé embobada mirándole.
- Hey, ¿por qué me miras tanto? – me dijo él haciéndome señas para que reaccionara.
- Es que me estaba fijando en todo lo que has cambiado durante todos estos años…
- No soy el único, tú también has cambiado bastante.
Nos quedamos mirando el uno al otro por unos segundos cuando de repente escuché a Calum gritando.
- ¡LUKE, TENEMOS QUE IR AL CURRO!
- Mierda, se me había olvidado, hoy es viernes, tengo que irme… - dijo Luke buscándose ropa de cambio en su armario.