Capítulo 3

324 24 2
                                    


Al rato de haberse ido mi tío Ben, John y Andrés. Me encuentro en el ventanal de mi sala admirando la hermosa vista y dejándola hacer en mí, lo que ella saber hacerme, para tranquilizarme.

—¿Te encuentras bien? –Pregunta  Nicholas.

Él es el único que no se a ido.

—¿Por qué me mentistes? –Le pido que me explique, ignorando su pregunta.
—No lo hice, yo solo…
—Si lo insiste –me giro hacia él con enojo–. Te lo pregunte muchas veces, y me dijistes que no sabías nada. –Le recuerdo.

Mirándolo con enojo.

—Te lo iba a decir está noche, pero algo se presentó… –comienza a acercarse, atrapándome poco a poco con su mirada–. Jamás me he sentido tan perdido, como lo estoy cuando no sé dónde estás.  –Confiesa al rozar mi mejilla, con esa mirada llena de vulnerabilidad.

Estoy molesta con él, estoy molesta con él… Me repito a mí misma para no caer en su hechizo James.

Exacto Isa, decidistes terminar con todo esto. Comenta mi razón.

—Voy a preparar un té, y me contaras todo Isabel. –Dice al alejarse en dirección a la cocina.

Lo veo acoplarse muy bien en mi cocina, que al instante la esperanza que pensé perdida, comienza a emerger nuevamente.

—¿Para qué? –Pregunto al acercarme a la encimera y tomar asiento.
—Para saber más de ti. –Responde al colocar la tetera en la estufa.

Nada pierdo con contárselo, de todas maneras ya no lo veré más después de esta noche.

—Un día después de la muerte de mi padre, el abogado leyó el testamento –controlo los latidos de mi corazón al revivir ese momento–. Mi padre le había dejado a cada uno de mis hermanos lo que les correspondía, pero a mí me dejo lo que me correspondía y mucho más –Nicholas me escucha atentamente–. Eso a mi madre no le gusto para nada, discutimos me fui a mi habitación, luego Mark entro me reprocho porque había discutido con mi madre, le pedí que en eso no interviniera, empezamos a discutir y estaba tan cansada de todo eso que le pedí que termináramos. Pero eso al él no le agrado y… –Aprieto mis manos en pullo al recordarlo.

Nicholas toma mis manos en las suyas.

Lo miro y en su mirada, ya no hay enojo, ni ira, ni frialdad. Más bien esta esa vulnerabilidad que me cautiva y enamora cada vez más de él.

—Me arrojo a la cama e intento violarme, aun sabiendo que yo jamás había estado con nadie –su sorpresa y enojo me hacen ver que no le está gustando nada de lo que está oyendo–. Como pude escape y salí de la habitación, horas después lo busque para enfrentarlo pero no lo encontré. Lo busque y lo encontré en el despacho de mi madre, antes de entrar los escuche a él y a mi madre hablando –sonrío con ironía al escucharlo decir todo eso–. Sobre como tenía planeado que me casara con “el amor de mi vida” y después matarme para que todo le quedara a él, y después Mark se lo cedía a ella. Fue por eso que te dije que no sabía nada de mi madre y que no me preguntaras más, porque para mí ella dejo de ser mi madre hace 3 años. –Finalizo habiéndole contado todo, y con cierta lágrimas en los ojos.

La tetera suena y Nicholas la quita de la estufa, y sirve los tés.

—¿Quién es  Mark? -Pregunta al colocarme el té delante de mí.

Tomo un poco, haciéndolo esperar por mi respuesta.

—Fue mi novio por unos meses, hasta que descubrí todo. –Respondo.

Veo a Nicholas tomar la taza con fuerza.

—No lo conozco y lo quiero matar a golpes. –Asegura con absoluto enojo.

Destino. Aprendiendo a creer en élDonde viven las historias. Descúbrelo ahora