Capítulo 32

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MARATÓN POR LOS 1k: 3/¿?

Narra _____.

-¿Tomás, cierto?- Asintió con una gran sonrisa. -¿Qué estás haciendo aquí?- Pues me incomodaba un poco que esté cerca de Chandler, él estuvo muy raro después del beso. Y lo sigue estando, ¿cómo lo sé? Si las miradas mataran, Tomás estaría muerto en este preciso momento.

-Verás, yo no soy de aquí, vivo en un pueblo, cerca. Y este el el hotel en donde me alojo.- Respondió contento y calmado. Yo me crucé de brazos involuntariamente, será por el frío... o porque de alguna manera quería que se fuera de regreso a su pueblo. Pero es un fan y los adoro, él está feliz, y no voy a mentir, yo también lo estaría.

-¿Solo?- Le seguí la conversación, lo más calmada posible. Miraba para los lados y algunos de mis amigos nos miraban de vez en cuando.

-Emm... sí, sí, completamente solo.- Dijo un poco confundido. -¿Por... por qué?

-Sólo digo. A simple vista pareces de mi edad, y mis padres nunca me dejarían ir a un viaje sola, al menos hasta los veinte.- Respondí incómoda. Levanté mis pies y los saqué del agua. Chandler observaba cada pequeño movimiento que hacíamos y eso me ponía nerviosa.

-Ah, bueno... soy una persona muy responsable y sé cuidarme solo.- Se mordió el labio y me miró con el ceño fruncido. -¿Te pasa algo, ______?, ¿Tienes frío?

-N-no, estoy bien.- Me dirigí hacia Chandler rápidamente y él me siguió.

-______, ¿quieres algo?, ¿una toalla?- Preguntó Chandler serio, asentí y me dio una toalla. -¿Tú no eres el de la Cómic Con?

-S-sí, señor Riggs.- Se notaba nervioso. -Espero que no me mates por decirlo, pero tienes una novia sexy, realmente linda.- Me miró de arriba a abajo y se detuvo en mis ojos. Forcé una sonrisa.

-Lo sé, es preciosa...- Dijo mi novio entre dientes. -Seguro que la quieres mucho, ¿no?

-Eh pues, la verdad es que... emm...- No terminó de pronunciar Tomás.

-Seguro que la quieres debajo tuyo, gimiendo.- Dijo Chandler provocándolo. -No soy tonto, vi cuando la besaste, y ahora vienes aquí a molestarla y a estar con ella. Y luego le dices que está buena.

-Chandler, cálmate.- Susurré, pero me apartó. Todo el cast comenzó a acercarse por el escándalo que hacían.

-Vamos amigo, esa perra es más deseada que cualquiera. ¿Quién no querría estar adentro de ella?- Contestó Tomás y lo miré con asco.

-Esa perra tiene dueño y ese soy yo.- me sorprendí por el comentario que hizo Chandler. Lo miré a los ojos, decepcionada . Me trató mal, me llamó perra.

-Hey Chandler, tranquilo viejo.- Dijo Andrew entremedio de los dos. -Tomás, si no es molestia, por favor vete a tu habitación.- El chico obedeció y se fue.

-Yo ya no soy de nadie, Chandler.- Golpeé su brazo con mi hombro y salí corriendo. Llegué a nuestra habitación, miré el reloj, las tres y media de la madrugada.

Me encerré en el baño y me lavé la cara, estaba muy enojada. Me puse mi pijama y me acosté en una de las camas, tapé mi cuerpo con las sabanas. No podía dormir. Escucho la puerta abrirse y cerrarse, luego a Chandler entrando al baño. Él sale y junta las camas, como usualmente lo hacíamos, y se acuesta.

-______, bebé.- Susurró y no respondí. -Sé que estás despierta. Princesa, lo lamento.- Comenzó a tocar mi espalda.

-No me toques.- Me di vuelta y lo miré. -Ahora no.

-Cariño, no fue mi intención, estaba enojado.- Comenzó a decir.

-Lo sé, solo que... siento que me quieres nada más para tocarme. Y aunque intente borrar ese pensamiento, no se va.- Me levanté de la cama. -Últimamente estás haciendo sólo eso. Y yo te amo, Chandler.

-Piensas muy mal. ______, dices eso después de todo lo que pasamos, de lo que vivimos. Si volví contigo fue porque te amo y te necesito.- Dijo y lo miré con lágrimas.

-Lo sé y lo siento, pero no puedo quitármelo de la cabeza. Te necesito, Chandler, más que nunca.- Dije. -Y tú te la pasas andando de celoso por ahí.

-Lo siento mucho, en serio. Soy así, intentaré cambiar.- Respondió luego de pasar sus manos por su cara -. Me pasé wey... no creo que me quede bien el acento mexicano - Levantó la cabeza con una leve sonrisa y yo me limité a reír.

-Ay dios, jaja.- Dije entre risas y lo miré. Dios santo, lo amaba tanto.

-¿Ves? Esa es la sonrisa que quiero observar todos los días.- Miré sus ojos y sonreí de lado. -Ven aquí.- Me senté en sus piernas.

-Te quiero, Chancletas.- Pronuncié para después abrazarlo.

-Yo también, mi princesa...- Dijo y nos separamos. -Oh...

-Shh, soy tu princesa y de nadie más.- Contesté.

-¿Qué te parece si...- Entrecerré mis ojos. -jugamos a pelea de almohadas?- Tomó una almohada y me pegó en el brazo.

-Ohh, yo quería hacer otra cosa.- Dije parándome y esquivando los almohadazos de Chandler.

-Ay picarona.- Contestó y lanzó un almohadón.

-Fallaste.- Lancé uno y logré pegarle. -Yeah, soy la mejor. -Comencé a hacer un baile gracioso. Él me tiró la cama y empezó a hacerme cosquillas. Las risas invadieron la habitación, pasamos un gran rato.

-Bueno ______, ya basta por favor. Ya entendí que eres la mejor.- Dijo llorando de la risa.

-Buen chico.- Comenté colocando mi mano derecha en la cintura. -Vamos, que quiero dormir. Son las cinco.- Nos acostamos en las camas, ahora unificadas, y Chandler me tomó por la cintura, como siempre. Besó mi mejilla y me fui a dormir con un "Buenas noches" de su parte.

Una simple Walker... ¿O no? | Chandler Riggs Y Tú [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora