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A Ha Na se le detuvo el tiempo cuando los labios suaves y húmedos de Jimin se fijaron sobre su mejilla izquierda. Su cerebro hizo una especie de corto circuito y aunque Jaewon la estuviera fulminando con la mirada ella no reparó en eso, sólo se giró lentamente hasta quedar con el rostro muy cerca del de Jimin.

— Tu mejilla está algo tibia, ¿te sientes bien? —Fue lo primero que preguntó Jimin como si el beso no fuera algo fuera de lo común. Como si eso fuera algo normal entre ellos.

Habló como quien habla casualmente con su pareja tras abrazarse o besarse, porque esas cosas son lo más natural del mundo entre novios. Pero ellos no eran novios, apenas eran conocidos y Ha Na no entendía bien por qué Jimin estaba actuando de esa forma tan íntima con ella.

— Estoy bien, debe ser el sol de esta mañana —Respondió ella sin alarmarse, fingiendo que todo estaba bajo control cuando en realidad su corazón estaba muy acelerado.

A todas estas Jaewon seguía mirándolos desde su asiento con una mirada fulminante cosa que Jimin disfrutaba. De hecho, el beso no había sido meramente un deseo que tenía el peli grisáceo desde hacía rato. En parte era una forma de demostrarle a Jaewon que él ya no tenía poder sobre Ha Na.

— ¿Te traigo una bebida? —Preguntó Jimin con una sonrisa encantadora en los labios.

Ha Na asintió y bajó la mirada con timidez.

— Ya regreso —Dijo Jimin dándole un segundo beso aún más corto que el anterior.

No fueron precisamente fuegos artificiales lo que la chica sintió en el estómago pero la sensación de euforia que le provocó Jimin le gustó, cosa que la obligó a sonreír levemente olvidando por completo que Jaewon estaba ahí y que venía directamente hacia ella con la mandíbula apretada y los puños cerrados.

— No pensé encontrarte aquí —Comenzó él con tranquilidad fingida —¿No pasan ni 48 horas y ya estás besuqueándote con otro?

Ha Na levantó la mirada y la clavó en Jaewon. A la chica le pareció todo un descaro acusarla de estar con Jimin cuando era él quien tenía una compañera bastante íntima.

— ¿Estás hablando de ti mismo, no? —Dijo ella con sorna mirando hacia la chica que no parecía reparar en ella y Jaewon.

— Es una chica de compañía —Respondió refiriéndose a su acompañante —Algo para pasar el rato luego de que te hayas largado.

— ¿Yo me fui? Si mal no recuerdo tú me echaste a patadas de la casa, Jaewon —Ha Na quería explotar de la rabia por lo descarado que era él pero estaba intentando mantener la calma.

— ¿Quién te manda a ser una bruja controladora? —Chasqueó la lengua y luego se sentó a un lado de Ha Na en la silla que antes había sido de Jimin —Ahora dime, ¿quién es ese payaso que te dio un beso? ¿me habías estado siendo infiel y ahora que te libraste de mí...

Ha Na no medió una palabra y sin pensarlo le propinó una bofetada en la cara.

— ¿Quieres morir o qué? —Respondió él con la sangre yéndose a la cabeza y el rostro congestionado. Hablaba en voz baja pero amenazante.

— Nunca te fui infiel y te prohíbo dos cosas. Una, que me llames cualquiera y dos, que lo llames a él payaso.

— ¿Me estás prohibiendo qué? —Jaewon extendió sus dedos hasta la pierna de Ha Na y clavó sus dedos en ella haciéndole daño.

— Jaewon si no me sueltas ahora mismo voy a hacer que te arrepientas —Dijo con miedo que no demostró.

¿Jaewon la estaba maltratando? En su vida le había puesto un dedo encima y ahora le estaba clavando los dedos en la pierna.

30 dates → park jiminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora