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Tae se estiro en la cama de manera perezosa. Aun se encontraba algo cansado. No obstante, debía levantarse para desayunar e ir al trabajo.

HoSeok había sido claro con él, el día anterior. El cuarto mes empezaba, y con dos bebés, Tae está más que susceptible a padecer anemia. Le dijo que no debía preocuparse, si no ocuparse; le explico cómo consumiría más hierro. Por supuesto, Jin había anotado todo.

Para el alivio de Tae, las náuseas ya no eran tan constantes como en un principio. Su barriga ya era poco más grande que el tamaño de un melón. Su ropa ya no le quedaba. le resultaba incomodo tener que llevar camisas debajo de su saco. Los botones de estas empezaban a ser molestos. Pronto tendría que ir de compras.

-Buenos días-. Saludo Jin, entrando a la habitación con una bandeja de comida de deliciosa comida en sus manos. TaeHyung sonrió y estiro los labios para que Jin lo besara. El mayor acato enseguida.

-Me estas mimando demasiado-. Señalo Tae, después de que su amado colocara la bandeja en la cama-. Voy a terminar acostumbrándome y sé que después de que tus hijos nazcan no será así y ¿entonces?

Jin frunció el ceño, fingiendo estar ofendido.

- ¿Qué te hace pensar que no te seguiré mimando? -. Tae se encogió de hombros mientras picaba algo de fruta con el tenedor-. Mimarte es uno de mis pasatiempos favoritos, bebé. Ya deberías saberlo.

Las mejillas del menor se pintaron de un tierno carmín y una tímida sonrisa se formó en su rostro, prefirió no agregar nada. Comió un trozo más de fruta y alimento a Jin, quien lo miraba entretenido y demasiado callado para el gusto de Tae. Ok. Jin no era tan parlanchín como él, pero sin duda, nunca tan callado. TaeHyung sabía perfectamente que era lo que tenia tan distante a su novio aquella mañana.

-Estas preocupado, ¿verdad?-. comento Tae, después de algunos minutos de silencio. Jin suspiro y miro hacia la ventana, a la nieve que caía-. Te prometo que me alimentare mejor. Seguiré las instrucciones de Hobi y comeré todo el hierro que sea necesario. No tienes por que preocuparte.

Jin regreso la mirada hacia él y le sonrío.

- ¿te he dicho cuanto te amo? -. pregunto, llevando su diestra a la mejilla de su novio para acariciarlo.

-Todos los días. Excepto hoy.

-Te amo, TaeTae.

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El castaño suspiro profundamente, cuando la caja donde había empacado la loza, le fue quitada de sus manos. Era inútil discutir sobre el tema. Jin limitaba la mayoría de sus tares. TaeHyung ya empezaba a fastidiarse de discutir por esas pequeñas cosas que Jin le negaba hacer. Y no es que le dijera "No", sino que simplemente y de manera amable, lo persuadía, creyendo que él no lo notaba.

Tae culpaba al "Síndrome de Couvade". Y en si, era parte de la causa por la que Jin se preocupaba tanto.

El timbre de la puerta sonó en el momento que Jin tomo la segunda caja entre sus manos. Tae noto las intenciones del mayor por dejar la caja e ir abrir y, entonces, lo detuvo.

- ¿Al menos puedo ir a abrir la puerta? -. Bromeo.

Jin sonrió avergonzado y el menor se retiró del cuarto.

Tae si que le tenía paciencia.

Los pensamientos de Jin fueron interrumpidos, cuando escucho el grito del menor. Dejo la caja a un lado y rápidamente corrió hacia la puerta principal, con el corazón latiéndole a mil por hora.

PrimerizosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora