Capítulo XXII: A un paso del infierno.

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Partieron temprano. Evey había elegido vestir de simple, su armadura de cuero era completamente blanca, solo algunos detalles grises resaltaban además de algunos metálicos de las hebillas de este. No llevaba una larga capa como lo demás, no vestía ropa gruesa como el resto, no la necesitaba pero aun así, llevaba un cubre cuellos que ocultaba parte de su nariz y boca.

El grupo era bastante grande para su gusto. Ella se mantuvo al lado de Jon, no hablaron durante el primer trayecto del camino, solo intercambiaron algunas miradas y sonrisas. Después de horas caminando se detuvieron para descansar. El recorrer esos caminos le traía todos esos amargos recuerdos. Evey se sentó frente al fuego con la mirada perdida en su danza, los demás hablaban. De momento su rostro adoptó un semblante sombrío y triste pues pensaba demasiado, sabía o, al menos presentía que la misión no saldría del todo bien y tenía miedo que algo le sucediera a Jon.

Hey —le llamó Snow a lo que ella simplemente levantó su mirada y una sonrisa tenue apareció en sus labios —pensé que este era tu territorio y que nos guiarías como una líder ejemplar —bromeó y se sentó a su lado. 

Ella no dijo nada y apoyó su cabeza en el hombro de Jon que instantáneamente rodeó la espalda de la muchacha con su brazo para acercarla a él.

El viento comenzó a correr fuerte levantando nieve en su camino. Debían continuar. Reanudaron el paso entre la fuerte ventisca. Caminaron en línea, mientras que ella simplemente caminó algo alejada del grupo, con total normalidad, no era la primera vez que atravesaba una ventisca. Los hombres parecían complicados, el viento a veces los empujaba hacia atrás, les costaba mantener el paso. Evey disminuyó la velocidad para comprobar que el grupo estaba completo y, después de asegurarse de ello. Caminó hasta llegar al lado de Jon, sin decirle nada, simplemente tomó su mano. El sureño la miró en ese mismo instante mientras entrecruzaba sus dedos con los de ella, pudo verla sonreír por lo cual el hizo lo mismo.

Un ruido hizo voltear a la mujer bruscamente, intentó encontrar la fuente de este pero no veía mucho. Aunque la ventisca de momento hizo una pausa, no podía ver demasiado. Escuchó algo semejante al sonido que haría un animal, quizá se trataba de un lobo o un oso, eso no iba a ser un problema, pero en cuanto sintió un fuerte ruido volteó, y vio a un desdichado caer en las fauces del animal, y fue en ese mismo instante pudo darse cuenta de lo que se trataba.

Soltó la mano de Jon y se ubicó en el círculo que formaron los demás hombres. Era un solo animal, pero aun así, era peligroso. Se prepararon para atacar, pero aquellas estocadas lanzadas con sus espadas fueron tan inútiles como el sol que brilla en invierno intentando traer calor. La rubia intentó que Snow no se acercara, de protegerle en caso de que algo sucediera. Dos hombres encendieron sus espadas en llamas y aunque ella intentó atacarle con carámbanos de hielo, sus ataques eran tan inútiles como el de aquellos que habían caído peleando.

Pensaba, intentaba idear un rápido plan para acabar con la amenaza o al menos impedir alguna otra muerte a manos del animal. Fue entonces cuando vio a uno de los hombres en el suelo siendo atacado por el animal, no podía librarse, no podría. Evey rápidamente levantó una capa de hielo entre el hombre y la bestia lo cual hizo retroceder al animal, Jon aprovechó rápidamente y clavó una estaca de vidriagon, la misma daga que ella le había dado, en la cabeza del animal acabando con este en ese mismo instante.

El hombre no iba a sobrevivir, aunque intentaron cauterizar su herida y ella intentó sanarle, no había nada que pudiera hacer, corría el riesgo de morir si no le llevaban a un lugar donde pudieran atenderlo a tiempo. El desenlace era inevitable, lamentablemente aquel hombre, Thoros de Myr, iba a morir si no era atendido de manera pronta pues, iba a ser el más vulnerable del grupo.

Nieve y Oscuridad [Primera Parte]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora