Mantente alejada de él...

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Capítulo 12

-¿Se puede saber en dónde mierda te habías metido?

Pare en seco al escuchar la voz furiosa de mi hermano, gire mi cuerpo y lo vi al final del pasillo cruzado de brazos y completamente enojado.

-Eso no es de tu incumbencia Ian- solté cansada, habían sido muchos sentimientos en un día y no quería una estúpida discusión con él.

-Es de mi incumbencia si por culpa de ello me suspenden por dos malditos días y dos putas semanas de castigo.

-¿Suspensión? ¿Y qué tengo que ver yo en eso?

-Bueno te cuento hermanita-dijo con todo el sarcasmo posible- Dado que hoy decidiste faltar a la escuela no te enteraste la linda discusión que tuve con el que al parecer es amigo tuyo- enarqué una ceja y camine lentamente en su dirección.

-No tengo amigos aquí y lo sabes.

-Bueno, los hermanos Stocker no opinan lo mismo.

¿Stocker? Joder no conocía a nadie con ese estúpido apellido, Ian al notar mi verdadera confusión volvió a hablar.

-El idiota al que le ganaste la motocicleta en la carrera de la otra noche.

Mierda.

Abrí los ojos como platos y trague saliva. Ian sabía que me escape pero más que nada todo tuvo sentido cuando relacione el motete en su mejilla con la suspensión.

-Tú ¿lo golpeaste?

-Él me golpeó a mí, yo golpeé a su hermano. Te dijo perra.

Sin conocer al hermano de Stocker ya lo odiaba ¿Quién jodido se creía el para decirme perra?

Resople furiosa y fui directo a la cocina en busca de algo para comer. Busque dentro de la nevera un pote con helado y lo saqué. La hora en el reloj marcaban las tres con cuarenta y cinco minutos.

-¿Dónde está Charly?- dije con la boca repleta de helado, Ian abrió los ojos y corrió en busca de algo para luego salir dando un portazo.

Había olvidado a nuestra hermana en la escuela. Imbécil.

Subí las escaleras una a una completamente relajada, en el trayecto a mi habitación fui sacando mi ropa hasta quedar en ropa interior, pase por la habitación de Ian para sacarle una camiseta deportiva y colocármela. Adoraba hacer eso.

Tomé el portátil del escritorio y me senté en la cama tranquilamente, revise las redes sociales y tenía tres solicitudes de amistad nuevas.

Max Montesco

Josh Brown

Samantha Rivers

Las acepté todas y seguí revisando el inicio de Facebook, cuando mi teléfono vibra por la llegada de un mensaje.

Número desconocido

Mira estúpida perra si no me entregas mi motocicleta en una hora la iré a buscar yo mismo ¿Entendiste?

Fruncí el ceño ¿Era el chico de la otra noche? ¿Cómo mierda había conseguido mi número?

Tecleé rápidamente una respuesta, con el enojo creciendo dentro de mí al ver que me llamó perra.

No sé si lo habrán notado, pero odio que me llamen así.

Yo:

¿Y quién jodidos eres tú sí se puede saber? ¿Y cómo mierda conseguiste mi número? Me importa un verdadero carajo que la motocicleta sea tuya, la gané limpiamente y ahora imbécil, es MÍA.

Self-destructionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora