Capítulo 6: Cambios de humor.
Estábamos a viernes y las palabras de mi profesor dichas el miércoles aún se mantenían presente en mi memoria. Todo se mantenía allí, su forma de mirarme, su sonrisa, el movimiento de su cabello... no lograba dejar de pensar en eso.
Pensaba "¿estaré obsesionada?" y luego me respondía a mí misma que no, que todo estaba bien, que en realidad se me hacía tan interesante él solo por el hecho de que siempre teníamos tema de conversación.
Porque no podía dejar de pensar en él, pero por dentro. No sé si me entiendan, pero mucho más allá de su apariencia física me encantaba el por su esencia, por su alma. Su manera de pensar, su amor por los niños, por educar, por la justicia (porque me había fijado en como hablaba de distintos casos judiciales en nuestras conversaciones y siempre daba su opinión, deseando que se hiciese justicia como siempre.)
¿Cuántas veces le he sonreído como estúpida en clase? Tantas que él afirma que su clase ha de ser muy entretenida, pero no tiene idea que mi cabeza no está en lo que él explica, si no lo que él implica en mí. En mi alma.
¿Había más chicos? Sí, lo había aunque todos ellos me parecían tan vacíos al lado de este hombre de ojos pardos. Ninguno conseguía quitarme a él de mi cabeza.
Flashback...
-Entiéndeme Lucy, te puedo hacer tan feliz que cuando lo notes no querrás dejarme ir nunca.-Brian me toma de la mano y trata de acercarse a darme un beso.
Que repulsivo. Lo alejo inmediatamente.
-No te sobrepases.-Le miro fríamente y el abre su auto y saca un ramo de rosas azules con una blanca.
-Sé que te gusta la combinación del azul y blanco, y también las rosas.-Me sonríe y me las entrega lentamente.
-Sí, gracias.-Las tomo para no ser tan descortés.
-¿Sólo eso?-Me dice casi volviéndose loco porque no me haya rendido a sus pies. Ya está, colma mi paciencia.
-¿Qué querías? ¿Qué por estas rosas te diera mi virginidad? ¿Qué idiota crees que soy?-Le entrego sus rosas y me marcho.
Me grita y no me interesa.
Fin del flashback...
Me gustaba la combinación del azul con el blanco en sus zapatillas. No en unas rosas.
El día transcurría con normalidad. Con Ariana íbamos de camino a el gimnasio a participar de las actividades cuando lo veo en la entrada de él, sacando unas cosas de su casillero.
Ariana me mira y se acerca a saludarlo. La sigo.
-¿Cómo está profe?-Le sonríe discretamente.
-¿Bien y usted? ¿La está pasando bien?-Dice distraído mientras saca una caja. Ariana se marcha para dejarme sola allí con él.
-Hola.-Susurró a un nivel que sea audible para él.
-Hola.-me dice y sigue en lo suyo. Algo no está bien.
-¿Se está divirtiendo? Es su primer año en estas fiestas...-le sonrío.
-Sí.-Me mira un mísero segundo, y luego se voltea.
Me doy media vuelta y me voy. No entiendo que le ha pasado, ¿Por qué se ha comportado así conmigo? A ver, problemas de él no serían porque de lo más bien ha hablado con Ariana.
Que frustrante, no entiendo nada de esto.
Llego donde Ariana y le cuento lo que ha pasado.
-Tal vez tuvo algún problema y se siente mal, no es tu culpa.-Me trata de animar.
-Sí, tal vez.-Digo y zanjo el asunto. No quiero hablar de él.
El día continúa, en su momento se sienta al lado mío y pareciera que jamás se ha comportado así conmigo. No me habla, pero si aún anduviera "enojado" no se habría sentado conmigo. ¿Será que quiere arreglar las cosas?
Arreglar nada, si no son nada. No eres más que una alumna más para él. Supéralo.
Mi conciencia me hace tratar de entrar a la realidad, pero no quiero.
Cuando ya estamos en la última parte, en los partidos de Basquetbol todas mis amigas se reúnen en un grupo y nos sentamos juntas en las galerías. Comenzamos a poner música y yo coloco una canción que sé que le gusta. El otro día estaba con audífonos en su clase, se sentó al lado mío y me quito uno y la escuchamos juntos. Luego de que esta terminara me dijo que el ritmo no se le podía salir de la cabeza.
Que ironía, a mi él no se me salía de la cabeza.
Cuando escucha la canción, me mira. Pero yo no lo estoy mirando, solo observo de reojo como se gira hacia mí y yo pretendo no haberlo notado.
El partido está por empezar, todos nos sentamos y él viene en mi dirección. Felicity me toca suavemente el hombro, para avisarme y yo solo doy un leve asentimiento.
-Hola, ¿Cómo ha ido tu día?-Me habla como si nada y me sonríe como siempre.
-Bien, gracias, ¿y el suyo?-Le sonrío queriendo llevar la fiesta en paz. No me gusta sentirme así, no hablar con él es exasperante.
-Bien. Me gusta mucho como celebran el aniversario.-Sonríe y el partido comienza. Se centra en él aunque logro captar unas miradas que me dedica. Me mantengo en silencio hasta el final del partido. Todos nos levantamos aplaudiendo y gritando.
Hemos ganado.
Hace tanto tiempo no siento esta emoción de ganar algo.
Entre todo el griterío, me volteo a verlo y él ya se encuentra mirándome. Me sonríe y se acerca a mi oído a hablarme.
-Felicidades, Lucy.-Se aleja y sonríe. Le sonrío de vuelta.-Ya debo irme, que tengas un buen día y un buen fin de semana, cuídate.
-Usted igual profesor, que esté bien.
-Nos vemos el lunes.-Me hace un leve cariño en la mano.
-Pero... usted no tiene clase conmigo el lunes.-Digo confusa.
-De todas formas quiero verte ese día.-Sonríe y se marcha dejándome con el corazón en una mano.
Sus cambios de humor eran desquiciantes pero él en un solo segundo podía hacerme olvidar eso.
De todas formas, él y yo no éramos más que la definición de lo que no pueden estar juntos.
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Mi profesor.
Romance-Dígame quien le gusta, para darle mi bendición.- me dijo, mirándome con aquellos ojos pardos. -Lo siento, pero usted lo encontrará muy mayor y no le gustará.- suspiré. -Todo lo contrario, la edad es sólo un número.- Dijo aquello, y una esperan...