Destino. Aprendiendo a creer en él

Capítulo 8

De camino al restaurante de mi tío Ben, después de tener un día duro de trabajo, no he dejado de pensar en lo que Nicholas me dijo.

Vamos Isa, deja de pensar en eso. Me digo a mi misma.

El auto se detiene y me bajo.

—Gracias John.
—De nada.

Entro y me voy directo en busca de Chris.

—Llegastes. –Dice él al verme llegar detrás del escenario.
—Aquí estoy, ¿estás listo? –Le pregunto.
—Más que listo. –Me responde al subirse al escenario...

Al finalizar todo, me encuentro de camino hacia mi apartamento un poco tarde. Mi teléfono vuelve a sonar por décima vez y por décima vez la vuelvo a ignorar. Como diríamos las venezolanas “Que se joda”

El auto se detiene y me bajo.

—Gracias John. Buenas noches.
—De nada señorita. Igual.

Entro en el ascensor que da directo a mi apartamento y vuelvo a ignorar su llamada.

Las puertas se abren y me dirijo en busca de mi Nana.

—Buenas noches mi niña.
—Buenas noches Nana.

Tomo asiento en la sala y recuesto mi cabeza en el espaldar del mueble.

Nicholas debe estar que se sube por las paredes, al ver que no le contesto las llamadas.

Eso que dijo dolió, pensé que todo había quedado claro anoche, pero veo que no.

De repente las puertas del ascensor se abren y de seguro es Andrea trayéndome unos papeles, o mi tío Ben preocupado al ver cómo me fui de su restaurante, sin despedirme.

—¿Quién es Nana? –Le pregunto al no escucharla decirme nada.
—¿Se puede saber por qué no respondes a mis llamadas?

Me tenso al escuchar su voz.

Me levanto como un resorte y me giro hacia él, mirándolo con sorpresa y enojo al verlo aquí.

—¿Qué haces aquí? –Le pregunto evadiendo su pregunta.

Debí suponer que me vendría a buscar.

Se comienza hace una guerra de miradas por parte de él y mía.

—Los dejare a solas, permiso. –Nos comunica mi Nana al retirarse.

Nicholas comienza a acercarse y yo doy pasos hacia atrás.

—Estaba preocupado porque no llegabas. –Se explica.

Sonrió con ironía.

—Si no más recuerdo, dijistes que no sentías nada por las mujeres que te follabas. –Le recuerdo con absoluta frialdad.

Mi espalda choca con el ventanal, dejándome sin escapatoria.

—Isabel…
—Creí que todo había quedado claro. –Le recuerdo.
—Y es así, pero verte con ese tipo… –me mira con enojo, al colocar sus manos cada lado de mi rostro.

Y entiendo que su reacción fue asi, porque si siente celos.

—Nicholas –trato de no perder la razón por su cercanía–. Chris es solo un amigo. –Digo para que entienda.

Él me mira por un momento, y me besa.

¡Dios!... Como estar molesta con él, cuando me besa de esta manera.

—Me disculpo por lo que dije en tu oficina, es que no soporto ver hombres cerca de ti –dice al detener el beso y lo miro sorprendida–. Lo admito venezolanita, estoy celoso. –Me confiesa al besarme nuevamente.