Fuera de control

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Delia

Descontrol. Pánico. Inseguridad. Y todo eso era lo que yo sentía, así que no puedo siquiera imaginar como debía sentirse Jenna. Y Quinn, por Dios, ese hombre parecía desesperado.
Creo que tener allí a Aurora y a Jackson, su marido, debía darles algo de tranquilidad, puesto que los hijos de ambos nacieron en casa. Jackson los trajo al mundo.

Alexa, Eva,Valeria y yo nos quedamos con los niños, ya que Aurora y Jackson acompañaron a la pareja al piso de arriba.
Meghan había acudido con ellos también, dado que esta era su casa. Y Eric había subido para vigilar que nadie desconocido se acercase a la casa.

-Joder.-Alexa fue quien expresó mejor lo que yo pensaba, y creo que Eva igual.-Eso parece doloroso.
Mis manos fueron automáticamente a mi vientre, y las de ellas, lo mismo.
-Creo que definitivamente estoy acojonada. Ni siquiera puede ir al hospital. Va a tener al bebé en casa. Creo que voy a vomitar.-Eva puso la mano sobre su boca antes de salir corriendo hacia el cuarto de baño.
-Todo saldrá bien. Ellos ya lo han hecho antes y la prueba la tenéis frente a vosotras. No tenéis porque sentir miedo.
Valeria tenía la misma edad que Eva y yo y estaba tan tranquila.
Ella no está embarazada.
Bueno, no que nosotras supieramos, pero aun así.
-Desde que Evan nació, Jackson se aseguró de tener la casa preparada en caso de que volviese a ocurrir. Y lo hizo, con Amelia.-dijo señalando a la pequeña que dormía junto a su hermano.- Puesto que ese par son como conejos, sigue habiendo de todo en la casa. Y cuando Jenna se quedó embarazada, Quinn se aseguró de estar preparado también.
-Aun así creo que yo acamparé en el hospital por las dudas.-Alexa se estremeció sin apartar los ojos de la puerta.
Casi diría que podíamos dar gracias porque la habitación fuese insonorizada. Solo pensar en los gritos que debía estar dando Jenna...
-Chicas... ¿Podéis oírme?-la voz de Meghan se escuchó por toda la habitación.-Voy a bajar a abrir la puerta. Necesitamos ayuda con Jenna.
No sé de donde salieron las palabras, pero pensar que Jenna o su bebé pudiesen correr peligro, me puso en marcha.
-Vale.
No me soprendió ver a Alexa y a Valeria a mi lado dispuestas a ayudar, pero Eva seguía en el cuarto de baño. Sus nauseas no se detenían y dejar a los niños solos con ella no era una opción. Alguien más debía quedarse.
-Creo que deberías quedarte, Valeria. Los niños te conocen, y si despiertan y no ven a su madre, por lo menos tendrán una cara conocida.
-Supongo que si, pero por favor, mantenedme informada. Me vuelve loca estar aquí encerrada sin poder ser de ayuda.
-Eres de ayuda, Val. Y tal y como podamos, te contaré lo que suceda.
La puerta se abrió entonces y Alexa y yo salimos por ella, siguiendo a Meghan por las escaleras.
Ya habría tiempo después para preocuparme de no tener ni idea de nada sobre partos.

*****

Troy

Impotencia. Descontrol. Ansiedad. Todo se nos vino encima.
Nuestra mayor preocupación era mantener a Malcom con vida.
Nos mantuvimos a cubierto. Y gracias a la habilidad de Gabriel, podíamos hablar los unos con los otros mentalmente, lo que era la ostia. El problema estaba en que eso parecía debilitar de algún modo a Gabriel.

Nunca había hecho esto. Siempre mantengo el hilo con una persona, pero somos cinco, y permitiros a vosotros hablar entre si está pasándome factura.
Hay dos francotiradores en el tejado y dos en las ventanas de arriba. Dos más en las de abajo. Y seguro como el infierno que hay algunos escondidos en el bosque.
Nuestra mejor alternativa es mantenernos aquí hasta que oscurezca. No debe quedar más de una hora de sol. Entonces dispararemos.

Asentimos conforme, y esperamos.
Para cuando el sol se puso, empezamos a disparar. Gracias a Dios nuestra puntería era buena, todos salvo Malcom teníamos experiencia, y a pesar de eso, logró darle a un par.
Lo jodido vino después, cuando todo pareció despejado.

Entramos en la casa esperando encontrar al hijo de puta tras todo esto.
No le encontramos pero si una habitación llena de información sobre Malcom y el resto de nosotros.
Algo no se sentía bien dentro de mi. Seguía sintiendo ansiedad.
Un movimiento a nuestra derecha lo confirmó.
Uno de los francotiradores que creíamos haber abatido sujetaba un arma y apuntó.
Logró disparar a Owen en el pecho antes de que Garreth lo rematase.
Presioné la herida con fuerza, mientras Gabriel corría a buscar el coche.
Teníamos que llegar a un hospital lo antes posible.
-Decidle...Decidle a Thea que...
-No hables.-dijo Garreth entre dientes.- Podrás decírselo tu mismo. Ni se te ocurra morirte ahora. Lex me matará por esto.
Un asomo de sonrisa cruzó sus labios antes de perder el conocimiento.
Por fortuna, Gabriel aparcó en la entrada en ese mismo momento.

Noches de tormenta (Serie Love 16)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora