Capítulo 1

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<< ¿No puede ser? >>

Enciende las luces y te darás cuenta. Comenta mi razón.
Camino hacia el interruptor y lo enciendo.
Ahora gírate y tus dudas serán aclaradas.
Lo hago y mis sospechas son confirmadas.

No puede ser…

Mi hermano Andrés está sentado en el mueble de mi sala, alto, imponente, cabello negro cortó, ojos color caramelos como los míos y con esa desagradable actitud de superioridad que tanto me molesta.

—¿Qué haces aquí y como entraste? –Pregunto en tono serio, para que no vea que su presencia me ha tomado por sorpresa.
—Yo también te extrañe hermanita –Andrés se coloca de pie acercándose a mí–. Vine para que me des tu versión de los hechos, y logre entrar porque el portero es amigo mío. –Explica al detenerse delante de mí.

No puede ser, siempre supo dónde estaba.

—¿Cómo distes conmigo?
—Siempre supe dónde estabas –mis ojos se agrandan por la sorpresa–. Solo te di tiempo para que procesaras, lo que te hizo ir de Venezuela. –Responde.

Eso quiere decir que si Andrés lo sabe, el resto de la familia lo sabe, en especial Fiona y Mark.

—Tranquila ellos no lo saben. –Oigo que aclara Andrés sacándome de mis pensamientos.
—¿Cómo lo…. Sabes? –Pregunto con cierto nerviosismo.
—Ven acá hermanita –me toma de las manos y nos hace sentarnos–. Porque tengo a todo mi equipo de seguridad investigándolos –Lo miro confundida–. Tu ida me pareció muy sospechoso, y tampoco creo que sea cierto lo que mi madre y Mark me contaron.

Sonrió con ironía.
Así que ellos inventaron algo, me lo debí haber imaginado.

—¿Y que fue lo que dijeron? –Pido que me explique.

Mi teléfono empieza asonar es Nicholas, ya debió darse cuenta que no estoy en su apartamento, ignoro la llamada.

—Que le fuistes infiel a Mark y que huistes con ese hombre. –Me explica.

<< ¿Qué? >>
Que desgraciados.
Estoy de acuerdo contigo. Comenta mi voz interior.
Yo también. Comenta mi razón.

—Eso no es cierto Andrés. –Suelto muy  molesta.
—Estoy aquí para que me digas la verdad. –Me recuerda.
—Después de haber discutido con Fiona, me fui a mi habitación, Mark entro discutimos y le pedí terminar. A él eso no le gusto e intento…
—Isa dime que él no…

Me levanto y me acerco al ventanal que ahí en mi apartamento. Porque por más que trate de no recordar ese día, siempre ocurre algo que me hace recordarlo.

—No lo hizo, después lo fui a buscar para enfrentarlo y lo encontré en el despacho de Fiona –me giro hacia él–. Y los escuche de como tenían planiado hacerme casar con Mark, para después provocar un accidente – los ojos de Andrés se agrandan por la sorpresa–. Luego todo lo que mi padre me dejo le quedaría a Mark, luego él se lo cedía a ella y así Fiona seria la dueña absoluta de todo lo que pensaba, le pertenece por derecho. –Finalizo con lágrimas en los ojos.

Andrés se acerca a mí y me abraza.

—Lo siento mucho hermanita –le devuelvo el abrazo, Andrés a pesar de ser odioso y petulante, es un gran hermano mayor–. ¡Qué hijo de puta es Mark!... Es que te juro que si lo vuelvo a tener enfrente lo mato a golpe. –Me advierte.

Sonrió al escucharlo decir eso.

—¿Cuándo llegastes a la cuidad? –Le pregunto al soltarme de su abrazo.
—Hace más de tres días –él toma mis manos y nos hace sentar nuevamente–. Vine a tu apartamento no te encontré, después a tu empresa tampoco, y por ultimo a la casa del tío Ben –mis ojos se agradan por la sorpresa al entenderlo todo–. Mi tío Ben y su esposa me dijeron que tú no estabas ahí, que ellos no  sabían nada de ti, pero no sé porque sentía que eso no era cierto. ¿Si estabas ahí verdad? –Me pregunta.

Ahora comprendo  la preocupación de mis tíos, de todos. Esto era lo que no me querían decir, no debieron ocultarme esto.

Lo hacían para protegerte. Comenta mi voz interior.
Debieron decírmelo, no soy una niña.

—Si estaba ahí, pero no sabía que tú habías llegado –mi teléfono vuelve a sonar es Nicholas, la ignoro–. Mi tía Teresa me saco de su casa sin decirme más, al pedírselo a Nicholas –Le explico.
—Al día siguiente fui al restaurante del tío Ben, para decirle que no creía en nada de lo que me había dicho y termine enfrentándome con un tipo que se apellida James.

Nicholas se peleó con Andrés.
Lo sabía… sabía que Nicholas estaba enterado de todo.

—¿Tú y Nicholas se pelearon? –Pregunto al mirar mi teléfono, esta vez es mi tío Ben.
—No llegamos a los golpes porque mi tío se interpuso, pero me amenazo al decirme; que si me acercaba a ti lo iba a lamentar –mi teléfono vuelve a sonar y ahora es John la vuelvo a ignorar–. ¿Quién te está llamando tanto? –Me pregunta.
—Todos, quieren saber dónde estoy.
—Veo que tienes personas que te protegen, empezando por el tío Ben, John y ese Nicholas James.

Sonrió para mis adentros.

—Aunque nadie ocupara el lugar de nuestro padre, mi tío  Ben se ha comportado como uno, John como un gran amigo y protector –aparto la mirada hacia el ventanal–. Y Nicholas es otra cosa.

Andrés me hace mirarlo al tomar mi mentón.

—Te conozco muy bien, y puedo ver que ese hombre te gusta. –Asegura.
—¿Cómo lo sabes? –Pregunto con curiosidad al haberse dado cuenta de eso.

Él sonríe con gracia.

—Por como al pronunciar su nombre, tus ojos  se iluminan. –Responde.

Estás pérdida. Comenta mi voz interior.
Está perdida y enamorada hasta las trancas de él. Comenta mi razón.

Así tenga que arrancarme este sentimiento, lo haré. Entendí de una vez por todas, que no es el hombre que yo creí que era.

De repente las puertas del ascensor se abren y todos están aquí, con caras de póker.

Andrés y yo nos levantamos y estoy dispuesta a enfrentarlos por haberme ocultado algo así…

Destino. Aprendiendo a creer en élDonde viven las historias. Descúbrelo ahora