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La habitación que le habían conseguido a Ha Na quedaba a dos puertas de la de Jimin. Incluso si Ha Na y él no dormirían juntos de nuevo, por lo menos se iban a cruzar por el pasillo.

Esa noche la castaña se hizo un nido en la cama encerrándose en el edredón llorando silenciosamente por lo que Jimin le había dicho. Había llamado juego a lo que habían sentido y aquello fue doloroso de escuchar.

¿Pero qué más podía esperar? Era una celebridad, sumamente celoso y desde el principio le dejó claro que no podían ser nada más. Aquellos besos ya no significaban mucho y pronto, cuando ella se tuviera que ir definitivo pasarían a ser nada.

La chica no quiso cenar y tampoco tenía muchas intenciones de levantarse en la mañana. Parecía que las ganas de vivir se le habían ido del cuerpo y cada vez que meditaba y repasaba por la dura situación en la que se encontraba sólo lograba sentirse peor.

Hasta el punto de querer tener a la mano su medicación. Estaba empezando a empeorar gracias a todo lo que estaba pasando.

— Ha Na, ¿te encuentras bien? —Le preguntó Namjoon a la puerta.

El moreno la había visto muy decaída cuando le fue a preguntar acerca de su nueva habitación. Él sabía que Jimin y la chica habían tenido una discusión en la tarde pues fue el mismo Jimin quien se encargó de contárselo a su hyung y a Hoseok, este último había sido testigo de los gritos que Ha Na le había propiciado al peli rosa.

— Sí, estoy bien... —Respondió sin mucha fuerza desde la cama —Estoy bien —Se repitió para sí sin dejar que Namjoon la escuchara.

— ¿Te apetece hablarlo por la mañana?

— La verdad es que no —Respondió enterrando la cara en la almohada.

¿Qué iba a decirle después de todo? ¿Que se sentía a morir?

— Está bien. Yo sí tengo que hablarte de una cosa pero lo haré mañana —Dijo calmadamente.

El jefe Bang le había comentado a Namjoon que ya era hora de que Ha Na volviera a su casa. Se había enterado de que no usaba las muletas y que ya se encontraba bien por lo que seguir teniéndola bajo la tutela de los chicos ya no era necesario. Además corrían en riesgo de generarse rumores.

Ya no es necesario que esté aquí.

Esas habían sido las palabras de Bang. Sólo que Namjoon quería encontrar una forma amable de decírselo a la chica a pesar de que lo entristecía. Se había encariñado con Ha Na y también sabía que Jimin iba a sufrir. Sin embargo, ahora que había sido él mismo quien había pedido una habitación a parte para la chica quizás era una señal de que las cosas no iban tan en serio entre ellos.

Así que podía ser que la despedida no fuera tan traumática.

Pero Namjoon estaba equivocado. Lo menos que quería Jimin era despedirse de Ha Na, aún y cuando estaba poniendo todo su empeño en apartarla de su lado.

El moreno se retiró a su habitación luego de despedirse de la chica que seguía enguerrillada con sus sentimientos de profunda soledad y tristeza. De verdad que no tenía ganas de absolutamente nada pero ahora le picaba un poco la curiosidad por saber de qué quería hablar Namjoon.

Tal vez era de Jimin. Tal vez Jimin quería arreglar las cosas y había enviado a su amigo a interceder. Tal vez...

Pero ninguna de las versiones que se había armado en su cabeza eran las correctas. Lo cierto era que, mañana le tocaría encarar otra cruel decisión del destino.

30 dates → park jiminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora