Capítulo 7

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Al despertar me encuentro sola en mi cama, me levanto para ir al baño y asearme un poco.

Salgo de la habitación ya aseada, y escucho voces abajo, pero al bajar las escaleras dejan de hablar mi Nana y Nicholas.

<< Que raro >>

—Mi niña ¿estás bien? –Me Pregunta mi Nana con alegría acercándose para abrazarme.
—Estoy bien Nana –me suelto de su abrazo, mirándola un poco molesta–. Pero estoy muy molesta contigo. –Le hago saber al tomar asiento en el taburete.

Me encuentro con la mirada de Nicholas y ahí cierto brillo en ella.

—Sé que está molesta conmigo mi niña –lo que dice mi Nana me hace apartar la mirada de Nicholas y centrarla en ella–. Pero no le dije nada, para protegerla. –Se explica al colocar el desayuno delante de mí.
—Y te lo agradezco, pero ya no soy una niña. –Le recuerdo.
—Debes entender que lo hicimos para protegerte. –La apoya Nicholas.
Lo miro con el ceño fruncido.
—Lo entiendo, lo que no me gusta es que me tengan al margen de las cosas –mi Nana baja la mirada, y no me queda más remedio que perdonarla, lo hizo para protegerme–. Pero a pesar de todo, te agradezco por siempre cuidar de mí. –Le agradezco al levantarle el mentón para que me mire.
Su rostro se ilumina con alegría al escucharme decir eso.
—Gracias mi niña. –termina de colocarme el desayuno–. Ahora me retiro, permiso. –Comunica al retirarse.

Comienzo a degustar este riquísimo desayuno, sintiendo como Nicholas me mira.

—¿Cómo amanecite? –Me pregunta con cierta seducción.
Y al escuchar es tono de voz, mi cuerpo sé enciende de inmediato.
—Perfectamente bien –aparto la mirada y la centro en mi desayuno–. Aunque  un poco dolorida. –Confieso.
Veo de reojo como Nicholas se levanta de su taburete y se coloca a mis espaldas, tomando mi cintura y juntar su tonificado pecho en ella.
—Eso me gusta –Nicholas roza sus labios en mi cuello, haciéndome perder poco a poco en ese roce–. Porque cada vez que tomes asiento, te acordaras de mí. –Me asegura alejándose de mí.
Dejándome con este cosquilleo entre mis piernas.
Mi teléfono empieza a sonar sacándome de mis pensamientos, miro en la pantalla y es Andrea.
—Buenos días Andrea. –Digo al contestar.
—Buenos días Isa le acabo de enviar el itinerario de hoy. –Me hace saber.
—Gracias Andrea, estaré en la oficina en una hora. –Le hago saber al finalizar la llamada.
Termino lo que tengo en mi plato de un bocado y me giro hacia Nicholas.
—¿Mucho trabajo? –Me pregunta.
—Sí, mucho –me levanto del taburete, para irme a cambiar tengo mucho trabajo atrasado–. Está tarde pasare por tu academia, para ver cómo va todo con la decoración. –Le anuncio.

—Perfecto, yo también debo irme –Nicholas se vuelve a colocar de pie y me percato de que está totalmente vestido–. No quería irme, sin antes decirte que te espero en mi apartamento está noche. –Comunica él, al acercarse a mí y tomarme por la cintura.

Sonrío ruborizada.
Pero no creo que pueda ir, tengo demasiado trabajo atrasado.
—Nicholas no creo que pueda ir, tengo muchos diseños atrasados y...
Pero él me sorprende callándome al besarme y hacerme perder toda razón en ese beso.
—No acepto un NO como respuesta. –Sentencia al alejarse en dirección al ascensor.
Dejándome con esa curiosidad, por lo que me hará esta noche...


De camino en el auto chequeo el itinerario de hoy.
De: Andrea Kenner.
Para: Isabel Banner.
Asunto: Itinerario De Hoy.
Primer  y único punto: reunión y preparación para decidir donde se hará la fiesta del personal, por el aniversario de la empresa.
Eso es todo Isa.
Andrea Kenner asistente en Decoración & Organización Isabel Banner.


Es cierto, ya se acerca el aniversario de la empresa, ya son cuatro años.
El auto se detiene y me percato de que hemos llegado.
—Gracias John.
—De nada señorita.

Al entrar me espera Tara.
—Buenos días Tara.
—Buenos días señorita.
Entro en mi oficina  y me pongo manos a la obra. De repente la puerta se abre y entra Andrea.
—Buenos días Isa.
—Buenos días Andrea, lista la sala de juntas.
—Lista y esperándonos.
—Pues vamos. –Digo con entusiasmo...
Habiendo caído gran parte de la tarde, regreso a mi oficina con todo los preparativos para la fiestas de aniversario de  la empresa terminada, tomo asiento para descansar de tanto ajetreo. De repente el teléfono comienza a sonar.
Había durado mucho, el descanso.
—Dime Tara. –Le contesto.
—Señorita un hombre la está buscando, su nombre es Chris West.
—Déjalo pasar Tara, gracias.
—De nada señorita.
Que podrá ser lo que Chris quiere hablar conmigo.
La puerta de mi oficina se abre y él entra.
—Hola hermosa.
—Hola guapo toma asiento ¿Qué ocurre? –Le pregunto.
—Quería pedirte que cantes conmigo está noche en el restaurante –lo miro sorprendida–. Tú tío me dijo que me suplantastes la otra noche, y se me ocurrió la idea de dar una presentación juntos, ¿qué dices? –Pregunta muy emocionado.

Está noche, no creo poder.
¿Por qué no? Comenta mi razón.
Porque más va hacer, está noche tienes una cita con Nicholas. Comenta mi voz interior.
Puedo llegar un poco tarde a la cita de Nicholas, o podría decirle que me acompañe y vea la presentación.
—Claro, estaré ahí.
—¡Muchas gracias! –Me agradece al colocarse de pie y acercarse.
Me levanto y lo abrazo.
—No es nada, Chris.
—Claro que lo es –me suelta pero se mantiene cerca de mí–. Te pasare toda la información por mensaje.
De repente se escuchan gritos y la puerta se abre y aparece Nicholas. Al instante su rostro se contrae con enojo, al  ver como Chris me tiene tomada de los brazos.
—Discúlpeme señorita, pero el señor no acato las ordenes nuevamente. –Se explica Tara mirando a Nicholas con enojo.
—Descuida Tara, puedes retirarte. –La tranquilizo.
Tara se retira y de inmediato se hace un incómodo silencio.
—Veo que interrumpo algo. –Nos asegura Nicholas en tono frío.
Chris me suelta dando dos pasos atrás.
—No, si es lo que estás pensando. –Le explico en tono frio también.
Nos empezamos a ver con reto en la mirada, me molesta que él piense que yo sería capaz de traicionarlo.

—Creo que es mejor que me retire, no vemos luego hermosa. –Sentencia Chris al retirarse.
—Te dije que no quería a ese tipo cerca de ti. –Me recuerda.
—Él es solo un amigo.
—Él quiere algo más que amigos. –Asegura.
Me levanto al ver que Nicholas comienza a acercarse.
Sonrió para mis adentros.
Si él supiera que Chris es gay, y creo que me aprovechare de eso para saber si está celoso.
—¿Celoso James? –Pregunto en tono burlón, al verlo detenerse enfrente de mi escritorio.
—No, porque yo no siento celos por ninguna mujer que me estoy follando. –Responde en tono frío al girarse y caminar hasta la puerta.
Lo que dijo me borra la sonrisa de los labios y provoca, una gran punzada en mi corazón.
Tiene que estar bromeando.
—Te espero en mi apartamento está noche. –Sentencia al salir sin nada más.
Tomo asiento con la mente en blanco y si nada por decir.
Te lo dije, él no es un hombre para amar. Comenta mi razón.
Ignoro su comentario.
Son estos cambios de humor, lo que me hacen pensar si tome la decisión correcta, al volverlo a intentar con él. 

Pero esto que ha dicho, le costara caro.
Y un dicho venezolano viene a mi mente "Árbol que nace torcido, su tronco jamás endereza"...

Destino. Aprendiendo a creer en élDonde viven las historias. Descúbrelo ahora