07

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Jimin y Ha Na llegaron al hotel con un aire de complicidad que hizo que Yoongi se preguntara que estaba pasando entre esos dos cuando los vio en el pasillo de la habitación de Ha Na.

— ¿Y ustedes... —Yoongi arrugó la nariz y luego señaló a ambos con un dedo —¿En qué nivel andan?

— ¿En que, qué? —Preguntó Jimin abriendo la puerta de la habitación de Ha Na.

Ella le había pedido que la acompañara hasta arriba porque estaba muy cansada y sus brazos no daban para más a causa de las muletas.

— Nivel de... —Yoongi dio una rápida mirada a la puerta y luego la alternó en ambos chicos que lo miraban confundido —¿Saben qué? Toma —Se metió la mano en el bolsillo y le arrojó un pequeño empaque negro a Jimin.

— ¿Esto es... —El peli grisáceo y la castaña quedaron atónitos cuando vieron el empaque del condón que Jimin atajó en las manos —¡Hyung! —Llamó Jimin alarmado.

— ¡No me lo agradezcan! —Dijo su atrevido amigo alejándose de ellos.

— ¿Y qué haces tú con esto? —Preguntó Jimin a gritos.

— ¡Me lo regalaron!

Y realmente no era mentira, en la tarde habían donado condones por el bulevar cerca del hotel.

— Yoongi cree que... —Jimin miró a Ha Na preocupado pero esta sólo sonrió de una manera graciosa dejando salir un pequeño sonido nasal y luego de eso entró a la habitación y se recostó de la cama dejando caer las muletas al suelo.

Mientras tanto Jimin se encargó de colocar las muletas cerca de la peinadora, mandar a traer una nueva jarra de agua para la habitación, echó los restos de la flor muerta que yacía en el lavamanos en la papelera excepto por un pétalo que se metió al bolsillo del pantalón y luego regresó con Ha Na y prendió el televisor para buscar un programa que le gustara a ambos.

— Eres muy diligente —Comentó la chica que no había dejado de seguirlo con la mirada mientras curucuteaba la habitación.

— A veces. Cuando estoy nervioso —Dijo sonriendo ampliamente hasta borrar sus ojos del mapa.

— ¿Y estás nervioso? —Ella acomodó las piernas bajo el edredón y recostó la espalda sobre el respaldar de la cama.

— Quizás. Un poco —Respondió sin mirarla a la cara mientras seguía pasando los canales.

— ¿Por mí?

Jimin sólo se limitó a asentir aún con las pupilas aún en la pantalla y luego se quedó un corto momento en silencio.

— Hey —Ha Na alargó el pie no lesionado por debajo del edredón y le dio con la punta del dedo a Jimin en la pierna llamando su atención.

— ¿Qué pasa? ¿Tienes frío? —Preguntó girándose y cubriéndola más con el edredón.

— No, es que... ¿Por qué no te sientas aquí mejor? —Ella palmeó levemente el colchón indicándole que se sentara a su lado. Jimin siempre que entraba a su habitación se sentaba en la esquina de la cama.

— Está bien —Dijo él haciendo caso y arrastrándose por el colchón luego de quitarse los zapatos —No encuentro nada bueno que ver.

— No importa. Podemos hablar.

En ese momento el corazón de Jimin saltó como si jugara en un trampolín.

— ¿De qué te gustaría?

30 dates → park jiminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora