Capítulo X: Todos tenemos secretos

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En los pasados días, Jon había sido nombrado como el nuevo Rey del Norte. Evey temió que el poder pudiera corromperlo y hacer que olvidara al verdadero enemigo ahí afuera, pero cuando escuchó su discurso se dio cuenta de que no lo había olvidado; tenía claro lo que iba a suceder si no peleaban contra la amenaza que traía el invierno. La forastera no solía sentarse en la misma sala que todos los demás Lords, pero aquel día decidió unirse a las conversaciones y, aunque no participara activamente, quería escuchar.

Los hombres hablaban sobre el invierno, que necesitarían provisiones para poder sobrevivir a este... las paredes de ningún castillo iban a proteger a los vivos de la larga noche. No opinaba, estaba sentada al fondo y observaba a Jon discutir con los demás; a Sansa discutir con Jon. A veces la mujer de ojos bicolores la observaba con pesar, pues tenía una mala actitud hacia su hermano, pero no podía culparla; Ser Davos le había contado por lo que había pasado la pobre muchacha, y la rubia tenía que admitir que le sorprendía que aún no se hubiese vuelto loca.

Cuando la acalorada discusión llegó a su fin, aquellos que habían negado la ayuda para la guerra de los bastardos juraban su lealtad a Jon Snow, pero aun así, con sus ejércitos no sería suficiente. Evey había visto a su gente caer: los mejores guerreros, los mejores elementalistas, los mejores magos sucumbieron ante el poder del Rey de la Noche. La mujer cerró sus ojos e intentó calmar su respiración; el solo recordar lo que había sucedido la llenaba de angustia y ansiedad. No supo cuánto tiempo permaneció así hasta que escuchó a la gente levantarse y comenzar a marcharse.

Su mirada buscó a Snow, que permanecía sentado en el mismo lugar hablando con Sansa en voz baja. Lo observó desde la distancia. Sentía algo de compasión por él; ella misma había huido de responsabilidades en el pasado, pues sabía lo que significaba ser un rey, un líder: era difícil, la gente esperaba demasiado, muchas personas dependían de tan solo un rey, y si este se equivocaba podía condenarlos a todos.

Nunca le había visto antes —Le sorprendió una voz que sonó detrás de ella. Evey se volteó inmediatamente para ver a un hombre de vestimenta gris y barba observarla. Tenía un aire de misterio, y le daba total desconfianza.

Tampoco yo a ti —respondió ella sin pudor. Estaba siendo cortante aunque aquel le sonreía, pero esa sonrisa era cínica, lo sabía.

Petyr Baelish —Se presentó este extendiendo su mano hacia la rubia, que simplemente le miró con desdén y no aceptó su saludo, lo que llevó a Petyr a retirar su mano.

Evey —dijo, simplemente. Su interés no estaba en Baelish; estaba puesto en Jon, que hablaba con Ser Davos y Sansa, además de una pequeña que se había ganado la simpatía de la forastera pues, a su corta edad, tenía mucho coraje. Lyanna Mormont era definitivamente una patea culos.

Milady, ¿no tiene apellido? —preguntó, y no era la primera persona que mostraba curiosidad al respecto.

Sin apellido, solo Evey. No tengo ningún título ni apellido, solo mi nombre —Fue ahí cuando se volteó y observó con más atención al hombre. Él sonreía, mientras que ella se mantuvo seria—¿Necesita algo de mí? —preguntó con formalidad. Aquello solo lo hacía cuando estaba molesta o no le interesaba charlar con una persona.

Baelish sonrió e hizo el primer movimiento en el tablero—Escuché rumores sobre sus habilidades en batalla, se unió al joven Snow en la guerra contra Ramsay Bolton. Lady Sansa me dijo que posee habilidades... únicas —Sus intenciones no eran buenas, cualquiera que conociera a Petyr lo sabría; él siempre tenía un propósito oculto en sus acciones.

Oh —dijo Evey sonriendo —Soy una buena corredora. No tengo buena puntería, pero en casa era considera una de las mejores espadachines —Sabía a lo que se refería con "habilidades únicas", pero no tenía intención de hablar con ese hombre sobre ella—Si me disculpa Lord Baelish, tengo asuntos pendientes con el Rey del Norte —Y dicho eso se alejó sin darle oportunidad a decir nada, bloqueando su jugada.

Nieve y Oscuridad [Primera Parte]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora