Capítulo 3: No soy una mascota

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Elena despertó algo alterada, el dulce sueño que había tenido con Loki poco a poco fue cambiando a un recuerdo de su infancia con ella huyendo de una de las tantas familias adoptivas donde la había ubicado el gobierno. Se levantó rápidamente y fue al baño a darse una ducha, necesitaba relajarse.

Al terminar se enrollo en el cabello una toalla y se ponía una bata mientras corría a contestar el celular que había comenzado a sonar, vio el número, era la editora en jefe, Elena se puso a nerviosa.

—Si jefa —contestó cuando pudo haber agarrado algo de valor.

—La señorita Warren me ha enviado un artículo sobre actividad gubernamental en Nuevo México, precisamente en Puente Antiguo, ¿las fotos las tomaste tú?

—Si señora —respondió Elena temiendo algo malo.

—Pues a pesar que es raro y que les encantará a los lectores... ¿Sabes que el gobierno te podría encerrar de por vida por eso?

—Lo sé señora.

—No lo voy a publicar a pesar de que es una muy buena historia Elena —concluyó la jefa—. Tú eres una de mis mejores periodistas y una de las más reconocidas, no te pondré en peligro y no incluyas esto en tu propio artículo.

—Enterada jefa.

—Muy bien, te espero pronto de regreso —respondió su jefa antes de colgar la llamada.

Elena suspiró y luego comenzó a golpearse la cabeza con su mano—estúpida... estúpida y mil veces estúpida... ¿quieres pasar el resto de tu vida en una jaula? —pero después de calmarse se dio cuenta que en realidad no le importaba otro antecedente más en su vida, de hecho, tenía suerte de tener este trabajo después de sus antecedentes.

Realmente había comenzado el día con el pie izquierdo, decidió salir hacia el café de Izzy para después tomar unas fotos del pueblo para su artículo, se puso un pantalón jean y una blusa azul, tomó su bolso con su cámara dentro y salió de su casa, camino hasta el café.

—Hola Izzy.

—Elena ¿lo de siempre?

—Por favor —Izzy asintió y comenzó a preparar su orden.

En cuanto le sirvieron su orden ella desayuno rápidamente, pagó y salió del lugar a tomar las fotos que necesitaba, de ahí se dedicó a realizar algunas entrevistas para el articulo y finalmente tomó rumbo a su casa, lo normal de su día a día, lo único que cambio es que veía personas vigilándola a cada rato.

—Debí sacar mi arma conmigo —murmuró para sus adentros mientras llegaba a la puerta de su casa.

En cuanto entró caminó hacia su cocina inmediatamente para preparar su almuerzo y después de comer se dispuso a continuar su trabajo del cual no tenía casi nada hecho a pesar de lo que intentaba escribir. Después de estar casi toda la tarde redactando escucho un ruido extraño en la parte de atrás de su casa, tomó rápidamente su arma y camino hacia el ruido.

—Maldita sea —escucho que alguien murmuraba.

—Identifícate o te disparo—advirtió ella apuntando el arma al desconocido, lo único que ella pudo visualizar es que venía de traje.

—No me vas a hacer daño con eso querida —dijo el hombre acercándose a ella.

—Ah tú —dijo Elena sin bajar el arma—. ¿Qué haces aquí?

Loki le quitó el arma con magia y ella envalentonada y furiosa comenzó a acercarse a él, se proponía en darle una buena cachetada por haberla asustado y por quitarle su arma, el dios con toda facilidad detuvo su brazo en el aire.

Príncipes desterradosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora