Una simple Walker... ¿O no? | Chandler Riggs Y Tú [EN EDICIÓN]

Capítulo 35

Narra Agustina.

Entré al baño porque me dieron ganas de vomitar. Nunca me había tomado una botella grande y entera de alcohol, realmente me hizo mal. Es preferible vomitarlo todo antes de que me emborrache y mañana no pueda con mi existencia. Comencé a expulsarlo todo, mi panza dolía.

—¿Agus?, ¿estás bien? —preguntó Delfina entrando al baño y luego se dispuso a mi lado.

—Sí, ¿por qué no lo estaría? —dije confundida, no entendía por qué estaba ella allí.

—Porque Mingus tiene novia —largué una fuerte carcajada para luego hablar.

—Delfina, no me gusta Mingus, jajaja —ella me miró incómoda y su mueca de sorprendida me dio mucha gracia.

—¿Entonces por qué bebes?

—¡Porque estoy en una casa sin adultos! No te hagas películas en tu cabeza —lavé mis manos y con un pequeño cepillo, me lavé los dientes—. Además, Grayson me parece una persona interesante, voy a intentar conocerlo.

— Esa es mi chica —dijo ella, sonriente—. ¡Espera!

Delfina salió del baño desesperada y mi confusión aumentó.

Narra ______.

—¡_____, Chandler! —gritó Delfi—, vengan conmigo un minuto.

Ella nos tomó de los brazos y nos alejó de Mingus.

—¿Qué ocurre? —preguntó Chandler en un susurro.

—Agustina no está enamorada de Mingus, fue una pequeña confusión.

—¿Pequeña? Dios mío, nosotros siempre cargándola —dije tocándome la cabeza con la mano izquierda—. Yo lo arreglo.

Fui caminando hacia Mingus con una sonrisa incómoda, intentando ser una persona común. Él me miró un poco asustado, era obvio con lo que acababa de pasar.

—Mingus, Agus no gusta de ti —me reí incómodamente—, e-era una pequeña broma.

—Eh... okay —una de sus cejas la alzó—. De todas maneras nos vamos ya, es tarde.

Mingus y su novia comenzaron a saludar a todos, su sonrisa se amplió cuando vio a Agus, me alegra que sean amigos.

[...]

—¡Juguemos a verdad o reto! —gritó Sam, ya borracho.

Nos sentamos en el suelo para que finalmente comience el juego. Chandler se encontraba a mi derecha mientras que Sam estaba sentado a mi izquierda.

—Elijo a Delfina —dijo Sam y calentó sus manos—. ¿Verdad o reto?

—Reto —respondió segura. Es muy raro, ella solía elegir "verdad".  Sam la miró con malicia. —Te reto a bailar reggaeton.

—Pero a ella no le gusta el reggaet...—intenté decir.

—¿O sino qué? —preguntó ella, desafiante. Se levantó del suelo y tomó lo que quedaba de su vaso de cerveza.