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Capítulo 3: El sueño.

Caminaba junto a él, conversando trivialidades. Su cabello se movía lentamente al compás del viento, y al igual que el mío, se desordenaba. La playa se veía apetecible y el aroma a mar inundaba el ambiente.

-¿Entonces, reprobó algún ramo mientras estaba en la universidad?-pregunté curiosa.

-Sí, lo hice.

Mi cerebro detecto un posible problema típico como "tuve problemas familiares" lo cual derivaría a la muerte de algún familiar o alguna posible crisis económica, etc.

-¿Por qué?

-Pasaba el tiempo viajando y jugando basketball.-Me miro con pena, supuse que creyó que me decepcionaría de él.

-¿Ha viajado a otros países?-Sonreí para demostrarle que podía confiar en mí.

-Sí, solo a Inglaterra, pero conozco todo nuestro país.

-Que lindo, me encanta viajar aunque no lo he hecho mucho.

Enseguida toda la gente comienza a gritar, y los dos observamos el causante del terror de la gente.

Una enorme ola se va acercando hacia la costa y todos corren como locos, se escuchan llantos de niños y gritos de madres desesperadas.

-Vámonos, ¡Rápido!-Me toma de la mano y corremos mientras la ola sigue avanzando a espalda nuestra.

Me canso rápidamente, no puedo correr tanto, pero al ver que no sobreviviré a una catástrofe como esta, sigo luchando.

Jamás moriría sin antes luchar. Recuerdo la frase que he leído de algún libro, aunque no recuerdo cual.

Un ruido ensordecedor nos hace detenernos y observamos el camión que se ha volcado en frente nuestro, obstruyendo así nuestro paso.

-¿Qué haremos ahora?-grito con un hilo de voz.

-Tranquila, sube a mi espalda.-Lo miro confusa y el me invita a subir. Hago caso rápidamente.-Esperaremos a que llegue la ola, así que aguanta la respiración en cuanto la veas venir.

-¿Qué? No podemos hacer eso, ha de traer piedras y distintas cosas, algo podría golpearnos y enseguida estaríamos muertos.-Grito preocupada más por él, que por mí.

-¿Confías en mí?-Me miro mientras toda la gente a nuestro alrededor corría.

-Sí, confío en ti. ¿Tú confías en mí?

-Sí. No me sueltes por nada del mundo.-Refuerzo mi agarre a su pecho, y cierro los ojos pensando que si muero hoy, me encuentro satisfecha con lo que fui en vida. Pienso en mis amigos, mis padres, mi hermana, mis sobrinos, mi cuñado, mis mascotas, pienso en todo, y a la vez en nada.

Siento el agua chocar contra nuestros cuerpos, un frío inexplicable y un miedo enorme envuelven mi cuerpo.

Derek comienza a nadar, se sumerge y comenzamos a pasar por encima del camión, me giro un momento y abro los ojos para ver una piedra del tamaño de un limón aproximándose a el hombro de Derek, y enseguida pongo mi brazo en su lugar, para que impacte contra mí y no contra él. Duele, pero es soportable.

Salimos a la superficie y enseguida Derek comienza a correr hacia lo más alto de la costa, como toda la gente. Siento un mareo pero trato de pensar en otra cosa. Escucho la respiración de Derek y trato de relajarme con ella, aunque esta sea muy apresurada.

-Vale, estamos a salvo aquí-Me grita entre la multitud. Me bajo de su espalda, aunque desee quedarme eternamente allí.

Los dos nos calmamos y al tener la cabeza un poco más fría, caemos en la cuenta de lo que ha pasado. Lo miro y él ya tiene la mirada en mí, como si nos leyésemos las mentes, nos abrazamos.

Rompo en llanto y el me susurra que me calme.

-No sé donde está mi familia, no sé si estarán bien...-Comienzo a respirar rápidamente, mientras el me apreta entre sus brazos.

-Tranquila, todo estará bien, tu familia ha de estar bien, ya los encontraremos.-Se separa de mí y por unos instantes nos quedamos mirándonos.

Se acerca a mí, y sin dudar mucho me besa.

Desperté entre lágrimas y jadeos. Tomo mi celular y desbloqueo la pantalla.

6:22 AM

Próxima alarma: 7:00 AM (Instituto).

Mi profesor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora