Capítulo 10: Nervios y celos.
Me encontraba al centro de la pista de baile tomada de la mano de un chico de ojos azules de unos 18 años. No me sabía su nombre y la verdad no me importaba mucho. Seguía bailando al ritmo de la música cuando un recuerdo vino a mi cabeza:
*Flashback*
Estaba bailando, cuando me di una vuelta y vi que él estaba mirándome. Me sonroje pero aun así seguí bailando.
*Fin del flashback*
Suspiré y una pesadez lleno mi cuerpo. Que frustrante era pensar en él a cada momento. El chico de ojos azules mira mi expresión y me trata de preguntar por sobre la música si me pasa algo. Yo le hago un ademán con la mano restándole importancia y vuelvo a sentarme.
¿Qué me pasaba? Con cualquier otro chico hubiera seguido bailando y tal vez hasta más, pero ahora no encontraba interés en nadie, todos me parecían tan aburridos, tan vacíos. No había nadie que me llamara tanto la atención como él.
Me paré de mi asiento y me fui caminando al baño. Me quede allí por unos 5 minutos y entonces decidí marcharme. No quería seguir aquí. Quería estar sola (o con él) en un lugar donde nadie me molestara. Aviso a unas amigas que me voy y ellas no le toman mucha importancia debido a que están muy concentradas en sus parejas y en el alcohol.
Salgo del lugar, que básicamente es una disco y tomo un taxi. Le doy al chofer mi dirección y como no estamos muy lejos en cosa de 10 o 12 minutos llegamos. Cancelo al bajarme y me despido amablemente de él.
Cuando entro a casa, mi madre me mira y me dice:
-¿Tan temprano en casa? Me habías dicho que llegarías más tarde...-Me mira preocupada.
-Sí, me aburrí, tengo sueño la verdad.-Sin decir nada más subo a mi habitación y me lanzo en la cama.
¿Qué voy a hacer? Lentamente todos los recuerdos que tengo con él comienzan a pasar por mi mente como una película. La primera vez que lo vi, la primera vez que hablamos, sus abrazos, sus miradas. Todo. Sin darme cuenta, y sin evitarlo tampoco, lágrimas empiezan a correr por mis mejillas y lentamente voy quedándome dormida en una profunda sensación de vacío.
. . .
Luego de la mini fiesta, ya que no estuve más de 3 horas allí, el domingo se fue volando y el lunes otra vez llega. Repito mi rutina de la mañana, ducharme, vestirme, arreglar mis cosas e irme al instituto lentamente. Una vez llego me dirijo a mi salón y comienzo el día con lo que más odio: Matemática.
Los minutos en matemática pasan lento y voy quedándome dormida cuando escucho un grito del profesor:
-¡Sky, mi clase no es para dormir, es para aprender!-Me hace levantarme de un salto.
-Lo siento, no estaba quedándome dormida estaba concentrada en...-Me interrumpe gritando otra vez:
-¡Concentrada en sus sueños! Se queda hoy en detención desde las 2:30 hasta las 3.-Excelente. Firma el papel de detención y me lo entrega.
Suspiro resignada. Los lunes no son lo mío.
. . .
Entro a la sala donde hacen detención y entrego el papel. Me siento en las últimas mesas, donde está un amigo de otro curso, el cual se llama Zackary, y agradezco que el profesor solo me haya dado media hora. Me encontraba conversando con Zackary, cuando escucho que abren la puerta de la sala y entra alguien. La inspectora de detención se levanta enseguida y se acomoda el cabello. Miro hacia la puerta tratando de ver quién es el causante de su alboroto.
Mi estómago da un brinco a ver su sonrisa en la puerta pidiendo permiso para entrar. Veo como camina hacia la inspectora y en su camino voltea a mirarme. Me quedo de piedra sin saber que hacer. Habla con la inspectora y luego vuelve a mirarme, se queda allí unos segundos y yo le sostengo la mirada aún sin saber que hacer. Cuando estoy a punto de sonreír, Zackary me habla sacándome de mi trance. Volteo a verlo y como no le he escuchado le pregunto que ha dicho.
-Te decía que me sorprende que alguien como tú este aquí.-Me sonríe y yo sin tomarlo en cuenta, volteo a ver a Derek. Este mira fijamente a Zackary y sin decir nada más a la inspectora, se da media vuelta y se marcha rápidamente.
No me había dado cuenta lo nerviosa que estaba hasta que él se va de la sala, pues estoy temblando y ni siquiera sé que estaba conversando con Zackary antes de que él llegara.
No necesito convencerme más a mí misma, él me gusta y no había nada que pudiera hacerle.
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Mi profesor.
Romance-Dígame quien le gusta, para darle mi bendición.- me dijo, mirándome con aquellos ojos pardos. -Lo siento, pero usted lo encontrará muy mayor y no le gustará.- suspiré. -Todo lo contrario, la edad es sólo un número.- Dijo aquello, y una esperan...