Capítulo 34

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Narra ______.

Yo me limité a abrir la puerta y encontrarme con Delfina y Agustina, mis mejores amigas. Ellas se abalanzaron sobre mi y caímos al suelo abrazadas. Yo no lo podía creer, no las esperaba para nada. Las extrañaba mucho, y por suerte, ellas están de vacaciones y me pudieron venir a visitar.

—¿Cómo estás, perra loca?—Me preguntó Agus, acomodándose el cabello.

—Anduve muy bien en México, y ahora que vuelvo y me encuentro con ustedes, me siento genial.—Contesté sinceramente y con una sonrisa, ellas me la devolvieron y se sentaron en mi cama. —¿Por qué no me avisaron que vendrían?— Dije abriendo mi maleta para ordenar algunas cosas.

—Queríamos que fuera sorpresa, te extrañábamos muchísimo y queríamos verte.— Respondió Delfi y me comenzó a ayudar con la ropa. —Y también a Katelyn, estuvimos hablando con ella estos meses.

—Tenemos muchas cosas que contarte, _____.—Habló Agus y, a continuación, desbloqueó su teléfono celular. —Y veo que tú también. Estás con Chandler Riggs, tu amor platónico desde los doce años.

—¿Desde tanto tiempo estás loca por mí?— Dijo Chandler entrando por la blanca ventana de mi habitación. Mis amigas se sobresaltaron al igual que yo. —Tengo que aprender más cosas sobre ti, princesa. Más de las que sé.— Él se sentó en la silla que estaba enfrente del escritorio.

—Ay, paren que me muero de ternura.— Comentó la multishipper de Delfina. —¿Y qué cosas sabes sobre ella, Chandler?— Le preguntó a mi novio.

—Cosas que ningún otro hombre sabe, ni sabrá sobre ésta mujer.— Me miró de reojo y noté como mis mejillas se tornaban de un color rojizo.

—Y ésta mujer...— Agustina se señaló con los pulgares. —No quiere saber nada más acerca de sus noches salvajes.— Reímos para luego seguir acomodando mi ropa en mi armario.

Luego de un rato, entré al baño para darme una ducha y relajarme un poco. Luego de lavar mi cuerpo y mi cabello, salí del baño envuelta en una toalla color rosa.

—¡Salgan de aquí!, ¡vamos!— Exclamé, ellos dejaron de jugar a las cartas y me miraron. —Me tengo que vestir, gente.

—¿Me puedo quedar?— Preguntó Chandler y levanté una ceja. —Oh, vamos ______. Te he visto muchas veces desnuda.— Agregó parándose del suelo.

—Chandler, no. Ahora salgan todos.— Dije empujándolos hacia la puerta. Luego abrí mi armario y saqué de allí un short de jean, una camiseta blanca con diseños negros y mi calzado.

Cuando al fin estuve lista, bajé a la sala para guardar mi celular, mis llaves y un poco de dinero en los bolsillos de mi chaqueta. Salimos de mi casa y comenzamos a caminar. No teníamos claro a dónde iríamos, haremos lo que surja en el momento.

—¿Quieren ir a la casa de Sam? Me parece que Grayson y Mingus están ahí.— Soltó Chandler y nos miró. —Por cierto, Sam no te puede quitar de su cabeza, Delfina.

—¿Qué?— Lo miró confundida para luego tapar su roja cara. —Está bien, vamos.— Dijo y se adelantó, Agus apresuró el paso para quedar al lado de ella.

—No puedo creer que se hayan hablado todos estos meses y todavía no son novios.— Comenté entre risas, Chandler fue el único que me logró escuchar.

Una simple Walker... ¿O no? | Chandler Riggs Y Tú [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora