Capítulo 22: Invitación a pecar.
Alguien llama a la puerta. Derek duerme profundamente a mi lado. Luego de haber llorado bastante, me he quedado dormida y él también. Miro el reloj en la mesita de noche y este indica que son las 1:42 AM.
¿Quién será a estas horas de la noche?
Me levanto y mi cabeza da vueltas. Me duele bastante por haber llorado como magdalena y suelto un pequeño quejido. Automáticamente me arrepiento deseando que Derek no despierte. No quiero interrumpir su sueño.
Bajo las escaleras luego de buscar a tientas el interruptor y consigo encontrarlo luego de miles de años.
Cuando abro la puerta, las personas que me esperan allí, están muy lejos de lo que yo imaginaría.
Ariana, Felicity, Sadnia, Sara, Zackary, Isaac, Thomas y otros chicos del instituto están en la entrada. Todos traen regalos y bolsas con comida y cosas variadas. Me miran con una leve sonrisa.
-Sabemos que lo estás pasando muy mal, por eso hemos venido. Queremos quitar un poquito de tristeza en tus 18. Sabemos que no podremos borrar lo que has pasado ayer, pero si podemos crearte un buen hoy.-Zackary habla y me sonríe.
Una sensación de familia crece en mi pecho. Son los mejores.
-Es la casa del profesor...
-Si saben-Ariana habla y me mira con los ojos bien abiertos-les he dicho que él era amigo de tu madre.
-Sí, eran amigos...
Siento un ruido a la escalera y aparece Derek allí, ya vestido un buzo de polar y una camisa de manga corta blanca.
Me acerco a Derek para hablar un poco más en privado con él.
-Derek... digo, profesor, han venido a verme por mi cumpleaños, lo siento mucho.-Lo miro atenta pero el solo sonríe.
-Tranquila, he hablado con Ariana antes.
-¿Qué?
-Sorpresa-Ariana sonríe y todos pasan a la casa.
Sacan las cosas de las bolsas, y ponen todo en la mesa. Los regalos los apartan y los dejan en una mesita que está al lado de la puerta.
La cosa es tranquila, comemos, hablamos muchísimo sentados todos en un círculo, incluido Derek. Bromeamos sobre cosas relacionadas con el instituto, como algunas manías de los profesores. Todos me dicen que para cualquier cosa que yo necesite, estarán aquí para mí.
Quisiera que todo fuera fácil, que me sintiera mal y pudiera conversar con Sadnia, con Sara o con cualquiera de las chicas sobre el tema. Pero no puedo. Cada vez que me sentía mal, o que quería hablar sobre cualquier tema, lo hacía con mi madre.
¿Ahora con quien lo hare?
Las horas pasan rápido, y cuando son las 3 de la mañana mis amigos piden que abra los regalos.
El primero que tomo es de Ariana. Lo abro y en él hay un álbum de fotos, que comienza desde pequeñas hasta ahora. Noto que quedan páginas vacías al final.
-Faltan fotografías...-Miro a Ariana confundida.
-No, son para las que nos tomaremos en un futuro.-Ella me sonríe y le doy un abrazo.
Sadnia me ha comprado un brazalete de plata con mi inicial grabada en letra cursiva. "L S"
Cuando abro el regalo de Sara, el cual es una caja, encuentro una botella de tequila.
-Lo siento, lo he comprado hace varias semanas.
Todos reímos.
Sigo abriendo regalos, entre ellos perfumes, un libro, unas cuantas faldas de jeans y así.
Tomo el regalo de Isaac y este me mira impaciente.
-¿Lo abro ahora o al final?-Miro a Isaac sonriendo.
-Ahora
-Mejor lo hago al final...-Isaac suelta un soplido y me río. Parece un niño.-Tranquilo, ya lo abro.
Rasgo el papel de envoltorio y encuentro un pequeño paquetito de color azul. Lo miro con curiosidad y me doy cuenta que lleva escrita el nombre de la marca de una línea de Reloj de mano.
Lo miro sorprendida. El sigue sonriendo. Abro el paquetito y un fino reloj está en mis manos. Tiene correas de color café oscuro y es clásico, pero muy bonito.
-Es muy... bonito... Isaac... muchas gracias, no esperaba algo así.
Voy donde él y le doy un abrazo.
-Jamás dejes de usarlo, no importa que pase o donde estés.
Le sonrío y le susurro que así será. Vuelvo a mi lugar y Zackary me pasa un regalo.
-Vamos, que no es tanto como el relojito de Isaac ni nada, pero espero que te guste.
Es una caja bastante grande y cuando la abro quedo sorprendida.
-¿Es enserio?
-Sí, fresita. ¿Por qué no lo sería?-Zackary me dedica una sonrisa ladeada.
Saco el regalo de la caja y les muestro a todos lo que es.
Es un casco de motocicleta, pero es especial ya que fue hecho a pedido, porque tiene colores azul y dorado los cuales son mis colores favoritos y en la parte de atrás dice "LUCY SKY" con letras blancas. Es hermoso.
-Zackary... muchísimas gracias, no tenías que haberte tomado la molestia.
-No, sí que tenía, cuando vamos juntos en la moto, necesito llevar un casco y ya era hora de que me entregaras el mío y tuvieras el tuyo propio.
Todos ríen. Observo a Derek y noto que ese sonríe levemente.
Ha comprendido que no es más que un amigo.
Sigo abriendo distintos regalos, feliz de estar con quienes estoy, y por unos minutos, olvido a quienes faltan en este círculo.
Cuando todos se van, Derek y yo subimos a su habitación y nos desplomamos en la cama.
El me abraza fuertemente y me da un beso.
-Feliz cumpleaños, mi pequeña bebe.-El da un beso en mi frente ahora.
-No soy un bebe, tengo 18 ahora.-Le sonrío aunque sé que en la oscuridad no puede ver mi sonrisa.
-Siempre serás mi bebe. Aquella hermosa chica que vi leyendo en las galerías, y me cautivo con esos ojos... con esa mirada... eras como la manzana prohibida, tan bonita y tan tentadora.
-¿Entonces, te invito a pecar?-Le doy un beso bajo el mentón.
-Desde que te vi supe que me volverías loco. Que dejaría lo que fuera por ti. Por supuesto que me invitas a pecar, con tan solo mirarme.
-Olvidemos que eres mi profesor... solo seamos Derek y Lucy por esta noche, ¿te apetece?
-Me encantaría Lucy.
El comienza a besarme lentamente, mordiendo mis labios dulcemente y bajando suavemente por mi cuerpo, deslizando su lengua y pasando sus labios por todas las partes que él desea. Siento un cosquilleo en cada parte que toca... mi cuello, mi rostro, mis pechos, mi estómago...
Sin notarlo vamos despojándonos poco a poco de nuestras prendas, hasta que nuestros cuerpos gritan de deseo y aquella noche, en su cama, con mis 18 recién cumplidos, hacemos el amor.
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Mi profesor.
Romance-Dígame quien le gusta, para darle mi bendición.- me dijo, mirándome con aquellos ojos pardos. -Lo siento, pero usted lo encontrará muy mayor y no le gustará.- suspiré. -Todo lo contrario, la edad es sólo un número.- Dijo aquello, y una esperan...