Los Herederos del Zodiaco.

Capítulo 1

El aire olía a metal y óxido, en otras palabras a sangre derramada de criaturas inocentes. Limpia su arma blanca con su camisa, mientras que observaba la masacre que realizó.

Como unos 30 cuerpos tirados y todos sin vidas, excepto uno pero eso por los menos no importa, después se encargaría de cortarle el cuello. El hombre mira al cielo y suspira, si no fuera que sabía que ese país nunca llueve, habría pensado que lo haría en cualquier momento por las nubes grises que se notaban.

- ¿Ya terminaste? - pregunta una mujer alta, curvilínea y de cabello rojo, traía puesto un vestido verde de cuero pegado al cuerpo.

Él la mira sin expresión alguna y le responde - Si, te deje al signo vivo, supongo que aún puede hablar - en eso le da una patada al cuerpo que estaba a centímetros de sus pie.

El signo suelta un gemido de dolor y sufrimiento, tratando de respirar, aunque no servirían de nada, porque sus pulmones se estaban llenando de sangre.

La pelirroja ve al signo, la sostiene por el cabello para que le vea la cara y dice con una sonrisa que aparentaba ser dulce - Que mal Acuario, nunca debiste esconderlo. Ahora dime ¿donde está el rey?, si no quieres que mi amigo te corte en dos.

El signo sonríe mientras que escupe sangre y le responde - Haz lo que te de la perra regalada gana, nosotros siempre estuvimos un paso adelante tuyo, dejamos de ser los signos hace 5 años atrás. Piscis lo había visto todo en un sueño, los nuevos signos están muy lejos de aquí y tal como te pasó con nosotros, te pasará con ellos, jamás sabrás quién de los 13 es el verdadero Rey.

La chica furiosa con el signo le aprieta el cuello tan fuerte que se lo quiebra, silenciandola para siempre. Mira con asco sus manos, va con su secuas y se limpia las manos en él.

- Encuentra a los signos, haz lo que tenga que hacer. Necesitamos la sangre del nuevo Rey o Reina, necesitamos abrir esa puerta - ordena con tal odio que el suelo que estaba pisando ella se quiebra, mientras que al mismo tiempo los cuerpos de los fallecidos se quemaban uno por uno.

Por lo menos sabían algo nuevo y es que el signo de Ofiuco había regresado, sólo tendría que buscar demás y saber sí el signo olvidado estaba con los otros 12.

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Era luna llena y la noche estaba tranquila, demasiado para el gusto de Cáncer, no hacía brisa y el cielo estaba nublado, algo malo había pasado. No sabía que era, pero se sentía en el ambiente, sobre todo por el olor a hierro oxidado que le llegó desde hace más de una hora.

El chico estaba en el balcón de su cuarto que le había tocado, cada habitación tenía uno propio. Algo que en verdad lo llenaba de calma, odiaba los espacio cerrado y sobre todo no ver el cielo de noche. Cuando podía se subía al techo para mirar las estrellas junto con Leo, a ambos le gustaba observar el cielo.

Cáncer se mete a su habitación y trata de armas su telescopio, algo le decía que acababa de suceder una tragedia, pero no sabía donde.

Termina el ensamblaje y toma su cuaderno de nota, donde tenía toda clase de información sobre eclipses, las fases de la luna, todas las constelaciones y sus ubicaciones exactas, además que también decía sobre las noches de estrellas fugases. Es ahí lo raro, según su cuaderno hoy era lluvia de estrella, pero no paso ni una, más bien ni se veía una. Ni siquiera Sirius que es una o es la estrella más brillante del cosmo.

Mientras que tomaba todo lo necesario y salía de su habitación pensando en todo lo que pasaba, se encontró con Acuario en el enorme pasillo se  encontraba  con la mirada perdida.

— ¿Que pasa Acuario? — pregunta él de manera precavida, tal vez ella si sabía lo que pasaba.

La chica sale de su mundo y lo ve, Cáncer nota que ella frunce el ceño y se lleva las manos al cuello para después responderle — De la nada sentí un dolor en el cuello, como si me estuviera ahorcando, fue como unos cinco minutos pero sentía que no podía respirar. Mi pulmones no trabajan y luego todo en calma.