¡Veinte preguntas!

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Capítulo 29

-Mataron a dos chicas anoche.

Mi padre estaba sentado con su café en mano y el periódico en la otra, fruncía el ceño cada vez más a medida que seguía leyendo.

-¿Qué sucedió?- con un plato lleno de waffles, frambuesas y crema tomé asiento a su lado.

-Encontraron sus cuerpos desnudos en un callejón, las causas de muerte son por impacto de bala en el cráneo pero ambas chicas presentan heridas cortantes y golpes.-

Ya iban seis chicas asesinadas en dos semanas, al principio Adam pesaba que se trataba de algo pequeño pero el revuelo y temor nos había puesto tensos a todos.

-Hay una coincidencia esta vez que concuerda con los otros asesinatos- levanté una ceja incitándolo a continuar.- Han dejado una pluma incrustada en las costillas de cada chica.

Casi me atraganté con un pedazo de mi comida en el momento que mi padre dijo esas palabras. Agarré mi costado, aquel lugar que yo conocía demasiado bien.

-¿Estas bien hija?- la mirada de preocupación en sus ojos me apretó el pecho.

-S-si sólo me atoré con una frambuesa-le di la sonrisa mas tranquilizadora que pude y seguí comiendo en silencio.

-Quiero que tengas cuidado ¿de acuerdo? No te quedes hasta muy tarde y menos sola.

-Esta bien

Vi en sus ojos la intención de decir algo más pero se arrepintió y negó con la cabeza. Últimamente me preguntaba si él hablaría conmigo sobre el pasado de mi madre, si llegaba a saber en lo que estaba metida y las cosas que hacía. No me gustaba tener que mentirle cada vez que salía en algún procedimiento o cuando llegaba a casa agotada y llena de moretes, pero el no podría hacer nada, yo ya tenía tomada mi decisión.

James muerto estaba al principio de la lista.

Terminé de desayunar en silencio, dejé los platos en el fregadero y de dos en dos subí la escalera hacia mi habitación. Se podría esperar en una chica que todo estuviera ordenado o por lo menos limpio pero bueno ese en realidad no era mi caso en particular. Detestaba hacer mi cama, mi armario era un completo desastre y había ropa esparcida por todo el lugar incluyendo uno de mis sostenes encima del espejo. No me caracterizaba por ser una chica muy femenina y si me dabas a elegir entre vestido y jeans sin duda me inclinaría por los jeans. El calendario en mi pared me recordaba que faltaba exactamente diez días para que Ronnie llegara y por lo tanto mi tan esperado cumpleaños número dieciocho.

Mi teléfono sonó entre mis almohadas con un mensaje entrante.

¿Te apetece un helado?
Logan

Mi pulso comenzó a acelerarse y el rubor alcanzó mis mejillas. No quería admitirlo pero todo en él me ponía nerviosa, sus ojos eran algo que podría pasar horas mirando. Tecleé una rápida respuesta.

Claro ¿en donde?
Sim

Fui a la lavarme los dientes y enjuagar mi cara para quitar todo rastro de sueño en ella antes de ver su respuesta.

Paso por ti en diez
Logan

Técnicamente en siete minutos y yo solo tenía ropa interior puesta.

Unos jeans desgastados, polera negra y una camisa a cuadros rojos fue lo que decidí usar, no necesitaba nada extravagante o algo por el estilo, yo no era así.

Dejé mi cabello suelto y baje las escaleras justo cuando el timbre sonó.

-¡Yo abro!-. Charlie caminó con pereza arrastrando sus pantalones demasiado grandes para ella y pegando un bostezo que de seguro tragaba a una persona abrió la puerta.

Self-destructionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora