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Ha Na no supo cómo reaccionar ante la petición de Jimin, se quedó estática con el ceño fruncido mirando al chico pensando en si le pedía aquello en serio. Jimin de inmediato se dio cuenta de lo que acababa de decir y se disculpó repetidas veces apenado del asunto. Cuando estaba a punto de irse no le quedó más remedio que girar sobre sus talones cuando sintió el tirón en el brazo.

— ¿Quieres pasar el rato? —Preguntó con cierta vergüenza en la voz.

Jimin sabía que quizás estaba avanzando muy rápido pero no quiso detenerse y asintió apenado.

— Ya sabes, por si te duele el tobillo y necesitas ayuda —Aseguró tratando de sonar lo más tranquilo posible aunque empezaba a ponerse nervioso.

La chica no dijo más nada y sólo sonrió, luego abrió por completo la puerta y lo dejó entrar a la habitación no sin antes disculparse por vestir una bata de baño y no estar presentable.

Jimin pensó que se veía adorable pero no se atrevió a decir nada y solamente se sentó en el suelo de alfombra frente al televisor luego de inspeccionar la habitación con cuidado. La cama estaba un poco desecha y además de la ropa de Ha Na colocada encima de la peinadora no había nada más de la chica en la habitación.

Ella entró al baño con la flor que le había dado Jimin en la mano, escuchó como el grifo del lavamanos se abría y luego de unos segundos Ha Na salió sonriente asegurando que la flor viviría un poco más.

— Hacía tanto tiempo que no recibía una flor —Dijo ella pasando por un lado y sentándose en la esquina de la cama mirando a Jimin.

— ¿Y eso por qué? —Jimin se alegró de escuchar aquello porque abría la posibilidad de que Ha Na no tuviera a nadie en su vida —Bueno, si quieres podemos recolectar todas las flores del restaurante mañana —Rió levemente —De todas formas terminarán en la basura.

Si ella tuviera a alguien, ¿qué chico no regala flores a su novia?

— Porque no me gustan las flores —Soltó aunque de inmediato cayó en cuenta de lo que acababa de decir —Eso no quiere decir que no me ha gustado la flor, es decir... Me gusta verlas en su hábitat natural, no me gusta que las corten para regalarlas —Dijo apenada.

Jimin entendió su punto y aunque le pareció extraño que una chica pensara así, le atrajo la idea de descubrir más cosas de Ha Na que quizás no eran tan comunes como en otras chicas.

— Te entiendo, es egoísta con ellas. Las matamos sin razón.

— Para adornarnos —Corrigió —Pero es así, los humanos somos egoístas por naturaleza —Se encogió de hombros y tomó el edredón para cubrir sus piernas ya cansadas de estar dobladas.

— No todos, hay quienes piensan en la reforestación y el reciclaje. A mí no me gusta dañar a las flores, por ejemplo. Las veo, les tomo una foto y ya está —Dijo dulcemente Jimin buscando con la mirada el control del televisor.

A Ha Na no le quedó más remedio que asentir ante la opinión del chico de cabello grisáceo pues aunque ella pensara que el 99% de los humanos fueran egoístas sabía que había escasas excepciones como la que tenía en frente.

— ¡Aquí está! —Dijo Jimin con el control remoto en las manos —¿Quieres ver algo Ha Na?

— Lo que sea está bien —Ha Na no acostumbraba a ver televisión y por eso no le dio mayor importancia al asunto —¿No te regañan por estar aquí?

— No realmente, podemos hablar con la gente. El señor Bang no es tan estricto como otros jefes. Es decir, podemos tener amigos, novia... —Tragó duro al decir novia —Sólo que nosotros elegimos no decirlo por privacidad. Jin, por ejemplo, tiene novia.

30 dates → park jiminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora