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Las cosas tomaron su lugar poco a poco durante los siguientes días. No fue sencillo, pero ellos hablaron de sus sentimientos aquella noche en la que ellos pudieron sentir a sus bebés moverse por primera vez.

Jin confesó parte de sus temores, preocupaciones y lloró en los brazos de TaeHyung hasta quedarse dormido. TaeHyung también se disculpó. No podían estar mucho tiempo enojados. Eran una pareja y probablemente algún día se casarían -si es que Jin se lo proponía de nuevo-. TaeHyung le había regresado el anillo y Jin no se lo coloco de nuevo, después de que hicieron las pases.

Jin daba lo mejor de sí mismo para cuidar a su novio sin llegar a agobiarlo. Era algo difícil para el mayor, pero lo estaba logrando.

Era viernes por fin y la jornada laboral de Jin por fin había acabado. Su pie derecho se movía impaciente mientras el ascensor hacia su trabajo de llevarlo hasta el piso de su departamento.

Jin desajusto su corbata, mientras traspasaba el umbral de la puerta principal, cuando el olor a palomitas y chocolates invadió sus fosas nasales. A decir verdad, había distintos aromas, pero aquellos sobresaltaban más que los otros. No se sorprendió cuando ingreso a la cocina y observo diferentes postres sobre la isla de mármol. Algunos de ellos tenían un aspecto extraño, debido a las raras combinaciones.

-Mamá-. Alargo Jin, después de que su progenitora lo saludara y... ¿Qué era eso? ¿Papas fritas con helado? -. ¿Qué significa todo esto?

Jin lo sabía, pero aun así decidió preguntar. Su madre se habia quedado las últimas dos semanas viviendo con ellos, después de que su padre se regresara a Gwangcheon por trabajo y Jin se negara en dejarla sola en el hotel. En ese todo ese tiempo, su progenitora no habia desperdiciado ni un solo minuto en consentir a TaeHyung hasta el cansancio.

-TaeHyungie tiene antojos.

- ¿Y has preparado todo esto para Él? -. Su madre rodo los ojos, por la obvia respuesta-. El nutriólogo dijo que...

-Me vale un reverendo rábano lo que el nutriólogo sugirió-. Interrumpió la señora Kim, empezando a bañar las palomitas de maíz con chocolate -. No voy a dejar a TaeTae con antojo y mucho menos tratándose de mis nietos. Además, Él está comiendo como se debe. Un par de antojos no le hace daño a nadie-. Concluyó.

Y antes de que Jin pudiera alegar algo más, TaeHyung entro a la cocina. El menor tenía el cabello húmedo y estaba descalzo. Se notaba que recién se habia terminado de bañar. Jin muchas veces le habia dicho que el clima aun no era el mejor para andar sin pantuflas dentro de la casa, pero por supuesto, su novio pocas veces le escuchaba, anexando el hecho de que a TaeHyung le encantaba andar descalzo.

- ¡Jinnie! -. Saludo Tae, abalanzándose hacia Él -. Llegas justo a tiempo para nuestra pequeña fiesta.

-Eso veo-. Susurró, mirando a su progenitora por el rabillo del ojo. Su madre lo acribillo con la mirada, diciéndole claramente "Cuidadito y le digas algo que lo haga llorar". TaeHyung últimamente se encontraba más sensible de lo normal.

- Mamá Kim se regresa mañana temprano-. Informó TaeHyung, acurrucándose como un pequeño niño en busca de mimos, contra el pecho de Jin.

-Pensé que te quedarías para la cita de TaeHyung, es dentro de dos semanas-. Jin observo a su madre y ella resoplo.

-Intentare estar aquí. Si me voy es por tu padre se niega a seguir comiendo en la calle y ramen instantáneo de cena. A veces pienso que extraña más mi comida que a mí-. Dramatizó la señora Kim, provocando la risa de los más jóvenes.

-Veremos películas ¿vienes?

-Por supuesto.

TaeHyung dejo un corto beso en los labios de Jin y lo soltó para ir hacia donde la señora Kim terminaba de ponerle chocolate a las palomitas.

-Gracias, mamá-. dijo TaeHyung, llevándose un par de pop corn a la boca y degustándolas-. Esto esta delicioso. Empezare a llevarlo a la sala.

La señora Kim asintió y TaeHyung tomo un par de bol y salió de la cocina.

- Es adorable-. Comentó su madre. Jin asintió embobado, observando a su novio salir feliz. Él estaba perdido por TaeHyung -. Así que, más vale que lo trates bien, mientras no estoy.

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Jin no sabía qué hacer. Su madre lo mataría si se enteraba que habia hecho llorar de nuevo a Tae. Aunque, honestamente no era su culpa. Ambos habían acordado de que era momento de mudarse a su nuevo hogar. Hogar que ellos juntos diseñaron cuando eran unos adolescentes y ahora era un sueño hecho realidad.

No obstante, TaeHyung no podía dejar de llorar mientras le decía adiós a su antiguo hogar y conducían hacia el nuevo. En parte se debía al embarazo y por el otro lado, porque ahí habían empezado su vida juntos. Cada rincón de ese pequeño departamento estaba lleno de recuerdos.

Jin tuvo que detenerse para abrazarlo y prometerle que, si TaeHyung quería, podrían regresar de nuevo y seguir viviendo allí. Después de todo, SeokJin estaba dispuesto a todo por el menor de sonrisa cuadrada. Que Jin le confesara aquello, no hizo más que incrementar el llanto del menor.

Sin embargo, cuando llegaron a su nuevo hogar y traspasaron la puerta principal, tomados de la mano, el llanto de Tae se detuvo. Jin estaba su lado y mientras lo estuviera, estaría en su hogar junto a todos los recuerdos y listos para crear nuevos. 

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Algo corto <3 lo siento. Estoy preparando el siguiente. Es el Mes TaeJin & no tengo ninguna historia nueva en mi biblioteca TmT Estoy trabajando en ellas.

Gracias por sus bellos comentarios & votos

Os adoro <3

Moonie :3

PrimerizosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora