||24||

2.1K 103 9
                                    

Capítulo 24: ¿Información confidencial?

-¿Estás segura de que no conoces a los hombres de los que te hablo?-Derek me mira inquisitivamente.

-No, jamás en la vida los había visto.-Lo miro tratando de pensar en quienes son, pero mi mente solo está en blanco.

Dos hombres, ambos altos, uno rubio y uno moreno, han amenazado a Derek con que debe alejarse de mí y dejar de pecar, si no quiere ser enviado al infierno en ese preciso instante.

¿Por qué alguien estaría tan preocupado de si Derek va al infierno o al cielo por estar conmigo?

Lo que él y yo sentimos no es más que amor... ¿Merece realmente ir al infierno por ello?

-No te esfuerces... no me preocupa lo que ellos puedan hacer conmigo.-Lo observo fijamente-Me preocupa lo que puedan hacerte a ti.

-No digas eso, que me hagan algo a mí como a ti es igual de grave. No quiero que nada te pase, y menos por mi culpa.-Al decir esto miro a Derek con ojos llorosos.- ¿Tan malo es que nos queramos?

Derek me abraza y me responde dulcemente al oído.

-Nada es malo si es puro y mutuo.

Me besa suavemente y me dejo llevar por aquella sensación tan cálida, tan acogedora. Desde el primer momento en que roce su cuerpo (y que fue hace tanto tiempo, analizándolo) no he encontrado ningún lugar que se compare a aquel. Estar allí, entre sus brazos, es una sensación irreemplazable.

El beso se rompe, sin embargo seguimos mirándonos. Admiro sus bellos ojos y me pierdo en ellos. Pasamos un rato mimándonos y acariciándonos, hasta que es hora de levantarse.

En ese entonces, son las 8:20 AM.

Derek entra a ducharse, mientras yo preparo el desayuno. Subo a la habitación y en mi cartera ordeno mis cosas.

Tomo la carpeta que me ha dado la abogada que ayer por la tarde se contactó conmigo. Quiere ayudarme en el caso y meter en la cárcel a la persona que arrancó la parte más importante de mi vida.

La abro, y allí veo una hoja con sus datos: Nombre completo, correo electrónico, dirección de su bufete y también su número de celular. Paso de ella y leo la hoja en donde ella ha puesto toda la información que he dado de mi madre, junto con una foto.

Paso mi dedo índice por la foto y me aterra saber que no habrá más días en que pueda tocar su rostro. Decirle lo mucho que la quiero y lo enormemente orgullosa que estoy de que una mujer como ella haya sido mi madre.

Derek sale de la ducha, desayunamos juntos y se marcha al instituto. Por mi parte, me ducho y luego me voy al departamento de policía.

No queda tan lejos por lo cual decido ir caminando, necesito tomar aire, pensar. No es fácil todo lo que mi cerebro está pensando, aunque haga parecer que sí. No decidí contarle a Derek sobre mi pesadilla, porque realmente no quiero preocuparlo. Ya es bastante molesto que este en su casa, no quiero incomodarlo.

Me pongo mis audífonos, pongo la lista en aleatorio y comienzo a caminar rápidamente hacia el lugar. Es un día precioso, despejado exceptuando por algunas pequeñas nubes dispersas por todo el cielo azul. Hay una leve brisa, por lo tanto no hay un calor estresante. La gente camina cómodamente por la acera, con sonrisas que parecen pintadas y mirando los escaparates como si las vidas se les fuera en ello.

Me quedo analizando el aspecto psico-social de mi entorno, cuando sin darme cuenta, ya me encuentro fuera del edificio.

Subo las escaleras que dan a la entrada, y al estar allí, me recibe un oficial.

-Buenos días, señorita. Soy el oficial McGregor, a sus servicios.-Me sonríe amablemente, y analizo su aspecto. Es un hombre que rodea los 45 años, con algunas canas, y marcas de expresión en su rostro. Viste su impecable uniforme y en una mano sostiene una taza de café.

-Buenos días oficial, mi nombre es Lucy Sky y venía porque...-No termino de hablar, cuando él me interrumpe.

-¿Lucy? ¿La amiga de mi hijo?-Me mira intrigado.

-¿Su hijo?

-Claro, Isaac, siempre me habla de ti.

Me sorprendo cuando menciona a Isaac, nunca me había dicho en que trabajaba su padre.

-No sabía que usted era el padre de Isaac

El ríe.

-No es un muchacho que goze de ventilar información sobre su vida privada, mi mujer siempre dice que es como una cebolla, tienes que pelarlo capa por capa.

-Así parece-ambos sonreímos.

-Cuentame, ¿Qué te trae por aquí?

-Bueno, ayer mi madre fue asesinada...-otra vez, me interrumpe.

-Oh, ya veo... lamento mucho lo que le sucedió, no se ha dejado de hablar de eso desde que llegue.

-No se preocupe... el caso es que necesito hablar con el detective, quiero saber si han encontrado alguna pista, o huella de ADN. Quiero ayudar en algo, y poder estar en mi casa pronto.

-¿Dónde te estas quedando mientras registran el lugar?

Me toma unos segundos pensar en una excusa, no sería bien visto decirle "En la casa de mi profesor, que también es mi novio, pero eso no viene al caso..."

-En casa de una tía.

-Ahh, está bien. Mira, me gustaría darte una respuesta que te deje tranquila, pero no puedes hablar con el investigador a cargo del caso. Toda la información es confidencial y cometeríamos un delito al darte el más mínimo detalle.- McGregor me mira dubitativo, y yo por mi parte suelto un suspiro.

-Está bien oficial, no es su culpa.-Le muestro una leve sonrisa y cuando comienzo a tomar mi cartera para irme, él vuelve a hablar.

-Le diré a Isaac que te envíe saludos de mi parte.-Me guiña un ojo, y luego de un segundo lo comprendo.

-Estoy encantada de conocerlo- Sonrío y salgo del lugar.

Al menos algo me está resultando bien. 

Mi profesor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora