Capítulo 36: Fantasmas

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Al quedar inconsciente Elena volvió al aquel lugar donde fue cuando quedo en coma y también volvió a ver a al hombre y a la mujer misteriosa, vestían las mismas ropas, pero esta vez era la mujer más joven quien tenía en brazos al bebé.

—Una venganza mal planeada —dijo el hombre.

—Al contrario, obtener el poder de la tierra no era el objetivo principal —respondió Elena parándose delante de ellos —. Solo debíamos asesinar unas cuantas personas, suficiente para herir el orgullo de Thor y para lograr que Jane se sienta defraudada de él.

—Es la segunda vez que estas cerca de la muerte —reclamó la mujer en tono preocupado.

—No es que les interese mucho mi vida ¿o sí? No tengo idea de quienes son siquiera.

—El bebé es tu hijo como ya sabes —informó el hombre—. Pero estoy seguro que a mí me puedes llamar papá y a ella mamá.

Elena se sorprendió y de hecho quedó un momento en estado de shock, pero después reaccionó con un poco de rencor. —Perfecto, así quizá me puedan decir que fue lo que les pasó, creo que tengo todo el derecho a saberlo.

—Lo tienes —la mujer habló—. No podemos decirte nuestros nombres, más que todo porque te pondríamos en gran peligro, es por el poder que posees y por la herencia de tu sangre que buscarán exterminarte y tú como una tonta desperdicias la oportunidad que te dimos de vivir.

—Bueno es lo mismo que me dijo Beatriz y creo que ya sabes donde ella y sus dos hermanas terminaron.

—Y eso no me complace créeme porque a pesar de sus errores mis hermanas intentaron protegerte, ninguna mereció morir así.

—Ah que tierno —se burló Elena mientras que las palabras de su madre confirmaron que sus dos tías habían muerto en el ataque de Nueva York—. Yo me imagino que hablas de la vida que me dieron después de mi condena en la correccional, supongo que no fue suficiente para mí.

Su madre dio un suspiro. —No se lo merecían...

—Tal vez, pero no estoy segura de recibir consejos de ustedes...sean lo que sean.

—Somos como fantasmas vagando por el mundo —respondió su padre—. Tienes el privilegio de vernos así, te aseguró que si nos vieras despierta y en el mundo, te volverías loca, en el modo que tenemos de espectros aún conservamos las heridas que nos llevaron a la muerte.

—¿Por qué no decirme cómo murieron? ¿Por qué el misterio? Con todo lo que sé ahora del mundo de los Asgardianos estoy muy segura de sobrevivir a lo que sea.

—Trata de no buscar más la muerte, Ellaria, no es grato ver que vienes seguido por aquí —pidió su padre—. Aún tienes mucho por que vivir.

Ella no tuvo tiempo de dar réplica o de pedir la oportunidad de ver a su hijo, algo que obviamente quiso hacer, su padre volvió a realizar el hechizo que la devolvió a la vida meses atrás... Se despertó en una camilla rodeada de agentes de S.H.I.E.L.D, la batalla estaba a punto de terminar puesto que vio varios de los aviones de S.H.I.E.L.D llegando a lo que seguramente sería conocido como la zona cero, estaba esposada a la camilla.

Buscó la forma de escabullirse de los guardias, los hizo dormir con un hechizo y luego con otro desapareció las esposas que tenía puestas. Al bajar de la camilla sintió un terrible dolor en las piernas, decidiendo ignorar ese dolor comenzó a correr con dirección a la torre Stark, no le tomó mucho tiempo llegar de todas formas, se escondió detrás de una pared destruida, entonces vio un vehículo de S.H.I.E.L.D con muchos soldados, los vengadores escoltando a Loki con Stark a la cabeza, el hombre tenía el maletín del teseracto.

Príncipes desterradosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora