Despierto y parpadeo un par de veces tratando de acostumbrar mi vista a la luz. De repente voy recobrando mis sentidos y escucho el pitido intermitente de una máquina a mi lado que me indica que sigo con vida. Un aire frío entra poco a poco en mi nariz a través de una delgada tubería plástica. Miro al frente y observo que mi pierna cuelga de unas cintas quirúrgicas. Está vendada casi por completo al igual que mi hombro. Miro al rededor y encuentro una habitación totalmente gris y sola. Estoy en el hospital y no sé cuánto tiempo ha pasado. No sé qué pasó con Amelia y Alex. De pronto me siento ansiosa y un poco asustada pero no puedo moverme. Hay una aguja insertada en la vena de mi brazo y dentro de él va deslizándose suavemente el suero que me ha mantenido hasta ahora.
Vuelvo a dormirme y despierto cuando la puerta de la habitación se abre con un ruido espeluznante. Es Alex se acerca despacio con un vaso en sus manos.
-Hola, cariño, ¿cómo estás?
-He estado mejor...
Él sonríe y se sienta a mi lado en una silla.
-¿Qué ha pasado?, ¿cómo está Amelia?
-Tranquila, todo ha salido bien...
-¿Dónde está ella? -insisto.
-Ya está en casa con su padre. No pudimos concluir lo que sospechabas. La chica no dio declaraciones en contra de su novio.
-¿Entonces el caso se cerró así no más?
-Por ahora sí. Amelia está bien y acabamos con casi todos los secuestradores -dice él-. El hombre que te disparó logró escapar. Burló a los refuerzos, nadie lo vio salir. Quizá huyó por la ventana trasera...
-Debemos encontrarlo, Alex, así sabremos quién estuvo detrás de todo.
-Elena, olvida eso. Ya pasó.
Resoplo.
- Y, supongo que ahora que me he despertado, podré irme a casa, ¿verdad?
Se ríe.
-Si todo sigue como va, estarás aquí tan sólo una semana más -dice acariciando mi mano que reposa sobre la cama-. Mañana te pasaran a una habitación más cómoda para tenerte en observación -continúa y luego se levanta de la silla.
-Sabes que no soporto estar encerrada, Alex.
-Ya lo sé. Todos en la comisaría te extrañamos mucho. Todos me preguntan por ti a diario. Quieren que vuelvas.
Me sonrío un poco.
-Mira, te he traído tu móvil -mete la mano en su saco y escarba un poco-. Ya que estarás aquí un tiempo más, querrás estar entretenida. Sé que morirás del aburrimiento sin poder conectarte a Twitter -bromea entregándome el móvil.
Me río. Sabe que es la única red social que utilizo. Está muy bien, me permite estar al tanto de las noticias importantes y, aunque cada vez la gente la use menos, creo que yo seguiré haciéndolo.
-Gracias, Alex.
-Pasaré a verte mañana.
Besa mi frente, se retira y vuelvo a dormirme antes que pueda darme cuenta.
***
Despierto al día siguiente y observo la hora en el reloj de la pared del fondo. Las diez y veintitrés. Me satisface saber que al menos la hora pasa más rápido de lo esperado. El tiempo se me va en dormir, pensar y Twittear.
A veces, siento miedo. Por momento me ataca la ansiedad y tengo conatos de ataques de pánico. Siento que alguien entrará por la puerta y acabará conmigo. Si ese hombre había logrado escapar, de seguro estaría tramando un plan para finalizar lo que dejó a medias.

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El diario de Elena (COMPLETA)
RomanceElena es una agente de policía que ama su trabajo. Su siguiente caso a investigar, es la desaparición de Amelia Habash. Amelia es una doctora del hospital central, con una vida monótona y controlada absolutamente por su estricto padre. En este rel...