Capítulo 80: Una revolución en Sakaar

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Ponerse de nuevo su traje negro de trabajo, que extrañó sería viajar a otros mundos con un traje negro, pero algo le decía que en esta ocasión los vestidos estarían de más. Elena terminó de colocarse la corbata negra y finalmente se puso unas botas con tacones. Nidhogg el husky se le acercó moviendo la cola y Elena le acarició la cabeza mientras escuchaba como tocaban la puerta de su departamento.

—¿Quiere que vaya a abrir majestad? —preguntó Shawi.

—No iré yo —respondió Elena terminando de acomodar su cabello en una cola.

Caminó hacia la puerta en la que el rey wakandiano la esperaba con una sonrisa junto a Okoye, Elena les sonrió y los dejó pasar. Ya tenía los planos preparados, solo debía darle las indicaciones apropiadas.

—Una de mis mejores oficiales se encargará de lo que nos pide —comunicó Okoye.

—De acuerdo aquí están los planos de Kaş, es una pared de ladrillos —informó Elena—. O lo era cuando yo pase por el portal, y aquí está el plano de Alfheim —en ese momento ella apareció una pequeña corona, la que Völundr le obsequio cuando la coronó princesa—. Esta es su garantía para que los solados de Alfheim la conduzcan ante Högni.

—Muy bien —aceptó Okoye tomando la corona y saliendo del departamento.

—M'Kaya es una excelente agente, llegará a tiempo a Asgard con tu ejército Bersaker...

—Berserker —corrigió Elena—. No queda mucho tiempo, mientras más esté Hela en Asgard, más difícil será derrotarla.

—¿Cuál es tu siguiente paso? —preguntó T'challa.

—Debo ir por Thor y Loki, si hay algo que no quiero es enfrentarla sola —reveló Elena—. Debo despedirme de ellos, estaré de regreso con Loki lo antes posible.

—Los estaremos esperando entonces —asintió T'challa, Elena lo abrazó.

Luego camino a la habitación de sus hijos, Kaysa dormía, pero Bash y Valentine no y estaban algo molestos por la partida de su madre. Aun así, Elena les dio un gran abrazo a ambos.

—Estaré de regreso pronto, lo prometo.

—No te vayas mami —pidió Valentine, y Elena suspiró, a nadie podía decirle que la profecía decía que ella no regresaría.

—Prometo que cuando regrese iremos a una playa hermosa, nos iremos de vacaciones una muy larga temporada ¿sí?

—Está bien —aceptó Bash.

—Mientras tanto, quiero que se cuiden entre ustedes, ¿De acuerdo?

Valentine la abrazó con fuerza, Bash de igual forma, luego le dio un beso en la frente a Kaysa y le pidió a Shawi que los cuidarse bien. Cuando pudo controlar sus lágrimas se puso su anillo de Honda y comenzó a abrir un portal el cual cruzó para llegar a la capital de Francia y más específicamente a Notre-Dame.

—Hija la nave está al otro lado de la ciudad —apareció Balder.

—Debo recoger algo antes —contestó Elena entrando a la Catedral.

Hizo la genuflexión y comenzó a avanzar por el lugar mientras varios visitantes ingresaban sólo para conocer aquel famoso lugar. Elena caminó hasta pasar el altar, para su sorpresa el sacerdote que encontró allí no era Duval, sino otro más viejo y con cara amargada. Elena sabía que sí bien había buenos sacerdotes también había los fanáticos y los miserables, después de todo sólo eran humanos.

Madame ne peut pas passer par ici (no puede pasar por aquí).

Père Duval? (¿El padre Duval?) —preguntó Elena.

Príncipes desterradosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora