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No nos hizo falta sacar los móviles para avisar a nuestras hermanas, cuando ya estaban fuera.

– Ya era hora de que llegarais. – dijo mi hermana Jessica.

– Tenemos hambre. – dijeron otras de mis dos hermanas.

– Pues, a que esperamos. – dije.

Nosotros vamos a cazar a las afueras de la ciudad en un bosque. Nos consideramos vegetarianas como Edward y su familia. (Los Cullen)

Por América había muy pocos, pero en Europa es donde se concentraban casi todos. Cada dos o tres días, venimos a alimentarnos al bosque.

Nosotras podemos alimentarnos de alimentos humanos, pero, de vez en cuando, necesitamos sangre, de humanos.

Llevé a mis hermanas en el coche y cada una se fue por un lado del bosque.

Nos encantaba ir por separadas pero, a la vez juntas para hacer competiciones de quién atrapaba antes a su presa.

Al escuchar algo, salí corriendo hacia el animal que había hecho ruido y mis hermanas detrás. Al llegar, nos encontramos un claro en el que había dos sombras.

– Pero qué agradable sorpresa. – dijo una mujer con una sonrisa cubierta de sangre.

– Pero sí son las hermanas Turner. – dijo aquel hombre, que estaba al lado de la mujer. Nuestras hermanas y yo habíamos tenido problemas con esos dos antiguamente.

– Pero si Landon, el chico huérfano y sin familia. – dije sonriendo. Hace años, mi familia y yo vivíamos en un pueblo de Italia. Allí en Italia, nosotros teníamos una especie de trabajo, que era eliminar a los vampiros que causan problemas.

Nosotras matábamos por órdenes del consejo de vampiros. Éramos las mejores, hasta que decidimos abandonar. Dos de mis hermanas se enamoraron de unos objetivos que teníamos que matar y la cosa salió mal. Tuve que matarlos y mis hermanas cayeron en una depresión.

– ¿Cómo te va la vida Landon? ¿Con quién la compartes? – dijo mi hermana Laura burlándose de el.

– Pues muy bien la verdad, suelo estar acompañado de humanos, pero me duran muy poco. – dijo limpiándose las manos de sangre. – Me ha contado un pajarito, que os rodeais de muchos humanos y no le incais el diente... ¿Qué difícil no?

– No es tan difícil chico, nosotras ya no somos asesinas. Pero ahora mismo, no te digo que no tengo ganas de matar a alguien. – dije mordiéndome el labio.

– ¿Así que vegetarianas no? – dijo dando dos o tres pasos hacia delante. – Pero que chicas tan buenas.

– ¿Has visto? Además nos conservamos incluso mejor que tú. Debería probar, estás horrible.

El intento acercarse pero mi hermana Laura los cegó.

– Te recuerdo Landon, que tenemos órdenes de mataros a los dos, así que, si no volvéis por dónde habéis venido, os mataremos con mucho gusto y aquí mismo. – dije susurrando en su oído.

– Zorra asquerosa. – dijo mientras intentaba levantarse, pero lo derrumbe y volvió a caer.

– Me habían llamado de muchas maneras pero, nunca zorra. Además, me recuerda a cuando tu padre le pegaba a tu madre. – dije poniéndole el pie en el pecho. Intentaba que casi no pudiera respirar.

– Irse de aquí y no volváis. Como nos enteremos que volvéis y matéis a alguno de los humanos a los que protegemos, os aseguro que la muerte será el menor de vuestros problemas. – dijo Jessica mientras mi hermana Laura dejaba de cegarlos y yo soltaba a Landon.

– Está no será la última vez que nos veáis. – dijo Landon antes de desaparecer en el bosque.

Lágrimas de SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora