https://www.youtube.com/watch?v=NDfrS-uvI0Q
Soundtrack recomendado
One last night. Vaults
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La beso y siento que su lengua me acaricia suavemente. Abandono su boca y me encamino hacia su cuello.
La oigo gemir suavemente.
-Hazme el amor, Elena -dice con la respiración entrecortada -. ¡Ámame por favor!
Mis manos se vuelven torpes de repente y las piernas me tiemblan. Ella se separa de mí y me mira a los ojos. Acerca sus manos y comienza a desabotonar mi camisa mordiendo su labio inferior.
Su rostro es sereno como si hubiese planeado esto y no tuviera ni un ápice de miedo. Mi corazón amenaza con salirse de mi pecho y logro oír mis latidos como zumbidos en mis oídos. Mi respiración se vuelve más violenta a medida que desviste mi torso. Se acerca un poco más y besa mis pechos. Tira mi camisa al suelo y vuelve a besarlos. Gimo suavemente y siento que mi entrepierna gotea. La tomo del rostro y la miro incrédula. Vuelvo a besarla para comprobar que esto no es un sueño. Abro su boca con la mía y la saboreo totalmente. En un impulso rebelde, comienzo a desabotonar su pantalón y ella me corresponde. Me trabo un poco y ella interviene.
-Déjame ayudarte -se ríe.
-Vamos a la habitación -le digo, tomándola de la mano.
Abro la puerta y de pronto siento que es hora de tomar el control. La llevo a la cama y la observo. Ella acomoda una almohada debajo de su cabeza. Me coloco frente a sus pies y comienzo a quitarle el pantalón al tiempo que descubro sus piernas. Son perfectas y suaves. Sus bragas color rosa combinan perfectamente con su piel. Dejo caer su pantalón al suelo y me subo sobre ella hasta quedar cara a cara.
La acaricio sin dejar de mirarla. Subo su camiseta y logro quitársela sin demasiado esfuerzo. Ella vuelve a besarme y me cuesta creer lo compenetradas que estamos. Realmente deseaba besarme, tocarme y sentirme cerca.
Admiro sus pechos vestidos con su hermoso sujetador y, aunque lucen muy bien así, me muero por desnudarlos. Ella intuye mis pensamientos y se vuelve un poco para permitir que mis manos se lo quiten. Lo hago en menos de dos segundos y libero sus pechos lentamente mientras beso su hombro. Beso cada una de sus pecas y la escucho resoplar. Armo un camino de besos desde su hombro hasta su cuello y luego hasta sus pechos. Subo de nuevo a su boca y muerdo sus labios muy suavemente. Todo su cuerpo corresponde a ese estímulo gimiendo suavemente. Mis manos acarician su cintura y bajan lentamente hasta su entrepierna. Me atrevo a introducir mi mano entre sus bragas y tocar muy levemente su clítoris. Su humedad le da la bienvenida a mis dedos que comienzan a jugar un poco con su sexo. Ella levanta un poco su pelvis y gime un poco más fuerte. Me concentro en ese punto y la observo hacer un movimiento circular, respondiendo al movimiento de mis dedos.
Retiro mi mano poco a poco y me dispongo quitarle las bragas. Se las quito y ella parece estar en un en otro lugar muy lejos de aquí. Está disfrutando cada roce de mis manos que la llevan a un nivel de éxtasis sublime.
Su cuerpo se había convertido en un recinto donde podía pecar sin arrepentirme. Donde moraban todos los deseos que había reprimido durante tanto tiempo. Allí podía experimentar todos los pensamientos turbios que mi mente guardó con celo para que mi boca no se manchara al pronunciarlos. Podía al fin realizarlos, pero aún no podía contarlos. Me dejé entonces gobernar por los más profundos y oscuros sentimientos que mi cuerpo podía apenas resistir.
Me detengo y admiro su desnudes por completo. Sus pechos perfectamente circulares, sus pezones pequeños y firmes; sus piernas formadas y sus pies pequeños y delicados. Mi vista se pasea y luego se concentra en un punto más íntimo. En el próximo destino de mi boca. No espero ni un segundo más y me atrevo a abrir sus piernas bruscamente. Oigo un suspiro ahogado y me acerco lentamente hasta su flor. Paso mi lengua firmemente por su clítoris y la siento desfallecer. Tomo un ritmo desesperado y ella me corresponde con sus caderas y gemidos.
-¡No pares! -me pide entre gemidos.
Mi lengua continúa saboreándola por los siguientes diez minutos.
Comienzo a controlar su cuerpo entonces. No le permito venirse en mi boca, aunque suplica que la haga correrse. Mi lengua la saborea y cuando está a punto de llegar, me detengo en seco retardándole el orgasmo lo más que puedo.
-¡Por favor! -me susurra-. ¡Hazme acabar!
Sonrío por dentro y creo que ya es momento de darle lo que necesita.
Vuelvo a posar mi boca en su clítoris y encuentro el ritmo muy rápidamente. La saboreo con intensidad hasta escuchar un gemido largo y vehemente. Sus caderas se mueven con fuerza hasta que alcanza el clímax.
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El diario de Elena (COMPLETA)
RomanceElena es una agente de policía que ama su trabajo. Su siguiente caso a investigar, es la desaparición de Amelia Habash. Amelia es una doctora del hospital central, con una vida monótona y controlada absolutamente por su estricto padre. En este rel...