Capítulo 58: La Verdad

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—Eres una niña muy hermosa —Abigail escucho que Elena decía en su habitación, su padre no solo había ido por comida, había pasado por ella y por Nikolai contándoles la situación, ambos se extrañaron por lo que John les había dicho que inmediatamente fueron a la casa de sus padres.

Abigail llevaba una bandeja de comida y tocó suavemente la puerta, escucho un adelante y entró a su antigua habitación viendo como Elena hacía jugar a ambos niños con algunos hechizos, Elena volteo a ver que nadie hablaba.

—Abigail —saludó Elena sorprendida.

—Mi padre me contó —dijo la chica ingresando a la habitación y dejando la bandeja de comida en el escritorio—. Compro barbacoa para comer.

—Gracias —respondió Elena sentándose al lado de sus hijos Abigail se sentó al otro lado de los niños

—Que lindos —alabó Abigail acariciándole la pancita a Bash este sonrió—. ¿Como se llaman?

—Sebastián y Valentine —contestó Elena mientras veía como la niña sonreía a un muñeco que Elena tenía en mano

—Mi niña se llama Mary —contó Abigail sorprendiendo a Elena—. Ya va a cumplir tres años

—Te felicito —dijo Elena sonriéndole suavemente.

—¿Qué ocurrió con Loki? —preguntó Abigail, Elena suspiro—. Yo te deje con la idea de que robarías el teseracto, no que iniciaran una invasión y luego desparecida del radar hasta que mi padre me dice que estabas llorando al lado de nuestra casa.

—No es nada con respecto con la venganza por la muerte de Daven —aclaró Elena—. Eso hace seis meses que terminó, son problemas con Loki.

—Mira, lo que sea que haya pasado dile a mi madre que lo descubriste con otra mujer —pidió Abigail—. Es más creíble que es un dios nórdico...

—No estaría tan desacertado eso, verás hace ya cuatro meses que nuestro matrimonio no iba bien, pero...estoy confundida, realmente creí que tenía una amante porque...bueno siempre me dijo que no estaría con nadie de la tierra, pero Alfheim y Jotunheim, hay mujeres hermosas y ahora está en Asgard con la...con la que según los mitos es su esposa.

—¿Piensas que te engañó y que ya estaba casado?

—No ya lo hubiera sabido, soy la única persona a la que él no puede engañar porque lo sé, simplemente así —respondió Elena—. Pero Sigyn se ha esforzado en el pasado para casarse con Loki mucho antes de que siquiera yo naciera, pienso que esta vez sus esfuerzos han tenido frutos...pero es una de mis teorías.

—¿Porque la duda?

—Porque ayer hicimos el amor, me juró amor eterno, y no vi rastros de mentira, no vi nada raro en él y hoy me echó de Asgard sin decirme nada más que no podía estar con él —dijo Elena reprimiendo su llanto—. Y de hecho yo sé que me ama porque estábamos predestinados a casarnos, la cosa es complicada.

—Explícame —pidió Abigail—. Sabes que siempre voy a estar contigo, yo y todo el grupo de locas que fuimos antes de que te vayas de Camp Hill.

Elena sonrió. —¿Sabes de la leyenda china del hilo rojo del destino? —Abigail asintió—. Bueno es verdad y existe un hechizo que lo comprueba, y lo hicimos con Loki porque no estábamos seguros de nuestro futuro después de intentar todo lo de Nueva York, la idea era que si no salía lo que queríamos íbamos a estar juntos hasta Nueva York y si salía lo que queríamos nos casábamos.

—Pero ¿y si Loki te engaño con eso y solo lo hacía para que estés de su lado?

Elena murmuró unas palabras y de la mano derecha de Abigail salió un hilo dorado que se dirigía hacia la sala, ambas siguieron el rastro y vieron a Nikolai acercándose a la habitación siguiendo el hilo con una niña de dos años en los brazos.

Príncipes desterradosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora