ღ 021;

1.3K 170 47
                                        


Jin estaba nervioso.

Increíble.

Él estaba sorprendido por estarlo.

Curiosa y raramente, no era la primera vez que lo haría. Pero sin lugar a duda, no importa cuántas veces lo hiciera, con el mismo hombre, nunca dejaría de estar nerviosos.

Además, no estaba seguro si era un buen momento para hacerlo, pero no quería esperar más tiempo.

¿Dónde estaban parados exactamente? Iban a ser padres, aquello era por mucho lo que un papel pudiera decir. No obstante, era el sueño de ambos.

Estaban lejos de casa, de la ruidosa ciudad. Jin había insistido en hacer este pequeño viaje, para distraerse y lo más importante, por su adorado novio. Para él y por él.

Y hablando del menor ¿Cuánto más tardaría su adorado novio en arreglarse?

El llevaba un sencillo traje de diseñador y, su novio, al verlo, decidió que su simple suéter de lana no era suficiente si Jin se veía así de guapo; incluso si solo cenarían en la cabaña central.

Jin suspiro profundamente.

Las ansias lo estaban matando. Trataba de memorizarse las palabras, repitiéndolo una y otra vez. No obstante, sabía que las olvidaría tan pronto el momento llegara.

Sus puños se apretaron y su respiración se detuvo por unos segundos, cuando escucho los pasos de TaeHyung. El menor bajaba por las escaleras de aquella acogedora cabaña y Jin camino enseguida, de la sala al pie de las escaleras, para recibirlo.

-Estoy listo-. Jin se quedó sin habla al mirarlo. Tae era precioso-. Ya sé que me veo extraño-. Los ojos del aguaron un poco y Jin no entendió el porqué, hasta que TaeHyung continuo-. Es difícil vestir a la moda cuando estas embarazado.

Jin se acercó a él, acortado la distancia y sostuvo el rostro de Tae entre sus manos y mirándolo fijamente dijo:

-Eres el ser más precioso. Tu belleza es incomparable. Opacaría al más costoso traje de diseñador-. El menor desvió la mirada, con las mejillas completamente sonrosadas. No importa cuánto tiempo pasara; jamás dejaría de ponerse nervioso cada que Jin le dedicaba hermosas palabras.

Sin saber que hacer, carraspeo un par de veces y miro a Jin.

-Pero dime, ¿Por qué te has vestido así? ¿Qué lugar puede haber tan elegante cerca de aquí?

-Vamos a descubrirlo-. Le sonrió Jin, mientras sacaba de su abrigo un pañuelo rojo de seda-. Pero primero, ponte esto.

TaeHyung entrecerró la mirada.

- ¿Puedo ponérmelo cuando subamos al auto?

-No iremos en auto, bebé. Vamos, confía en mí.

TaeHyung asintió y se quedó quieto mientras Jin cubría sus ojos con aquel suave pañuelo. Cuando el mayor termino su tarea, tomo a TaeHyung de la cintura y lentamente se encaminaron hacia la puerta. Tae no conocía el lugar, por lo que sus pasos eran inseguros mientras caminaba a quien sabe dónde.

Era difícil medir la distancia con los ojos cerrados, pero TaeHyung sabía que aún seguían cerca de la cabaña.

De repente, Jin se detuvo.

-Bien. Ahora subiremos un par de escalones, bebé.

- ¿Esta cabaña tiene escaleras por fuera?

-Así es, pero tranquilo, no es muy alto-. Tae titubeo un "si"-. No te preocupes, amor, jamás te dejaría caer.

-Jinnie, ¿A dónde vamos? -. insistió Tae, después de un par de escalones.

PrimerizosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora