Capítulo 51: El lamento de Thor y Elena

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Los primeros días de diciembre llegaron con una velocidad increíble, Elena durante todo ese tiempo se habia dedicado a investigar todo lo que se había encontrado en la habitación, cada carta, cada informe, cada documento, se enteró además que tenía una tía llamada Amy de la que no sabía nada, que también había muerto y que era la esposa de Holder, puesto que encontró su acta de matrimonio.

Estaba en la cocina tomando una sopa de pollo que le había preparado una de las damas llegadas de Alfheim, que se encontraban allí, Elena le pareció muy buena así que la tomaba de buen gusto, también estaba viendo algunos documentos con respecto a las finanzas de la mafia de Helblindi que le había mandado Adrian Taylor, que estaba logrando poco a poco derrumbar todo el poder del gigante de Hielo.

Bonjour Belmont (Hola Belmont) —saludó Elena suavemente—. Quelle surprise de te voir ici (que sorpresa verte por aquí dentro).

Madame —correspondió Belmont—je peux m'assoir? (¿puedo sentarme?).

Avant (Adelante) —aceptó Elena señalándole una silla cercana.

Un colis est arrivé pour vous (Ha llegado un paquete para usted) —dijo Belmont sonriendo y entregándole una caja azul oscura, Elena lo abrió y sonrió—. Est la Patek Philippe que vous avez commandée, et avec les modifications que vous avez demandées (es el Patek Philippe que ordenó, y con los cambios que pidió).

Ça valait le coup de payer le surplus, c'est beau (Valió la pena pagar el excedente, es bellísimo) —alabó Elena sonriendo y cerrando la caja—. Merci Belmont peux-tu me rendre un service, prends mon mari sans aucune excuse, je ne veux pas qu'il sache que je vais lui faire un gateau (gracias Belmont, puedes hacerme un favor, llévate a mi esposo con cualquier excusa, no quiero que se entere que voy a hacerle un pastel).

Comme tu veux princesse (como desee princesa) —aceptó el hombre sonriendo y se puso de pie para salir de la cocina, Elena suspiró satisfecha.

En cuanto terminó su sopa de pollo limpió todo el hizo aparecer un delicado papel en el que comenzó a escribir una frase para luego acomodarla dentro de la caja, después la colocó junto con sus documentos y despejó la mesa.

—¿Su Alteza va a desear ayuda? —preguntó una de las chicas.

—No Astryr muchas gracias —respondió Elena mientras colocaba harina y otros ingredientes en la mesa, Astryr hizo una reverencia y dejó a Elena sola.

—Bueno mi amor —dijo Elena acariciando su aún pequeño vientre—. Vamos a cocinarle un hermoso pastel a su padre que espero que aprecie.

Se colocó sus audífonos y comenzó a reproducir la música en cuanto ella comenzaba a mezclar los ingredientes, era un secreto bien guardado que ni Loki sabía, su hobby favorito era la repostería y lo utilizaba siempre para salir de la realidad un momento. Había dejado de practicarlo en cuanto llegó a Nuevo México así que esperaba que el pastel de chocolate y vainilla que le estaba haciendo a Loki no se estropeara.

No demoró en terminar la mezcla y comenzó a ponerla en los moldes para luego ponerla al horno que ya había estado calentando, se puso a realizar la crema que tendría el pastel y cuando terminó volvió a limpiar todo lo que ya había usado para regresar a sus documentos mientras esperaba que el pastel se preparara.

Descubrió algo en las finanzas de Helblindi que le puso los pelos de punta, tenía como contribuyentes cuentas que eran prácticamente cuentas de gobierno, el problema era descifrar a que personas de que gobiernos eran las que contribuían.

—Esto lo tiene que ver S.H.I.E.L.D —susurró para ella mientras veía detenidamente las cuentas—. Ya veo porque Adrian pedía mi ayuda.

Anotó todos los números de cuentas en una hoja aparte y luego le tomó una foto para mandársela a Sebastián informando en el mensaje de su descubrimiento, el horno soltó un sonido. Elena guardo su celular en su bolsillo del pantalón y se acercó al horno, se puso los guantes y abrió el horno sacando el pastel.

Príncipes desterradosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora